Sus ojitos me miran mientras yo espero impaciente que diga algo, entre abre sus labios como si le costara trabajo hablar y arruga sus cejas en un gesto extraño, eso me hace sonreír.Me mira y yo aprieto más su pequeña mano, luego ella vuelve a abrir sus labios y esta vez si habla.
—¿Quién eres?—mi sonrisa se borra al instante, miro a mi mamá esperando que diga algo pero no lo hace, su rostro está sorprendido, espero que la niña frente a mí se ría dejándome en claro que sólo estaba bromeando pero no lo hace.
—¿Por qué me pregunta quién soy mamá?—ella no me responde, la niña continua mirándome esperando por una respuesta.
—Son bonitos—señala mis ojos soltando mi mano, no me dijo que parezco un gato como acostumbra a hacerlo, ¿por qué actúa de esa manera?
—¿Se parecen a los del gato?—cuestiono volviendo a coger su mano, ella me mira extrañada.
—¿Un gato?—hace una mueca con sus labios, mi rostro se entristece y me dan ganas de llorar.
—Axel—mamá pone una mano en mi hombro—. Vamos, podrás verla más tarde—dice sujetando mi mano, me dirige hacia la puerta haciendo que pierda el contacto visual con ella.
—Oye—la escucho y volteo con la esperanza de que me diga que parezco un gato—. ¿Te irás sin decirme quién eres?— y no lo hizo.
Levanto mi cabeza de golpe, analizo mi alrededor notando que ya es de día. Miro la hora en mi celular, faltan unos minutos para la hora en la que acostumbro a levantarme.
Me siento en la cama y paso mis manos por mi cara, Dios, ¿por qué estaba soñando con eso?
Paso los minutos sentado en la cama hasta que escucho el despertador, ese ruido tan molestoso que me pone de mal humor. Me quito la media de mi pie izquierdo y camino al despertador, lo apago.
Entro al baño y cierro la puerta, me paro frente al espejo y miro mi cara, parezco un niño que recién despierta de una siesta. Mis ojos bajan a mi abdomen y se quedan en el tatuaje, paso mis dedos por él y en mi rostro se forma una pequeña sonrisa.
—No me cansaré de decirlo, es mala idea tatuarse eso—me regaña mientras bajamos del auto, ha estado haciéndolo desde que se lo dije.
—¿Si no estás de acuerdo qué haces aquí?—No lo estoy viendo pero juro que rodó los ojos.
—Por más estúpido que sea lo que quieres hacer, mi deber es apoyarte, maldito loco.
—¿Desde cuando tú eres el cuerdo de nosotros dos?—pregunto entrando a la tienda, él me sigue.
—Desde que decidiste hacerte un tatuaje por tener un crush con una chica.
En realidad él es el loco y yo hice lo correcto, es lo correcto porque no me arrepiento.
Me quito el pantalón de pijama y entro a la ducha, abro la llave haciendo que la fría agua caiga sobre mí. Agarro la esponja y unos quince minutos después termino de bañarme.
Me envuelvo en una toalla y con otra seco mi cabello, está largo pero igual no es hora de cortarlo.
Camino por la habitación y agarro lo primero que encuentro, de todos modos el color siempre es el mismo. Doy vueltas buscando el par de mis convers hasta que lo encuentro, agarro mi mochila y celular, ya listo por completo salgo de la habitación.
Cuando entro a la cocina, mamá está de espaldas a mí pero se me hace raro que papá no esté.
—Buenos días—saludo dejando mi mochila en la mesa, me acerco a ella.
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Un amor inolvidable |#2|✔️
Novela JuvenilUn amor de niños que nace con una mala mirada, pasa el tiempo, te vi llorar y al causante quise partirle la cara. Intente protegerte, quise ser fuerte, pero los problemas fueron más intensos que mi pequeña mente. Me olvidaste, ¿o es que acaso fingí...