Yun se encontraba sentada en una baranda del templo viendo el amanecer, necesitaba encontrar a Aang, pero habían algunos problemas. No sabía cómo salir del templo y el otro era que por más que intentara localizar a Aang por su energía espiritual, no lograba hacerlo, estaba demasiado tensa.
Luego de que el sol se posicionara completamente en el cielo, decidió ir a buscar algunas cosas para su viaje y por qué no arreglarse un poco, hace 100 años que no se bañaba. El entrar al templo era muy raro para ella, todo estaba lleno de polvo y habían unas partes que se podían ver un poco quemadas. Cuando llegó a su habitación todo seguía igual, tomó una mochila marrón que tenía por ahí y empezó a guardar ropa y demás cosas que necesitaría, pero como solo tenía camisetas que dejaban descubiertos sus brazos empezó a buscar telas o algo para taparse los tatuajes y cicatrices, no sería muy inteligente ir caminando con unas flechas en los brazos, no ahora. Estaba entrando en desesperación cuando su querido lémur, bota un cajón en donde habían unas poleras (capuchas) de color naranja medio rojo, no tenía idea de quien eran, le quedaban gigantes, lo cual era de esperarse para su 1.55, pero la habían salvado. Luego de meter unas 10 en la mochila y darle un abrazo al lémur como agradecimiento, fue a arreglarse.
Luego de unos 20 minutos volvió a la habitación, se había puesto unas vendas en las heridas de sus brazos y luego, con ayuda de su aire control se seco su cabello para agarra dos mechones del frente de su cabello y atarse una pequeña cola medio trenzada evitando tener el pelo en la cara.
Algo así, no sé explicarme muy bien, pero algo así.
Estaba apunto de ponerse la polera, cuando ve a su pequeño amigo bastante alterado para luego verlo salir corriendo por la puerta del cuarto.
- Hey, vuelve aquí- dijo agarrando la polera, una pañoleta para cubrir la flecha de su frente y su mochila para salir corriendo detrás de él.
Mientras todo esto pasaba con Yun, Aang y sus amigos se preparaban para partir hacia el templo.
- Espera y verás Katara, el templo del aire es uno de los lugares más hermosos del mundo- dijo emocionado Aang.
- Aang, sé que estás emocionado, pero han pasado 100 años desde que te fuiste, todo puede haber cambiado- Katara estaba preocupada por su entusiasmo
- Lo sé, pero tengo que verlo yo mismo.- Dicho esto, se fue a despertar a Sokka pero como no lo lograba le hizo una pequeña broma con una rama que logró despertarlo.
Por otro lado, nuestro queridísimo Zuko había hecho una parada para reparar su barco lo antes posible.
- Quiero que se repare lo antes posible- dijo bajando del barco junto a su tío- no podemos tardar y darnos el lujo de perderlo.
- ¿Te refieres al avatar?
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Avatar la leyenda de Aang - El idiota del boomerang (Sokka)
Приключения- Tal vez haya algo bueno de tener 115 años, bueno 116, aun así 100 no haberlos vivido... - ¿Cómo qué? Yo no le encontraría nada bueno... Sin ofender- dice mi valiente guerrero - Eres un idiota, Sokka- riendo - El haberte conocido... - Te quiero, f...