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¿Dónde estoy?

¿Por qué todo a mi alrededor es oscuridad?

¿Dónde está Nina, Arnold, el coronel bigotes, Joaquín?

Se supone que Joaquín es mi guardia personal y no me puede dejar sola, pero no lo veo por ninguna parte.

-Veo que la pequeña sí tiene corazón y piensa en alguien.

Una voz desagradable, una voz muy desagradable me habló cerca de mi oído izquierdo y me di media vuelta, con asco y enojó pero no había nada mas que oscuridad.

-Veo que cresiste muy bien a pesar de todo.
Dime, ¿te gustaría estar a mi lado y ser una reina?

Al oír éso, apreté mis puños y di un gruñido para demostrar mi enojó

¿Cómo se atrevía ésa cosa tan horrenda a preguntarme algo tan desagradable?

-¿Qué pasa? ¿El gato te comió la lengua o simplemente estás tan felíz por oír mi voz que te quedas sin habla?

¡Puaj! Totalmente asqueroso en todo lo sentidos.

-Ya que ahora sé que sigues viva, prepárate por que iré por ti.

Cuando quieras, donde quieras, te estaré esperando.

Mis ojos se abrieron lentamente y vi el techo de mi habitación, mientras sentía pesadez en todo mi cuerpo.

¿Qué rayos fue lo que hice?

-Veo que la señorita Luz despertó.

Oí una voz rara y miré hacía mis pies para ver al general bigotes, mirándome.

¡Lo sabía!

De un movimiento, me senté en mi cama con una sonrisa al saber que mi teoría de tratar a un ser inanimado como sí tuviese vida, le daría una.

Acabando con mi felicidad, vi como la supuesta princesa, Candy, asomó su cabeza y saltó sobre mi cama, con mi peluche en manos.

-Hola, veo que estás mejor.
Juega conmigo, estoy aburrida.

Me dijo ésa niña mimada mientras yo sólo di un suspiro y le quite a mi peluche para abrazarlo.

Tiene suerte de que la considere mi amiga por darme comida o ya estaría llorando de miedo.

-La sirvienta gordita me aclaró que el caballero negro y tu no son novios.

¿Quién querría ser novia de una cosa rara como Joaquín?

Con ser mi esclavo es mas de el honor que se merece.

-Sí no te gusta... ¿no te molesta que vaya por él?
Siempre lo admire y debo de decir que es mucho mas lindo de lo que creí.

...

....

Ascó.

¡¿En verdad le parece lindo ésa cosa?!

Debo acabar con ella antes que se reproduzca.

La puerta de mi habitación se abrió antes de que haga un bien necesario para el mundo y pasó Joaquín, con una charola con desayuno.

-Luz...

Al ver que estaba despierta, se acercó algo rápido, dejó la charola en una mesa de noche que había a lado de mi cama y se atrevió a abrazarme, viendo yo como ésa princesa sonreía con burla y mis mejillas se sentían calientes.

Éso era muy atrevido de su parte pero por el hecho de que parecía preocupado por mí, le di un par de palmaditas en la espalda mientras veía a Candy con seriedad.

Sí quiere quitarme a mi sirviente, no se lo dejaré para nada fácil.

Joaquín me dejó de abrazar y me miró con una sonrisa.

-Me tenías preocupado, tont... ¿por qué tienes dibujado bigotes y anteojos en tu rostro?

Con oír éso, frunci el ceño y miré a Candy que miraba a otro lado, fingiendo inocencia.

Ahora entiendo por que sus hermanas no la iban a extrañar.

-Permíteme.

Joaquín agarró un paño que estaba sobre una tinaja con agua, en el suelo y lo apretó antes de acercarlo a mi rostro y borrar la travesura de la princesa.

Puedo llegar a la conclusión de que tuve fiebre y Nina me cuidado sí ése trapo mojado estaba cerca de mi cama.

Una vez limpiado mi rostro, Joaquín se puso de pie y me mostró una sonrisa, antes de señalar la charola.

-Tu desayuno, te lo quise traer para que no te levantes y descanses bien.

Al oír éso, no pude evitar sonreír por tener un sirviente tan competente y cerre mis ojos antes de abrir la boca.

-¿Quieres qué te dé de comer?

Obvio, sé mas atento y obediente con tu dueña.

-Lo que te dije fue para molestarte, no hace falta que marques territorio.

No tengo ni idea de lo que habla ésa princesa, yo sólo estoy algo cansada y necesito que me alimente uno de mis sirvientes.

Oí un suspiro profundo, sentí como Joaquín se sentó a mi lado y pronto acercó una cuchara a mi boca, alimentandome.

Tener poder era lo máximo.

-Por cierto, cuando te mejores, tengo un regaló para ti.

¡¿Regaló?!

Abrí mis ojos con emoción, lista para ir por mi regaló pero Joaquín me miró con seriedad.

-Cuando te mejores del todo, aun sigues débil y puedes tener una recaída.

¡Por favor, ya estoy bien!
Sólo me aprovechó de ti mientras estás débil ante mi.

Viendo como yo parecía tan decidida, dio un suspiro, arrepentido por mencionar un regaló.

-Bien, termina tu desayuno y luego vamos.

Felíz con oír éso, asenti y abrí mi boca mientras volvía a cerrar mis ojos.

-¿Todavía quieres que te alimente yo?

¡Pues claro! Para algo te pago diariamente con el honor de permitirte verme.

-¡Ja! Que chica mas divertida.

Dijo Candy mientras Joaquín continuaba con su labor de darme de comer.

Éso era muy vergonzoso pero tener al hombre mas fuerte de todos, dándote de comer, era divertido por el simple hecho de dañar su orgullo.

Me preguntó, ¿qué será mi regaló?

Continuará...
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¡Hola!

Luz, acaba de marcar territorio y sigue negando lo evidente.

Espero que les haya gustado el capítulo y quizás (sí no me distraigo con cualquier cosa) actualicé "negando la realidad"... quizás luego le cambié el título.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

La luz del castilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora