Una larga noche

425 27 2
                                    

-Una larga noche-Editado

Los alumnos de Slytherin se enteraron de que Draco Malfoy y los demás no fueron los que habían montado el espectáculo durante la tarde en el Gran Comedor, así que todo volvió a la normalidad por la noche. O casi todo. Después de la cena, Blaise, Crabbe, Goyle y Theodore volvieron a la sala común de Slytherin y al llegar, vieron que Astoria Greengrass y Pansy Parkinson estaban sentadas en uno de los sofás, llorando desconsoladamente. Daphne intentaba calmarlas en vano.

Blaise y el resto se sentaron en otro sofá, frente a ellas.

— ¿Qué os pasa a vosotras? — bufó asqueado pero sobretodo, cansado de tanto drama. Aún sentía un dolor punzante en la mano.

Hacía tiempo que Astoria no se sentía tan enfadada. Aún así, las lágrimas rodaban por sus mejillas sin parar.

— Draco — dijo entre dientes — Nos ha estado engañando a Pansy y a mí durante todo este tiempo.

Blaise y Theodore se miraron de reojo. ¿Cómo lo habrían averiguado? Aunque debían admitir que Draco no es que estuviera teniendo mucho cuidado precisamente. Las dos eran muy amigas. Tarde o temprano se hubieran enterado.

— Mierda — susurró Blaise en un hilo de voz, algo tenso—Lo han pillado.

— Draco ha elegido un buen momento para largarse— bisbiseó Theodore, incómodo—De la que se ha librado.

Blaise, molesto, se cruzó de brazos y se acomodó en el sofá.

— Qué suerte tiene el desgraciado. Es más escurridizo que la maldita snitch en los partidos de Quidditch.

Astoria inmediatamente dejó de llorar y se levantó del sofá, con los puños cerrados, dispuesta a despedazar a cualquiera. No podía creerlo. ¿Habían estado burlándose de ellas durante todo ese tiempo?

— ¡¿Vosotros lo sabíais?! — chilló con total indignación, sintiéndose ridícula.

— Pues s... — fue a decir Crabbe.

— No, no — lo acalló Blaise dándole un codazo en las costillas. No pensaba entrar en una discusión que se había originado por culpa de Draco. Que jodiera y se las apañase solo como había hecho siempre— No sabíamos nada. En serio.

Theodore y Daphne intentaron controlar el barullo. Él alentó a Greengrass y le hizo un ademán con la mano para que volviera a sentarse con su hermana y con Pansy.

— Astoria, relájate y cuéntanos lo que ha pasado— dijo con voz calmada haciéndose el inocente, como si no estuviera al corriente de la situación.

Greengrass se calmó un poco y miró a Pansy. Dio por hecho que ellos no sabían nada. Quizás habían sido imaginaciones suyas.

— Bueno—murmuró haciendo una pausa, con voz entrecortada— Esta tarde en el Gran Comedor, he besado a Draco pero ha tenido una reacción extraña, como si yo le diese asco, así que me he enfadado muchísimo...

— Pero no ha sido él— terció Theodore.

Astoria asintió, exasperada.

— No soy tonta. Lo sé. Montague me ha dicho que alguien se la había jugado y me he tranquilizado pero... al llegar aquí, he visto a Pansy llorando y me ha contado que estaban saliendo y que él había roto con ella esta tarde en el cuarto de baño. Así que, básicamente, estaba engañándonos. ¡A las dos!

Pansy no podía parar de llorar. Se sentía hundida.

— Cómo ha podido hacerme esto — dijo cubriéndose el rostro, dejando caer los codos sobre sus rodillas. Después de tantos años de amistad, no entendía cómo había podido engañarla. Y por si fuera poco, con una de sus amigas más cercanas. Ya no podía confiar en él. Le había decepcionado totalmente.

El príncipe durmiente de las serpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora