Capitulo 27

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Nervios e intranquilidad, eso es lo que siento en estos momentos.

Empecemos por lo principal:

Durante años estuve enamorado de una chica, creí que la había olvidado hasta que me dijeron que volveríamos a la ciudad donde yo había nacido y nuevamente ella se apoderó de mis pensamientos.

La volví a ver, seguía siendo aquella pequeña niña con un enorme corazón que me enamoró, aunque un poco torpe y distraída.

Pasamos tiempo juntos, salimos a comer, la visitaba, su madre y hermano me dieron su consentimiento para que ella saliera conmigo. Todos se han dado cuenta de que me gusta menos ella, repito, es un poco distraída.

He aquí el motivo de mi intranquilidad: no estoy seguro de que ella sienta lo mismo.

Ahora el nerviosismo: me pone nervioso hacerle esa pregunta.

Es complicado, nunca le he tenido miedo a las chicas pero con ella las cosas son tan diferentes. Llego a pensar que si le gusto porque si no lo hiciera, ella no aceptara salir conmigo.

Ahg, ¿por qué nosotros los chicos somos los que debemos hacer esa pregunta? Ellas pueden hacerlo también, si lo hicieran arreglarían muchos problemas.

Miro a mi alrededor, la bulla del lugar nuevamente se hace presente. Soy el único que está en la casa porque todos los demás están afuera, necesitaba aclarar mi mente y lo único que hice fue enredarme más.

Entro mi cara entre mis manos, estoy ansioso, quiero hacerlo pero hay algo que me lo impide, quizás el abuelo quite ese bloqueo.

Me levanto del sofá y camino hacia el patio, faltan unos pocos minutos para Año Nuevo y me siento ansioso.

Me quedo en la puerta de la cocina, mis padres conversan con Ramón y María, mientras ella carga a Mariel. Algunos de los hermanos de mi padre están hablando entre ellos un poco alejados, no son muy sociables. Hay otras personas amigos de la familia que ni me molesto en conocerlos. Por último, el abuelo, quien escucha todos los disparates que Manuel tiene para contarle.

Me acerco a ellos sin molestarme en hablarle a los demás, antes de llegar lo veo sonreír a algo que Manuel le dice.

—Oye, abuelo—él me mira, ambos lo hacen.

—¡Mi vida! ¿Dónde estabas?—grita Manuel, yo me siento en medio de ellos.

—¿Qué sucede muchacho?—pregunta, siento a Manuel pasar un brazo por mi hombro.

—Sucede que—me acomodo más entre ellos, ambos escuchan con atención—, me he dado cuenta que estoy enamorado de Nay—Manuel me interrumpe.

—Todos sabemos eso—lo codeo.

—Ella no lo sabe—digo lo obvio.

—No le hagas caso, continua—pide el abuelo, yo respiro profundo.

—Como les decía, estoy enamorado de ella y he pasado la tarde entera pensando en todas las veces que la he invitado a salir, las conversaciones que hemos tenido, incluso algunas recuerdos de cuando éramos pequeños.

—No veo el problema en eso.

—El problema es que no sé si ella siente lo mismo y me da miedo que al yo decirle se asuste o no sé—confieso, ambos se quedan en silencio.

—Le dices y si dice que no, la secuestras y la obligas a que te acepte—sugiere Manuel, yo me rio.

—¿Sabes que hay otras formar de conquistar a la chica, cierto?—le pregunta mi abuelo.

Un amor inolvidable |#2|✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora