Un año; Caché

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N/A: no podía esperar más...

Agosto 23, 2019.
Seattle, Washington.
María José Garzón.

La semana se fue volando, no sabía si era porque estábamos a un mes del otoño o porque la pasaba ocupada durante todo el día.

Los señores Calle descansaron el miércoles, así que ese día estuvimos juntos en el almuerzo y la cena, hablamos de como iba en el colegio, si me había gustado y que si estaba cómoda con mis clases y profesores.

Ellos estaban al pendiente de sus hijos, por lo menos cuando estaban en casa. Aún así, ellos mencionaron que les encantaría pasar más tiempo en casa para convivir con sus hijos, sobre todo con Alex.

Aunque, a partir del sábado, Daniela lo llevaría a practicas de Baseball donde ella entrenaba, así que Alex no estaría solo nunca. Además que yo prefería pasar mi tiempo en casa con él y ayudarlo en sus tareas por las tardes.

El club de canto parecía espectacular, las reuniones eran lunes y miércoles, y desde el primer día me habían tratado excelente, les conté que tenía un canal en YouTube y les invité a cantar conmigo en cualquier momento de mi estadía en el colegio.

Los chicos estaban preparándose para presentarse en el baile de bienvenida; todos los años era así, se dividían las horas para poder presentarse ya sea en grupo, parejas o solos. Aquello me parecía espectacular, aún así decidí mantenerme al margen para ver como se fusionaban para crear algo grandioso.

Moves Like Jagger me traía recuerdos sucios y traumáticos de mi primer fin de semana en Seattle, cuando Daniela invitó a sus amigos a la casa.

Luego de que la fiesta acabara, a las 04:39 de la madrugada, todos se fueron dejándome sola en el jardín trasero. Entré a mi habitación y cogí una muda de ropa para poder darme una ducha, sabía que Daniela, Leonardo y Ariana estaban durmiendo, así que no coloqué música mientras me duchaba.

La sorpresa fue cuando salí del baño vistiendo mi pijama amarilla. Leonard estaba desnudo en la cocina buscando algo en la nevera. El olor a hierva llegó a mí causandome una ligera arcada. Sonreí incomoda antes de entrar rápidamente a mi habitación.

2 horas después, sin poder dormir, debido a aquella imagen reproduciéndose en mi cabeza, decidí salir a la cocina para prepararme algo de desayunar. Aún con mis auriculares puestos, salí de la habitación encontrándome con una sorpresa en el pasillo de la entrada principal.

Esa mañana decidí ignorar a Daniela fingiendo no haber visto y escuchado lo que había pasado horas antes.

La razón de que la canción me recordara ese día era simple: Moves Like Jagger fue la canción que se puso cuando apreté el botón de aleatorio de mi lista de Spotify.

El miércoles, durante el ensayo, la chica que acompañaba a Darío mencionó que su garganta se estaba dañando, así que no estaba segura de poder cantar. La conexión que ellos tenían juntos me parecía espectacular; pero el viernes, me sorprendió no mirarla en clase de literatura.

Y en el grupo de WhatsApp, Sarah Clarke avisó que, como ella sospechaba, se había quedado sin voz desde la tarde del jueves.

Sarah Clarke era la chica que más presentaciones haría en la noche del baile de bienvenida, así que una revolución se armó en el grupo de WhatsApp, donde todos comenzaban a reorganizar el itinerario de cinco horas de baile.

–¿En verdad esto está bien?- Johanna me miro a través del espejo de su baño.

–Creéme cuando te digo que todo lo que te has probado está excelente.- ella sonrió antes de acercarse y acomodar el tirante de mi vestido.