Zuko solitario... o no tan solo

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Zuko llevaba un tiempo viajando solo, estaba cansado, con hambre y sed. Había pasado cerca de una fogata en donde un hombre estaba asando una carne, iba a robarle. Pero al darse cuenta que estaba acompañado de su esposa embarazada, decidió seguir con su camino.

Sus ojos se cerraban y empezaba a ver borroso todo lo que le rodeaba, además tenía visiones de una mujer que desaparecía en la oscuridad. Iba tan distraído que no se dio cuenta de que algo había caído frente a él y pasó por encima con el animal. Al escuchar quejas detrás de él dio la vuelta y vio a alguien tirado en el piso con una mochila a un lado y cubierto con una vara con telas verdes que le recordó al planeador del Avatar. 

Al ver que la persona no se movía, decidió bajarse a ver qué había en la mochila. Al abrirla lo primero que encontró fue una bolsa con monedas, dos de oro, cuatro de plata y tres de cobre, no eran muchas, pero servían. Se las iba a llevar sin decir nada, pero la curiosidad por saber de quién eran esas monedas no se lo permitió. 

Movió lo que  parecía ser un planeador un poco dañado, pues el animal lo había pisado, dio vuelta la persona para verle la cara y se dio cuenta que era la maestra aire, era Yun. Era un poco lógico, planeador, la cicatriz que se le notaba en el cuello. Tenía heridas en la cara, que asoció con la caída, tenía las manos vendadas con unas vendas bastante desgastadas cubriendo sus tatuajes y unas ojeras que parecía que no había dormido en días. 

Agarró la bolsa de monedas y una cantimplora con agua que también estaba en la mochila, se subió al animal y empezó a avanzar. Volvieron recuerdos a su mente del día que ella lo salvó de la tormenta de nieve en el Polo Norte y se detuvo. Se bajó del animal, agarró la mochila de la chica, guardó las cosas que había sacados de ella, cerró en planeador como pudo, lo puso en el animal y se sentó a un lado de ella para ver si estaba viva. Vio que respiraba así que la cargo y la sentó delante de él en el caballo avestruz para seguir avanzando.


Había pasado un rato, ella comenzó a moverse y Zuko decidió detenerse. Se bajó del animal e hizo lo mismo con Yun y la recostó en el suelo para luego sentarse junto a ella.

- ¿Dónde estoy?- Ya había abierto los ojos, pero aún no se daba cuenta de la presencia.- ¿Dónde están mis cosas? ¿Tan rápido me robaron? Apaguen esa luz.- empezó a patalear 

- No sé que es más ridículo, la manera en la que caíste de cielo o que pienses que el sol es una luz y lo estés "pateando".

- Y yo no sé que es peor, el que estés ahí burlándote de mí o el que posiblemente te hayas podido robar mis cosas. No sé si debería alegrarme el saber que estás vivo, pero gracias por no robarte mis cosas ni dejarme tirada, Zuko. 

- Te la debía.

- Supongo que es verdad... ¿Qué fue lo que me pasó exactamente?

- No sé, solo caíste del cielo y pasé sobre ti.

- Ah bueno, muchas gracias. 

- No te había visto, no fue mi culpa.

- Si tú lo dices.- se quedaron en silencio por un rato- Oye, y... ¿Por qué estás viajando solo?

- Te hago la misma pregunta.

- Necesitaba un tiempo para aclarar mi vida.

- Necesitaba encontrar mi propio camino.

- Ya veo.- se quedaron en silencio otra vez- ¿Mi planeador se rompió verdad?- Yun se paró apoyándose del animal mientas veía el palo de su planeador. 

Avatar la leyenda de Aang - El idiota del boomerang (Sokka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora