Un año; Caché

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N/A: Si no les gusta el smut NO LO LEAN, en este capítulo no agregué nada acerca de la historia que puedan perderse. 

Septiembre 07, 2019. {02:27 horas}
Seattle, Washington.
María José Garzón.

Miré a Daniela sonriéndome, parecía que se burlaba de la respuesta que yo no podía darle. -Nunca he estado con una chica... así que no podría decirte en que se basa mi bisexualidad. O sea, las chicas me gustan como los chicos pero jamás he estado con una.

Habíamos pasado casi tres horas hablando de mi vida en Colombia, mis ambiciones y lo que quería hacer en 10 años. Pero nuestra conversación cambió de rumbo cuando mencioné una de mis primeras fiestas sin supervisión de mis padres.
Aún recordaba esa vez, había sentido adrenalina y a la vez pena al ver a aquellas chicas montándoselo en el baño de la casa.

Pero ahí no había descubierto que era bisexual, si no años antes, cuando comenzaba a ver a las chicas de otra forma.

-Llegará alguna que te haga llegar al cielo...- me miró dándole una calada al cigarrillo que fumaba, esta vez era uno normal.

-¿Qué tal tú?- pregunté, aunque conocía a medias su respuesta.

Ella me miró intentando suprimir su sonrisa pícara. -Te sonrojarías si te contara mis experiencias...- ella me ofreció su cigarrillo y lo acepté, hice un ademán para que ella hablara. -Mi actividad sexual comenzó desde los 16, hace cuatro años; justo fue el día de mi cumpleaños con un chico que era mi novio. Mamá y papá lo adoraban así que no tuvieron problemas en que fuésemos a Minessota para mi cumpleaños, fue fatal.- ella rió haciendo una mueca. -Éramos jóvenes y sin experiencia, su máxima experiencia fueron los vídeos pornográficos que miró durante una semana.

-Eso suena mal...- fue lo único que dije.

-Pero comenzando el año siguiente, mamá y yo viajamos a Arizona, la chica que se hospedaba enseguida me pidió ayudarla a meter un paquete; mi recompensa fue un cigarrillo de hierba y cerveza. Y también sexo... Fue con una desconocida, una preciosa cubana con sonrisa de ensueño.

Daniela sonreía como si recordara cada detalle.

-Ahí fue cuando decidí que era el momento de ser yo... Desde los trece años me di cuenta que era bisexual, así que... Fue difícil ocultarlo por tres años. Mis padres entendieron y mi padre fue feliz al saber que su hija no sólo estaba interesada en los hombres; luego mi "mala fama" comenzó en el segundo año del colegio, había rumores sobre mí y los chicos con los que me acostaba, chicos y chicas... Pero eso no me hizo sentir inferior, al contrario, podía debatir con mis amigos quien era mejor en la cama; si Mario o Dominica, la pareja del año en ese entonces.

-Tienes un amplio catálogo de entrepiernas...- se me salió decir de repente. Ella me miró y comenzó a reír.

-Tengo mucha experiencia en como hacer llegar al cielo a cualquiera.- la miré, desde el baile sentía que había un aura pesada rodeándonos, como si nos indicara que acabaría cuando lo soñado pasara.

-Muestrame.- dije de repente y ella me miró.

Estábamos sentadas debajo de un árbol, a la orilla de Madrona Lake, la única luz que teníamos era la que provenía del cielo y las casas que había detrás de nosotras y del otro lado del gran lago.

-No juegues conmigo.- susurró entre risas.

-Quiero hacerlo...- respondí antes de acercarme más a ella, ya no estábamos una frente a la otra, sino que yo estaba casi en sobre sus piernas.

–Podría hacerlo...- ella tomó mis hombros para alejarme, volví a mi lugar y ella me miró. –Pero te arrepentirás apenas lleguemos a casa, será incómodo vivir en el mismo techo y...