- ¡SAL DE AHÍ AVATAR! ¡NO PUEDES ESCONDERTE POR SIEMPRE!
Ozai seguía atacando sin parar la coraza de piedra en la que estaba Aang. Gracias a la potencia de sus ataques, la esfera estaba cubierta de fuego y claro, Aang no paraba de sudar, cansándolo y debilitando sus esfuerzos por mantener firme su esfera.
Gracias a los puñetazos y ondas de fuego que generaba, logró que la esfera de piedra impactara en uno de los picos y al darse cuenta que las piedras poco a poco se iban desprendiendo, Ozai, aprovechó en dar un ataque, un potente chorro de fuego, que terminó destruyendo la esfera.
Aang logró protegerse, creando una esfera de aire, sin embargo, terminó impactando fuertemente contra los picos de roca, mientras la esfera destruida caía sobre él. Pero una pequeña protuberancia que salía de la piedra, golpeó el punto donde impactó el rayo de Azula en Ba Sing Se. Esto causó que una energía muy potente recorra todo el cuerpo del monje, sus ojos brillaron y tuvo visiones de él y los avatares anteriores en el Estado Avatar, además de la imagen gigante de él cuando estuvo con el Gurú Pathik en su trabajo por controlarse en ese estado. La última fase.
Aang lo había recuperado, había recuperado el Estado Avatar.
...
Sokka y Toph seguían corriendo por las naves que prosiguen el ataque al Reino Tierra . Él no soltaba el brazo de la chica en ningún momento. Al llegar a la aleta de la nave, el muchacho se detiene, y con la voz agitada, le pide a la maestra que use su metal control para atascar el timón, hacer que esta se desvíe, yendo en espiral y chocando con las demás naves.
Ella acepta y comprendiendo completamente la orden de Sokka, lo apartó, se paró frente a la aleta, escupió en sus manos, las frotó, las colocó con fuerza sobre el metal y empezó a tirar y arrugarla como si se tratara de una tela.
Rápidamente esta tomó una forma de "L" desviando la nave que empezó a chocar con las demás. Saliendo todo exactamente como Sokka lo planeó.
- ¿Te dije alguna vez lo bueno que fue que inventaras el metal control?
- En realidad no, pero me gusta que lo digas.
En ese momento, un soldado se asomó por la compuerta y los vio. En un rápido movimiento, Sokka toma a Toph del brazo y empiezan a correr mientras el hombre los atacaba con fuego control, haciendo que ambos tengan que saltar por el lateral de la nave. El guerrero de la Tribu Agua clavó su espada en la superficie metálica para frenar la caída, no obstante, terminan cayendo sobre la cubierta inferior de la nave, y Toph queda colgando en el vacío agarrada a la mano de Sokka, quien no puede subirla pues se rompió la pierna izquierda por la caída.
- ¡Resiste, Toph!- le decía él como podía por culpa del dolor que sentía
- ¡Entendido, capitán!- tenía tanto miedo que la palabras casi no salían de su boca
Al alzar la mirada, Sokka se da cuenta que hay dos soldados, uno a cada lado y al no encontrar otra opción, tuvo que sacrificar su espada y su boomerang para que no los atacaran. Sintió una pena tremenda cuando vio su espada caer, pero tenía otra prioridad. Sobrevivir. Pero más soldados aparecieron y el sudor en las manos de Sokka, hacían que la mano de Toph se deslizara, haciendo que solo tengan contacto por las puntas de sus dedos, a los que ambos se aferraban con fuerza.
- ¡No creo que mi boomerang regrese, Toph!- gritaba siendo consumido no solo por el dolor de su pierna- ¡Parece que este es el fin!- Y tanto la chica como él, comenzaron a botar lágrimas ante esa situación, pero él no podía irse de este mundo así, no sin despedirse de las personas que amaba y de una en especial, sumado a sus recuerdos, al pensar que no podría ver su rostro una vez más, eso era lo que le causaba ese profundo dolor.
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Avatar la leyenda de Aang - El idiota del boomerang (Sokka)
Aventura- Tal vez haya algo bueno de tener 115 años, bueno 116, aun así 100 no haberlos vivido... - ¿Cómo qué? Yo no le encontraría nada bueno... Sin ofender- dice mi valiente guerrero - Eres un idiota, Sokka- riendo - El haberte conocido... - Te quiero, f...