Octubre 12, 2019.
Seattle, Washington.
María José Garzón.Lo había pensado bastante. No encontraba la manera de hacerle saber a Daniela que comenzaba a tener sentimientos por ella. Estaba asustada, nunca había confesado mis sentimientos a la primera, siempre esperaba a recibir alguna señal por parte de la otra persona.
Las últimas semanas no fueron las más divertidas, aunque las tardes con Alex se habían convertido en mi momento favorito. Cuando yo no iba al club de canto, grababa covers frente a él, de vez en cuando aparecía saludando a la cámara o fingiendo cantar detrás de mí.
Alexander se había convertido en un hermano pequeño para mí, me recordaba mucho a Valentina.
Durante estos días había recordado mucho a mi familia, y a pesar de hablar diariamente con ellos, sentía que les hechaba mucho de menos.
Apenas habían pasado tres meses, me quedaban nueve, que parecían ir lento y a la vez rápido.Hoy era uno de esos días donde no tenía que presentarme en el club. Así que ya tenía preparado un lugar en el jardín con mi teclado, la cámara y el micrófono.
Alex hablaba frente a la cámara apagada fingiendo ser un comentarista de béisbol.
–¿Me acompañarás a mi clase de danza?– Johanna habló detrás de mí. Di media vuelta para encararla mientras esbozaba una sonrisa pequeña.
–¿Puedes esperar a que grabe este vídeo? Será sólo una vez, lo prometo.
Johanna asintió antes de tomar mi mano y arrastrarme al jardín trasero. –Le avisaré a Daniela que nos vamos en treinta minutos.– murmuró mientras escribía en su móvil. –Además, es necesario que vayas, estamos preparando un festival para antes de halloween sobre la violencia a la mujer y necesitamos música en vivo. Obviamente he dicho que tu puedes acompañarnos, así que traerás tus instrumentos hoy.– Johanna había hablado sin darme la oportunidad de decir algo.
Me encogí de hombros cuando ella me vio e hice una seña a Alex, se movió dejándome la silla y se sentó en el césped junto a Jo, quien había comenzado a grabarme con su móvil.
–Esta canción va dedicada a todos mis fans...– dije riendo aún con el micrófono apagado.
Jo y Alex hicieron bulla mientras yo encendía mis aparatos. Comencé a probar las teclas creando una melodía al azar, hasta que logré recordar lo que había ensayado días atrás. –Esto es Say It First de Sam Smith...
Mientras cantaba las primeras líneas, mis ojos estaban cerrados intentando recordar lo que había pasado los últimos días.
–Me mantienes adivinando con las cosas que haces; espero que sean verdad...– la sonrisa de Daniela vino a mi mente de repente causando que sonriera entre mi canto. –Así que necesito saber si estoy solo en esto. Vamos nena, dilo primero
Necesito escucharte, di esas palabras.
Si soy todo lo que deseas, te prometo que habrá fuego; necesito escucharte, dilo primero.* * *
El escenario del auditorio estaba lleno de bailarines, el proyecto del mes hablaba sobre las relaciones tóxicas y la violencia intrafamiliar.
La coreografía se basaba prácticamente en la experiencia de Fernanda Cadavid, una joven periodista que vivía en Miami y había dado a conocer su historia referente a la violencia intrafamiliar.Podía ver como la profesora de danza intentaba expresar el dolor de la chica y luego mostraba el coraje del personaje masculino.
Aquello parecía tan real, los golpes que se le proporcionaban a Johanna parecían ser reales y sus gestos parecían mostrar dolor.
Sentí como una lágrima corría por mi mejilla recordando la historia de mi abuela. Mamá y papa siempre hablaban de que debía cuidarme de las malas personas, los malos hombres; mamá contaba siempre la historia de cómo la abuela se fue deteriorando debido a las golpizas que el abuelo le proporcionaba el abuelo. Y el miedo que tenían ella y sus hermanas de denunciarlo; para mamá fue un alivio que él falleciera, por más feo que suene eso.
–¿Parece muy real, no?– Daniela llegó a sentarse a mi lado, estaba en la décima fila casi en el centro. Los chicos seguían ensayando.
Asentí un par de veces limpiando mis lágrimas y tratando de sonreír.
–Ha de ser horrible... ¿Cómo puede existir tanta maldad en las personas?– mis ojos cristalizados miraron hacia su dirección.
–Tal vez les hicieron daño en el pasado y creen que tienen el derecho a lastimar a los demás.
Me quedé en silencio dejando que mis manos descansaran en el descanso de los asientos. Mientras mi atención estaba en el escenario, la mano de Daniela extendió la palma de mi mano, su índice comenzó a hacer líneas que formaban la palabra "sí".
Bajé la mirada a mi regazo esbozando una ligera sonrisa, las lágrimas aún bajaban, pero esta vez eran menos y más tardías. Su mano se enlazó con la mía y la comenzó a acariciar mis nudillos.
Había respondido que sí a mi canción.
–MJ, ¿puedes venir?– la profesora habló por el micrófono cinco minutos después.
Solté la mano de Daniela antes de levantarme y caminar hasta el escenario.
–¿Puedes cantar 'Figures' de Jessie Reyez?– dijo apenas llegué arriba del escenario.Cuarenta minutos después, salíamos del colegio dispuestas a ir a casa. Estaba muy emocional, incluso había llorado dos veces mientras cantaba; la profesora pensó que era parte de mi interpretación pero era algo que no podía controlar.
Salí de ahí con la enmienda de cantar el 21 de octubre frente a la función que darían. Había otros compañeros actores y bailarines que harían sus presentaciones; yo sólo cantaría para Johanna y Oliver.
Al llegar a casa, los padres de Daniela estaban ahí, miraban la televisión en el living mientras bebían algo.
Johanna me tomó de la mano llevándome escaleras arriba hasta su habitación. Tenía un presentimiento, pero no sabía con exactitud que esperar.
Cuando la puerta se cerró detrás de ella me miró levantando una ceja.
–¿Vas a contarme?– su pregunta no me tomó por sorpresa, imaginaba a que se refería.
–Creo que me gusta tu hermana.– dije apenas me senté en la cama. –Y sé que está mal porque es una chica y...
–No, MJ, ¿qué dices? Ese no es el problema.– Jo se sentó en su silla y se acercó a mí. –Yo amo a Dani, pero... También te aprecio a ti, ella no te conviene. Daniela es una chica a la que le gusta la libertad, no sirve para las relaciones y... No quiero que te lastime.
La observé en silencio, sabía de eso, sus amigos también lo habían mencionado.
–¿Y si quiero intentarlo con ella?– las manos de Johanna cubrieron las mías. –¿Y si quiero intentarlo sin importar que me rompa el corazón?
–MJ...– ella dijo mirándome a los ojos, su índice acomodó mi cabello y su mano se deslizó por mi cara hasta mi mejilla. –Estaré ahí para sacarte de casa cuando eso pase...– sonrió grande antes de apretar mi mano y acercarse a mí para abrazarme.
La abracé con fuerza sintiendo nuevamente las lágrimas venir hacia mí, apreté los ojos sintiendo como todo salía.
–Estos días has estado muy sensible... ¿Andas con la menstruación?– Asentí un par de veces sin despegarme de ella, quien comenzó a reír antes de acariciar mi cabello. –Ahora puedo entenderlo todo.
Debía arriesgarme, me daría la oportunidad de decir que sí a todo lo que viniera en mi camino; no tomaría en cuenta los riesgos que traerían algunas acciones. Era ahora o nunca.
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Un año; Caché
Hayran Kurgu"Algunos sueños se cumplen, otros se mantienen como deseos lejanos." Cuando decidí entrar al proceso de intercambio escolar fue para cumplir uno de mis sueños. Había leído mucho de las experiencias de chicos universitarios, jamás de chicos que está...