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Nuevo día se hacía presenté, estando ya cerca el medio día y como Luz no se levantaba, Nina decidió ir a ver sí se encontraba bien.

Disimuladamente, para no hacerla enojar, pasó a la habitación como cada día, de manera alegré mientras se dirigía hacía las ventanas.

-Señorita Luz, ¿se encuentra bien?
¿Ya pasó el medio día?- preguntó la mujer mientras abría las cortinas antes de mirar en dirección de la cama de la chica y quedar en shock con lo que vio.

En el suelo, delante del espejo había tirado cabello plateado, en la habitación relleno de peluche por todas partes y sobre la cama una hoja que sólo decía "adiós, gracias por todo".

La mujer se acercó a la cama, se arrodilló y agarró la nota con sus manos temblorosas.

¿Qué fue lo que había hecho?

¿Era éso su culpa?

-¡Guardias!

La mujer llamó a los guardias que quedaron como seguridad en el castillo mientras se ponía de pie e iba a buscarlos.

Mientras todo el castillo del caballero negro entraba en alerta, en la cima del techo más alto, se encontraba Draco, acostado con gafas de sol, tomado algo de sol.

Era probable que el caballero negro lo mate por dejar que Luz se vaya, así que por ahora, a disfrutar de la paz.
.

.
Y aquí voy, rumbo al reino más peligroso de todos, montando a mi fiel corcel Princesa y algo desorientada... está bien, me perdí.

¡¿Cómo rayos se supone que llegue a un lugar que no veo desde niña y prefería no volver a verlo?!

Esto es tan molestó.

Dando un suspiro profundo, vi como pronto un cuervo se posó en la cabeza de Princesa que parecía no darse cuenta.

Con fastidio, moví mis manos para espantar a ése cuervo pero sólo ladeo la cabeza.

-¿Nuevo corte de cabello?
Me gusta.

¡¿Qué frijoles?!
¡¿Ése cuervo me acababa de hablar?!

Bien que tengo algo de hambre ya que estoy cuidando los suministros que tengo, pero no creo que un poco de hambre me haga alucinar.

-¿Ya te olvidaste de mí?
Y yo que arreglé tus cuerdas vocales ya que soy una bruja tan amable.

Al oír éso, frunci el ceño y gruñi.

Genial, la bruja ésa que maldijo a los príncipes prometidos de las princesas, cuyo nombre no recuerdo.

Creó que era algo sobre un diamante.

-Por tu cara puedo deducir que no me recuerdas, que triste ser olvidada por una fan.

¿Fan tuya? ¿Yo?
Ya quisieras.

-Soy la poderosa bruja Esmeralda, la bruja más temible de todo el mundo.

Ahora que me doy cuenta, sí le pido que se convierta en pollo, ¿qué tal será su gusto?

Total, nadie me ve por lo que nadie se dará cuenta.

-Por favor, deja de mirarme con hambre, sigo siendo humana y sí algo me pasa volveré a mi forma original.

Éso o simplemente quieres salvarte, mi querido almuerzo.

-Se supone que ya puedes hablar, ¿por qué no dices nada?
Di algo mujer que me desespera ser la única en hablar.

Al oír éso, mi mirada quedó en blanco, reviviendo un viejo recuerdo de mi niñez, donde una dulce y tierna Luz le hablaba alegremente a su amigo quien la miró con cara de fastidio y le dijo "eres una molestia, hablas mucho y me haces doler la cabeza", haciendo que ésa dulce versión mía, sienta algo romperse en su interior por que su amigo más cercano y primer amor, le dijo algo tan grosero.

La luz del castilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora