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Septiembre 22, 2019. {02:39}
Seattle, Washington.
María José Garzón.

El dj se había ido hace cuarenta minutos, los chicos aún seguían hablando de todo. Las amigas de Johanna se quedarían a dormir en casa así que no tenían que preocuparse por irse.

Había cantado algunas canciones, pero no tantas como Jo hubiese deseado, aún así prometí cantar cuando el turno del dj haya acabado, así que ahora estaba camino a mi habitación para llevar mis dos instrumentos afuera.

Entré a la habitación y cerré la puerta detrás de mí, me tiré sobre el colchón y tomé mi móvil. No había leído los mensajes que mis padres me habían enviado.

La puerta se abrió pero resté importancia hasta que un cuerpo cayó a mi lado. El perfume de Daniela llegó a mi nariz causando una suave sonrisa.

-¿Qué haces aquí?- pregunté sin dejar de ver los mensajes en no móvil.

-Le dije a los chicos que iría al baño.- susurró, estaba mirándo el techo, hasta que se movió dejando la mitad de su cuerpo sobre el mío. -Pero está ocupado...- agregó cerca de mi oído.

Podía sentir el olor a cigarrillo de menta y cerveza.

-¿Ya estás cansada?- pregunté cuando la miré por primera vez, tenía sus ojos cerrados. Asintió un par de veces antes de abrir sus ojos.

Sus ojos castaños me miraban con curiosidad, esbozó una ligera sonrisa antes de fruncir la nariz.

-Tienes unos ojos muy bonitos.- Susurró.

-Gracias...- respondí mirando los suyos, aunque mi vista se desvió unos segundos a sus labios. Tragué saliva antes de volver mi vista al móvil.

-También tienes unos labios lindos... Y apetecibles.- agregó en un susurró, su mano comenzaba a acariciar mi cintura por encima de mi ropa. -He querido besarlos desde hace unos días.

Volví mi vista a ella, también quería besarla.

Probablemente mis mejillas estaban rosadas, pero eso no importaba mucho.

-No puedes besarme, no por el momento.- dije luego de unos minutos; la puerta de enseguida se abrió causando que yo me levantara de inmediato. -Sacaré esto... ¿Puedes llevar mi guitarra?

Daniela asintió aún acostada en mi cama. -Sólo dime, ¿por qué no puedo besarte?

-Porque no es el momento.- sólo dije antes de abrir la puerta y salir.

Pablo y Rose estaban sentados a cada lado mío. Habíamos cantado cuatro canciones, una sólo la cantaron ellos dos mientras yo tocaba y las otras las cantamos juntos.

-Touch, por favor.- Ariana dijo.
La chica no se había despegado de Daniela desde que volvimos a salir.

Estaba un poco celosa.

Comencé a tocar las teclas de mi teclado y luego hice una seña a los chicos.

Rosé comenzó: "Sólo un roce, sólo un roce..."

Luego hizo una seña a mí para que yo siguiera: "Tú y yo, y nadie más, sintiendo emociones que jamás sentí. La forma en que me tienes bajo tu hechizo,no te lo guardes todo para ti."

Miré hacia Pablo esperando que el siguiera: "Así que, ¿no vas a aprovechar esta oportunidad? Siento que por primera vez, no estoy fingiendo. Dedos sobre mis botones, y ahora estás tocando. El maestro de la anticipación, no te lo guardes todo para ti."

Las siguientes líneas las canté yo, con ayuda de Rose; mi vista no podía despegarse de la pareja que sonreía mientras yo cantaba.

Al parecer Johanna se había dado cuenta que algo me incomodaba porque me miraba con una sonrisa de "sé lo que sucede entre ustedes..."

Un año; CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora