El despertar de las serpientes

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¡Hello! He vuelto con el segundo cap! :D

Como dije en un principio, esto iba a ser un one-shot pero me gustó tanto que al final va a convertirse en algo más que un capítulo. No sé si llegará a ser un fic largo o no, pero voy a intentar hacer lo que pueda y sobre todo que sea divertido. Todo depende de mis musas y mi inspiración, así que espero que me acompañen durante mucho tiempo. La verdad es que me lo estoy pasando bomba escribiendo este fic y tengo algunas cosas en mente que van a ser muy graciosas. Espero que os guste tanto como a mí.  ¡Os dejo con la lectura! ;)

***

-El despertar de las serpientes-

Hermione no había conseguido conciliar el sueño en toda la noche. Le había resultado imposible quitarse de la cabeza el beso de Malfoy, pero después de haberle dado muchas vueltas había llegado a la conclusión de que lo mejor era olvidarlo. Eso se había dicho a sí misma hacía cinco minutos, pero no podía hacerlo.

'' ¿Por qué demonios me besó? Y peor aún... ¡¿Por qué dejé que lo hiciese?! ''se preguntaba una y otra vez, notando un fuerte e insoportable dolor de cabeza— ¡Hermione, eres una estúpida!

— Hermione, ¿ya estás despierta? — preguntó Lavender acercándose a su cama y sentándose en el mullido colchón.

Hermione se tensó. Se sentía constantemente acorralada, se veía forzada a estar continuamente a la defensiva... porque tenía la sensación de que en cualquier momento alguien le iba a decir que sabía lo que ella había hecho.

— Sí, bueno, Lavender... no he dormido muy bien— contestó colocándose el pelo de tal forma que Brown no descubriese el chupetón. No debía verlo bajo ninguna circunstancia.

La chica se encogió de hombros.

— Yo tampoco... no dejo de pensar en cómo reaccionarán los estúpidos de Slytherin cuando se despierten— sus ojos brillaban con malicia — Seguramente se volverán locos, y lo mejor... no sabrán que hemos sido nosotras.

Hermione se quedó sin respiración. Malfoy sí lo sabía y aunque no dijese nada a Umbridge, era probable que sí lo contara a sus compañeros.

Lavender frunció el ceño en ese momento, insatisfecha.

— Lo que me fastidia es que al imbécil de Malfoy no le hicimos nada— añadió irrumpiendo en sus pensamientos— Pero esto no va a quedar así, tenemos que prepararle algo. No se va a ir de rositas.

Ginny Weasley se despertó al escuchar la charla entre sus compañeras.

— Deberíamos ir a desayunar— interrumpió acercándose a ellas, muerta de sueño. Por si fuera poco, estaba hambrienta.

— Yo tengo que dejar las cosas en el cuarto de Harry antes de que sea demasiado tarde y se dé cuenta de que han desaparecido— suspiró Hermione incorporándose para levantarse de la cama. Luego murmuró el hechizo del mapa del merodeador para cerciorarse de si sus amigos seguían en su habitación, pero afortunadamente todos los chicos de Gryffindor ya estaban en el Gran Comedor, así que aprovechó ese instante para devolver los objetos que había tomado prestados.

—Bajad vosotras a desayunar— respondió recogiendo la capa de su equipaje— Yo iré en cuanto deje esto y me vista.

— Está bien— contestó Lavender acercándose a la cama de Parvati para despertarla de un susto. Era la única forma de que su amiga se levantase de una vez.

Hermione se dirigió al cuarto de los chicos pensando en todo lo que había ocurrido la noche anterior. No solía llevarse muy bien con Lavender y tampoco es que tuviera mucha afinidad con Ginny, Parvati o Luna, pero aquella broma nocturna, de algún modo, las había unido. Como si todo aquello hubiera conseguido que una fuerte alianza comenzara a formarse entre ellas.

El príncipe durmiente de las serpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora