Capítulo 24

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El lugar que había mencionado el médico era nada más y nada menos que su hogar.

-Este lugar es inmenso- el omega estaba asombrado por el lujo que desbordaba dicho "hogar"- ¿Realmente vive aquí? Digo, yo también soy médico pero de todas maneras no puedo comprar una casa tan grande como esta hasta el día de hoy.

-Bueno, no solamente trabajo en el hospital en el cual me has visto, también tengo una clínica privada pero prefiero no trabajar ahí... por temas personales.

-Oh... supongo que entiendo, yo estoy construyendo mi clínica, ya está por terminar pero no sé cómo irá, hace tres semanas estoy encerrado aquí y bueno... no he podido ver el avance.

-¿En serio? ¿En qué te especializaste?

-En psiquiatría- el omega sintió el orgullo refulgir en su pecho.

-¡Wow! Eso es algo...-.

-Impresionante, yo también me sorprendí cuando me dijo que quería estudiar medicina y especialmente estudiar esa especialización.

-Empezamos con los misterios- el omega levantó una ceja, se cruzó de brazos y piernas y miró detenidamente a los contrarios- empiecen a soltar la sopa que los misterios no son lo mío.

-¿Empieza usted o yo, señora?

La mujer se encontraba nerviosa puesto que no sabía cómo reaccionaría el omega, más ahora que estaba en cinta y las hormonas, muy a parte de su desorden causado por los inhibidores, estaban demasiado alborotadas.

-Creo que puedo empezar yo y usted podría ayudarme con cualquier pregunta que no sepa cómo responder o algo que se me pase de la historia.

-Me parece buena idea.

El omega, quien se encontraba mirando de su madre al médico y viceversa, se dio cuenta que ambos estaban demasiado nerviosos y eso le pareció demasiado raro puesto que nunca había visto a su madre así de nerviosa, a excepción de cuando se puso mal a causa de su marca.

-Solamente quiero decir algo antes de empezar- la mujer agarró al omega del rostro para que la mire fijamente- a pesar de todo, quiero que sepas que te amo con todo mi corazón, eres una persona pura, cariñosa, quiero que pienses las cosas con la mente fría y no te precipites a las cosas, si tienes dudas pregunta y no supongas cosas con esa loca cabecita ¿Está bien?

-Madre... ya me está dando miedo.

-No tienes nada de que temer cariño, solo... recuerda lo que te dije, recuerda que te amo con todo mi corazón.

-¿Está bien? Habla ya madre, me estás asustando.

-Está bien- la madre dio un largo y profundo suspiro, y empezó a contar...- Hace más o menos cuarenta años atrás, nacieron dos niñas y un niño de personas de la realeza, los tres empezaron a crecer siendo unos amigos muy unidos a tal punto que no había secretos entre ellos tres.

Los padres de los tres jóvenes se dieron cuenta que el comportamiento de ellos no era común, los tres tenían desde pequeños un ligero olor que los podía diferenciar, el niño tenía el aroma de un alfa, una de las niñas omega y la otra niña era una beta.

Cuando crecieron, exactamente a sus 15 años, los tres se presentaron el mismo día, la misma hora y el mismo lugar, puesto que siempre estaban unidos.

Eso le pareció raro a todos y pusieron a un guardia a seguirles, días después se enteraron que esos jóvenes eran sangre pura, eran la reencarnación de un rey que había fallecido muchos años antes y vieron que el destino es tan inentendible y tan sorprendente, que les dio e privilegio de reencarnar juntos, el rey, su omega y su mano derecha.

Cosas del Destino ~JinNam~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora