Y ese es precisamente el problema: Izuku Midoriya

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Eran tiempos de exámenes por lo que pasaban bastante ocupados, lo suficiente como para poner algo de distancia entre ambos. Ochako se lo pasaba estudiando, Izuku hacía lo mismo, pero no del mismo modo; él estudiaba pero no tanto, no se desvelaba por ese tipo de cosas y aún así por más increíble que parezca no le iba nada mal, era un caso perdido.

La mente de la chica era un caos completo, estaba totalmente confundida. Ya la cuestión no era si le gustaba o no su mejor amigo, ahora el problema era que ya no le gustaba, sino que era algo mucho más fuerte ¿Amor? Probablemente, era un asunto totalmente loco, tomando en cuenta todas las actitudes del peliverde, aquellas características que sólo ella conocía, las cuales no se descubrían a primera vista y por lo tanto, eran completamente ajenas a todas las chicas con las cuales él se enredaba. 

Ochako se ponía furiosa de solo pensarlo ¿Celos? Si, estúpidos celos. Ella sabía que el peliverde no tomaba en serio a ninguna chica y que no las veía más de una vez, pero eso era lo que más le enfurecía ¿Por qué? ¿Por qué demonios evitaba eso a toda costa? ¿Por qué algo serio era palabra desconocida para él? Sin embargo, había algo que le molestaba aún más y era, que ella, aún sabiendo todo esto, aún conociéndolo tan bien podía llegar a quererlo tanto. ¿Cómo? Ella que se había pasado una vida, soñando con un chico muy diferente, estaba ahí, regando baba por Izuku ¿Cómo? ¿Cómo había permitido que eso ocurriera? La respuesta era: Pues... nadie puede controlar ese tipo de cosas, no es que podamos decir: Hasta aquí... las cosas del corazón son irracionales.


Izuku, seguía en su mundo con sus cosas, tranquilo con su mejor amiga. Sin darse cuenta de nada, sin querer saber nada.

Ochako: Aún no entiendo como me puede pasar esto a mí ¡Cómo dejé que pasara! No soy una niña, ya debería de entenderlo; pero no, ahí va la bruta y hace todo lo contrario a lo que su cerebro le dice. Se supone que soy inteligente, pero no cuando ese idiota te sonríe te olvidas de que tienes cerebro ¿Cierto Ochako?

Se hablaba a sí misma. A veces era la mejor forma de desahogarse, claro que también estaba Momo, pero su amiga no la regañaba y eso, entonces que la apoyara en su decisión la hacía ilusionarse, que era lo último que quería y lo primero que hacía, ¡Irónico! ¿No?


Izuku: ¡Hey!- esa voz...- ¿Vas a comer? ¿Te encuentras bien? ¿Aún sigues estudiando? ¿No te cansas de tantas letras?

Ochako: ¿Tú no te cansas de hacer preguntas tontas?-

Izuku: Como es la gente de malagradecida ¿Puedo entrar? ¿Estás en ropa interior? ¿Puedo? ¿Puedo? ¿Puedo? ¿Puedo?

ahí estaba el maduro chico que la enloquecía.

Ochako: No estoy en ropa interior ¡Que locuras dices! Pasa de una vez por todas

él entró y se sentó junto a ella, la observó detenidamente.

Izuku: ¿Vas a comer?¿No se supone que ya acabaron los exámenes?

Ochako: Así es..no estaba estudiando... sólo estaba pensando

Izuku: ¡Me asustas!- ¿Estás... bien?

Ochako: Si... no pasa nada

Izuku: ¿Irás a tu casa hoy?-

Ochako: No... mi mamá no estará en casa, tiene mucho trabajo. No quiero fastidiarla

Izuku: Ahm, ya veo.. Casi no hemos hablado últimamente...pasas mucho tiempo encerrada

Ochako: Si bueno... es que tengo cosas que hacer.

Izuku: ¿No me estás evitando?

Ochako: ¡NO! ¿Por qué haría eso?

Izuku: No lo sé, por eso pregunto. Pensé que estabas enojada por alguna broma o algo. Ya sabes..

Ochako: Como si pudiera enojarme contigo

 dijo resignada, él sonrió.

Izuku: ¡Eres tan linda!

Respondió jugando con las mejillas de la chica.

Ochako: ¿Podrías soltarme?

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