Prólogo (descripción de personaje)

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Yun es una maestra aire que se crió en el templo aire del oeste, al igual que el avatar Yangchen, quien es una gran inspiración para ella que, en un futuro, quiere llegar a ser una gran maestra como ella lo fue.

Yun vivió allí hasta los ocho años, en ese tiempo ella logro desarrollar un poder espiritual muy fuerte, también desarrolló muy bien su aire control. Las monjas que la criaron no pasaron por alto esto y decidieron llevarla al templo aire del sur para que los ayude en la formación del avatar.

Para Yun eso fue algo bastante bueno, pues desde hace tiempo quería cambiarse de templo, ya que no tenía amigas porque era muy tímida y la veían como la rara de la meditación, cosa que la incomodaba bastante. Ella había estudiado mucho la historia del avatar y la idea de ayudarlo le fascinaba, aunque sabía perfectamente, por los monjes, que no podía decirle nada relacionado hasta el momento indicado.

Cuando conoció a Aang, le pareció un chico bastante divertido y muy talentoso para tener solo cinco años. Desde ese día ellos se volvieron muy unidos, como hermanos, se protegían mutuamente y siempre estaban cuando se necesitaban. El día que Yun adquirió sus tatuajes, solo tenía 13 años, para esto lo monjes le pedían ayuda cuando entrenaban a los jóvenes maestros, cosa que era un orgullo para ella. Lo malo es que recibió algunas burlas al estar calva por los tatuajes, pero como siempre Aang estaba para apoyarla.

Pasaron los años, Aang ya tenía 12 años, tenía sus tatuajes, era todo un joven maestro. Yun por su parte, también había crecido, al igual que su cabello, aunque con las justas le llegaba un poco mas abajo del mentón. Mejoró mucho sus técnicas y se volvió muy buena en la lucha cuerpo a cuerpo, algo por lo que los maestros aire no se caracterizan, pero tenía que proteger a Aang, pues una gran amenaza se acercaba y aunque ella no estaba de acuerdo, los monjes habían decidido decirle la verdad lo antes posible. 

Después de que se supiera la verdad, Aang no pudo más, sentía mucha presión y decidió escapar. Yun lo ayudo, no quería ponerlo en riesgo, pues a pesar de ser el avatar, él no estaba listo para lo que se venía.

-Aang... nunca te arrepientas de una decisión y tampoco te culpes por lo que pase mañana o pasado. Estoy segura que nos veremos en el camino, ten cuidado que se avecina un tormenta...- Dijo tratando de parecer calmada- 

- Lo haré Yun, nos vemos pronto.- luego de un abrazo el joven avatar se fue por la ventana sin pensar que ese "pronto" serian 100 años.

Ella se fue a encomendarse a todos los espíritus para que le permitan ayudar a Aang en su camino, tenía miedo. Se puso a meditar mientras lloraba porque no sabía que hacer, hasta que recordó algo que le dijo su maestra Wen cuando era chiquita.-"Tú siempre haz venerado a Yangchen, supongo que en algún momento ella te devolverá el favor"

Recordando eso, empezó a pedirle ayuda Yangchen. Pensaba que solo el avatar podía conectarse con avatares anteriores, pero no se rindió hasta que lo logró.- "No tengas miedo querida Yun, se vienen tiempos complicados, peores de los que te imaginabas, pero tú y Aang tienen una misión en el futuro".- A partir de ahí no sabia si sentirse mejor o asustarse aún más, pero decidió estar tranquila.  

Al enterarse los monjes de lo ocurrido con Aang, Gyatso, se empezó a culpar por no protegerlo, pero había algo en que todos los monjes estaban de acuerdo. Él no estaba listo y con ello, lo demostró. Llegó el día, nadie podía ocultar el terror en su rostro, pero aun así lucharon hasta el final. Yun fue mandada a proteger a los niños y ayudarlos a escapar. Cuando los vio salir del templo en dos bisontes, se sintió tranquila, aunque sabía perfectamente que esa tranquilidad no duraría para siempre. En ese momento sintió un ardor en su hombro izquierdo, habían quemado su túnica y con ella su hombro. Se quito su túnica con todo el dolor del mundo, quedándose con una camiseta que le cubría un poco los hombro, pero dejaba sus brazos completamente expuestos, al igual que sus tatuajes y ahora quemadura. Empezó a atacar con su aire control, como pudo, pues el dolor era insufrible, cada movimiento que hacía era un infierno para ella, pero aun así salir logro salir victoriosa. Al salir a las afueras del templo, toda la esperanza en ella se derrumbó. Estaban los cuerpos de los monjes en el piso, ella ya no tenía fuerzas para atacar solo esquivaba los ataques, hasta que cayó. La iban a matar, lo sabía, pero recordó lo de Yangchen. La invoco con todas sus fuerzas y apareció creando un huracán que sacó a todos lo maestros fuego del templo, al igual que muchos cuerpos, quedando Yun en el centro de este, casi moribunda.-"Querida, te dije que tú y el avatar Aang tendrán una misión muy importante, es por eso que volverás cuando él lo haga". Después de eso, ella quedó en medio del huracán, con un dolor incomparable, no solo físico, sino con la sensación de haber perdido a los que amaba y verlos morir, cerrando los ojos para no volver a abrirlos durante mucho tiempo.      


La imágenes de arriba no son mías, repito. Ella sería Yun y la ropa que llevaría (súmenle la cicatriz en el hombro izquierdo)  y disculpen las faltas ortográficas.

Avatar la leyenda de Aang - El idiota del boomerang (Sokka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora