XXIII

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Natalia Pov

  - Eh, bueno, es que me esperan en casa... - hablé algo nerviosa.

  - Bueno, puedes llamar a tus padres y decirles que te vienes, tengo comida hecha - sonrió - así empezamos antes con el trabajo.

  - Ya bueno...es que no creo que me dejen de verdad - traté de sonreír - pero gracias por la invitación... - vi como frunció el ceño.

  - Si ya...bueno pues entonces nos vemos a las cinco - habló bastante más seca - chao.


Alba Pov

Natalia llevaba unos días rarísima conmigo. Al principio no sabía que mosca le había picado pero después de hablar con Sabela me hice una idea de lo que probablemente le pasara.

Según Sabela, a Natalia le habían asaltado las dudas. Y era algo totalmente normal pues no es muy común que una persona que te dejó tirada ahora quiera recuperar tu amistad (y tal vez algo más, aunque eso ella no lo sepa) de la noche a la mañana.

Y aunque ya le expliqué que había sido una cobarde y a pesar de echarla de menos no me había atrevido a hablarle hasta ahora entendía a la perfección que ella tuviera dudas, pero lo que me habría gustado era que habláramos sobre esas dudas, por eso mismo la había invitado a comer en mi casa, para que habláramos sobre sus dudas y para que yo tratará de aullentarlas. Pero al parecer ella no estaba por la labor, y aun que yo era la que menos derecho tenía a molestarse, me había molestado.


A las 5 de la tarde sonó el timbre y me levanté del sofá algo adormilada.

- Hola - abrí la puerta con una sonrisa y no pude evitar hacerle un repaso enterito, ese top y esos pitillos le quedaban de escándalo.

- Hola - contestó la morena con el tono borde que estos días le había dado por usar conmigo.

  - Pasa, pasa - traté de no borrar la sonrisa - siéntate en el sofá si quieres - me hizo caso y se sentó - ¿Quieres algo? ¿Una Coca-Cola, algo para picar...?

  - Un agua estaría bien - sonrió algo forzado.

Fui a por el agua y aproveché para coger el ordenador de mi habitación.

  - Aquí tienes - le tendí el vaso mientras me acomodaba en el sofá a lo que ella respondió con tímido "gracias" - bueno pues...¿Empezamos? - encendí el ordenador.

  - Si, claro - cogió su bolsa y saco de ella su portátil con el que imitó mi acción y lo encendió.

No tardamos mucho en terminar de comprobar si el trabajo están bien, cambiamos algún que otro dato pero en general estaban ambos trabajos muy bien redactados, así que un a vez terminado todo decidí hablar con ella sobre aquello que le rondaba la cabeza.

  - Oye Nat, ¿te puedo preguntar una cosa? - me miró con expresión entre confusión y algo de miedo.

  - Eh..si claro - balbuceó.

  - ¿Que te pasa conmigo? A ver...me puedo hacer una idea pero me gustaría que me lo dijeras tú - me puse algo más seria.

  - Eh... ¿A mí?... A mí...a mí no me pasa nada contigo - miró al suelo y comenzó a jugar con sus dedos.

  - Ya claro...Natalia mírame por favor - pedí de manera dulce a lo que me obedeció - creo que se lo que te pasa, y es normal que tengas dudas, yo también las tendría - sonreí tímidamente - no es muy común que una persona que apenas te hablaba ahora quiera recuperar tu amistad pero ya te dije que yo...fui una cobarde, no me atreví a hablarte hasta ahora y no sabes lo que me arrepiento - me puse más seria.

  - Yo...Alba... - la interrumpí.

  - Siento tantísimo lo que hice Nat, no sabes lo que lo siento - se me empezaron a cristalizar los ojos - y entiendo que dudes de mi y que no confíes en mí, aunque me duela, es totalmente normal... - solté un pequeño sollozo - yo lo...lo siento - miré al suelo y las lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas.

  - Eh Alba, mírame - no le hice caso - vamos Alba, mírame - me acarició la mejilla mientras me levantaba la barbilla para dirigir mi mirada a la suya - tranquila - sonrió - tranquila Alba, yo...yo ya te he perdonado...puedo ver aque esos ojos no me mienten - la miré incrédula.

  - ¿Me...me has perdonado? - asintió con una sonrisa - ¿Ya? - comencé a limpiarme las lágrimas pero no me dejó pues fue ella quién sustituyó mis manos pos las suyas en mis mejillas para limpiarlas.

  - Si Alba, ya te he perdonado, no llores más por favor - puso un pequeño puchero que me hizo reír - esos ojos no me pueden estar mintiendo, destilan verdad.

  - Yo te juro que no te estoy mintiendo, todo lo que he dicho hoy es totalmente verdad, yo ... - me interrumpió antes de que me pusiera a glitchear.

  - Ya sé que es verdad - susurró sonriendo mientras apoyaba su frente sobre la mía.

Pude notar el aliento de su boca sobre la mía, estábamos tan cerca que dudaba que me pudiera controlas más...de hecho...

  - Nat

  - Dime

  - Lo siento mucho - me miró extrañada.

  - Ya te he dicho que...

No pudo terminar pues mis labios ya se encontraban sobre los suyos.

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Perdonad la tardanza 🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻 llegué hace nada de vacaciones y no había tenido tiempo de escribir pero ya he vuletoo.

Os dejo un capítulo bastante cargadito 😶
Espero que os esté gustando ✨

No olvidéis votar compartir y comentar me ayuda un montón.
Muchas gracias🔥🖤

Abrázame /×/ Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora