¿Número 8?

Capitulo 2 "Habilidades"

¿Es malo que una niña sea diferente?, Con diferente me refiero a que tenga poderes.
El día es que mi vida dió un vuelco fue una mancha borrosa que odio recordar.

Un día normal, iba iniciando mi primer grado de la escuela secundaria.
Tenía 12 años...
A lo largo de toda mi vida escolar había aprendido a arreglarmelas para no levantar sospechas sobre mi poder, fue una tarea difícil más no imposible.
Pero había una chica que me observaba siempre y la verdad era incómodo.
Su nombre era Dina, jamás supe porque me odiaba. Había diversas ocasiones en las que hacía burlas de mí aspecto y mi familia.

Hasta ese día...
Mientras la Srta. Román daba su clase.
Las matemáticas nunca fueron de mi agradó pero, ¿Que se le va hacer?.
En eso Dina se me acerca y frente a toda la clase comienza a decir
- Ya basta fenómeno ¿Que es lo que haces para obtener siempre las respuestas a todo?
- No se de qué diablos me estás hablando Dina
- No me vengas con eso, yo sé que tienes algo entre manos
La cara me ardía del enojo, no sabía que hacer, no sabía si contestarle o dejarla que hablara.
No pasa mucho hasta que leo en su mente que me iba a golpear. Anticipo con mucha rapidez su bofetada. Entre la rabia y la adrenalina se me sale decirle
- Te crees mejor que yo y no lo eres. Lo podrás tener todo dinero y una familia pero ellos jamás te aceptaran como su hija.
Inmediatamente suelto su mano, haciéndola retroceder con lágrimas entre los ojos.
No pasó mucho para que comenzarán a gritar "FENÓMENO".
La Srta. Román detiene los gritos y me hacer ir a dirección.
20 minutos más tarde llega mi madre y en su expresión pude notar que no estaba feliz.

Camino a casa, lanza una bocanada de aire y dice:
- Lo que hiciste, no estubo bien
- lo sé pero... - no me dejó terminar
- ¿Crees que es fácil decirle a una chica huérfana que su familia nunca la aceptará?
En su mente leo "Espero que solo sea la adolescencia o algún trastorno"
- Madre, te puedo asegurar que no es nada de eso.
Volteó con los ojos llenos de lágrimas y exclamando:
- ¡Oh por dios!
- Madre, tu misma lo dijiste, soy un milagro y tengo poderes aunque no lo quieras aceptar. Te quiero pero no puedo permitir que me trates como una niña normal cuando tu misma sabes que no lo soy...