¡Plié, relevé! ¡Plié, relevé! - Editado
Cuanto más se aproximaban las chicas al Gran Comedor, más crecía la expectación. Aún no se habían cruzado con ningún alumno por los pasillos pero podía suceder en cualquier momento.
— ¿Crees que lo haremos bien, Hermio...digo...Draco? — susurró Ginny mientras Parvati y Lavender las seguían.
Hermione esbozó una sonrisa ladeada.
— Evidentemente. Más que bien.
— ¿Creéis que habrá algún profesor en el Gran Comedor? — preguntó Lavender en voz baja.
Parvati negó con la cabeza.
— Es la hora de la merienda. Sólo debería haber alumnos estudiando.
No dijeron nada más. Cuando llegaron al vestíbulo, Luna salió dando brinquitos del Gran Comedor y fijó su vista en ellas. Por un momento dudó, pero al ver a Crabbe y Goyle con aquellos tutús tan pomposos y ridículos, tuvo muy claro que no eran las auténticas serpientes.
Ginny se acercó mucho a las demás, algo preocupada. Se percató, al pasar por el corredor, de que unos alumnos de Hufflepuff se quedaban atónitos al ver a las bailarinas.
— No podemos hablar con Luna. Sospecharían —las advirtió.
Hermione adoptó una pose altanera, típica de Malfoy.
—Tranquila, déjame a mí— dijo en un susurro y se aproximó a la chica— Vaya, vaya, pero si es la loca de Ravenclaw. ¿Qué haces que no estás con la sangre sucia y las demás? — le espetó, guiñándole el ojo, con complicidad.
Luna pasó por su lado y murmuró algo, discretamente.
— En el Gran Comedor no están...y los profesores tampoco. Suerte.
Hermione asintió, tomó aire y traspaso el umbral junto a las demás totalmente decidida. Luna se aproximó felizmente a la mesa de Gryffindor e hizo como si no los conociese, deseando presenciar el espectáculo. Cuando todo el mundo vio a Crabbe y Goyle con tutús, el murmullo general fue apagándose lentamente hasta que reinó el silencio absoluto en el Gran Comedor, pero la calma no duró. Ron, que en ese instante estaba disfrutando de su zumo de calabaza, lo escupió de golpe, empapando a Dean y Seamus que permanecían sentados frente a él.
Dean Thomas se secó la cara con la manga de la túnica, muy molesto.
— ¿Pero qué haces, tío?
Sin embargo, Ron no era capaz de articular palabra.
Harry, Neville y él se limitaban a señalar algo o a alguien a sus espaldas, con absoluta perplejidad, así que Seamus y Dean se dieron la vuelta para ver a qué se debía tanto desconcierto. Se quedaron estupefactos. Ginny, por su parte, continuó andando como si nada, se dirigió a la gran silla de oro de Albus Dumbledore, se sentó apoyando los pies sobre la mesa de profesores y miró a todo el mundo con desprecio.
— ¡Antes de la cena, a Crabbe y Goyle les gustaría representar una obra de ballet! — exclamó imitando la voz de Blaise— Nada más y nada menos que...¡El lago de los cisnes!
Lavender y Parvati no esperaron y comenzaron a dar saltitos y giros entre las mesas de Gryffindor y Ravenclaw intentando hacer algún que otro relevé improvisado.
— ¡Plié, relevé! ¡Plié, relevé! — exclamaba Crabbe levantando una de sus enormes piernas, intentando mantener el equilibrio.
Los caballos de los fantasmas del Club decapitado se encabritaron espantados. Comenzaron a relinchar, a dar coces y salieron a galope tendido por el Gran Comedor al ver aquel espectáculo tan traumático.
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El príncipe durmiente de las serpientes
FanfictionHermione, Ginny, Parvati y Lavender están cansadas de las continuas humillaciones de Malfoy y sus secuaces. Cuando descubren que Luna Lovegood ha averiguado accidentalmente la contraseña de la sala común de Slytherin, deciden hacerles una visita noc...