*SEMANA 1; Día 2* (Conversaciones del Receso Parte 2)

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—¿Que te pasa Derek, estas bien?

—Si... es solo que tuve un mal presentimiento, siento así como... no, no es nada olvídalo mejor

—Bueno, pero sabes que me preocupo por tí ¿cierto?

—Si si, lo se, no pasa nada, solo que anoche fue algo... agitada —con la mirada halgo perdida enfocando ninguna cosa especialmente 

—Te entiendo, pero... ¿Estás seguro que estás bien? Sabes que puedes contar conmigo —preocupado hasta cierto punto, justo como lo haría un buen hermano, uno verdadero

—Si, ya lo se, tu tranquilo y yo nervioso —un poco irritado pero manteniendo la calma, pues por tratarse de su amigo y por sus ideales detestaba enfadarse—, he estado a punto de morir más de tres veces en los últimos tres años, y si pude lidiar con eso puedo lidiar con esto. Bueno cambiando de tema, ¿Trajiste la tarea?

—Sí, ¿te la paso?

—¡¿Por quién me tomas?!... me ofendes amigo, me ofendes.... . . . pero si, pasamela, que anoche no me dío tiempo de terminarla

—No es necesario que te enfades, enseguida te la paso —dijo mientras caminaba a su asiento convenientemente ubicado a dos asientos de distancia del de Derek y regresando con una libreta de forro azul

—Por cierto, ahora que me doy cuenta veo que llevas contigo demasiados collares, ¿Me dices la razón de por que llevas tantos?

—Ja, no exageres, —en tono simple con un toque de aire fresco en su voz por poder tener una conversación normal y agradable sin riesgo alguno— sólo llevo dos, bueno hoy tres, y ya sabes, tengo que defender mi estatus social de chico raro del salon y como otaku un collar nunca puede faltar

—¿Tienes alguna favorita? —preguntando de forma seca y tan rápido como Derek, su amigo, acabo de hablar, tanto que daría a pensar que no escucho la respuesta anterior concentrándose en la siguiente pregunta

—Alguna favorita... ¿De qué?

—O sea, una de "edición especial" o algo que tenga valor... Por lo menos sentimental —emocionado por alguna razón que ni si quiera el pareciera conocer 

—... Por favor, yo los compro en el mercado de los lunes, ¿Crees que puedo conseguir ediciones especiales?  —un poco sarcástico pero son perder ese aire fresco de vitalidad estudiantil 

—Ya sé que no eres un ricachón, pero solo digo por curiosidad.

—Mmm... no, solo tengo lo que necesito, de hecho no es que tenga nada de valor conmigo... bueno, tengo algo pero no es mío... —pensando en el collar de su hermana que llevaba puesto para no perder, y rápidamente cambiando de tema por lo delicado que era para el ese asunto—    Olvida eso, el punto es que no. No tengo nada realmente importante. Libre de ataduras, así me gusta vivir hermano

—¿Okey...? —extrañado pero sin darle mucha importancia

—...

—Hablando de hermanos... ¿Cómo te va con tu familia?

—Bueno... —en ese momento Derek se encorva levemente y de manera un poco involuntaria dirige su mano libre hacia su pecho justo a la altura del collar de Daniela y con una vos fría e indiferente— ¡Nah!, como de costumbre, todo bien, todo mal, lo impotamte es que tengo salud y que estoy vivo —cambiando bruscamente su tono de voz a uno más sensible y vivo— y bueno... aunque a veces las cosas se puedan poner un poco... locas, todo está bien, recuerdas a Daniela, ¿No?, mi Hermana.

-Si —un poco emocionado por escuchar ese nombre 

—Pues... No nada, es solo que de la nada me llegó a la mente su recuerdo, tal, vez sea por que ayer me toco ayudarle a prepararse para los exámenes o por que hace unos momentos estaba escribiéndole algo, pero bueno, ella también me ayuda a tolerar la casa, y las tareas, y los regaños, —de la nada le llegó a Derek uno de sus instantes de inspiración y dejó que los sentimientos, las palabras y el momento lo guiarán en su conversación dejando salir unos cuantos versos involuntarios— y la inexistente finalidad de esta vida que no tiene sentido mas que en sí misma siendo una constante paradoja que no tiene sentido más el que uno mismo le da —con los sentimientos afilados a flor de piel como aqullas heridas de un hermosos color rojo vivo que queda posterior a quitar la costra dejada por aquellos arañasos que uno se da por la ansiedad y sentimientos reprimidos luchando por salir creando ese escozor en la piel que te obliga a rascar hasta quitar poo a poco pedasos de ti y crear una ventana de liberación para ellos, todo eso por las pocas palabras que acababa de decir—, por eso la quiero, es, es la única persona cuerda en la familia, diría que es la segunda pero bueno, no creo que yo este del todo bien de mi mente —Bromeando un poco aunque más bién parecía que estuviera diciendo la verdad

HERMANA ¡TU ERES MI PROPÓSITO! (EN PAUSA POR CORRECCIONES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora