Prólogo.

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Esto es un infierno, en el sentido literal de la palabra.

Recapitulemos mi vida: por caprichos del universo o de quién sabe, recordé mi otra vida como un hombre que vivió una vida plena en un planeta -un pedazo de tierra y agua que flota en el espacio- llamado Tierra, mi anterior nombre ni mis acciones pasadas importan.

Lo importante es mi rara situación actual: era (soy(?) un hombre y al mismo tiempo una chica.

Ese hombre era yo, justamente, pero no el yo de ahora.

¿Cómo podía ser dos
personas al mismo tiempo?

Y digo al mismo tiempo pero no es así, confuso ¿no? Ni yo me entiendo. El verdadero problema es que al ser bombardeada por recuerdos de otra vida me di cuenta de que todo está mal, muy mal.

Los recuerdos en sí mismos siempre estuvieron ahí, al alcance de mi mano, pero no fue hasta estar al borde de la muerte -gracias a quienes me dieron la vida- que pude decodificarlos  y hacer uso de ellos.

Recordar no me hizo daño, lo hizo darme cuenta en la situación que estaba con mi criterio de una supuesta persona adulta.
Para empezar no sabía dónde estaba, que se yo, lo único que sabia era que estaba muy lejos de casa.

Segundo, soy una chica y tener recuerdos de un viejo es... Incómodo en cierto modo, pero las condiciones en las que vivía eran el problema.

Tercero y último, -un detallito pequeño, nada más- me di cuenta que habían bestias hablaban y caminaban como humanos y que yo era su experimento. No sé si habrán más humanos, pero espero que no estén en la misma situación que yo.

La pregunta del millón es: ¿Qué haría de ahora en adelante? No es como si pudiera decidir salir casualmente por la puerta y despedirme de mis "creadores" tranquilamente.
Tampoco creo que pueda hacerlo, apenas se de qué hablan -si es que hablan- entiendo, pero no entiendo el contexto.

Estoy realmente jodida, lo sé.

Mi vida constaba en dos comidas diarias -realmente asquerosas- y distintos tipos de exámenes para ellos y torturas para mí.

Aunque algo que nunca cambiaría, serían las inyecciones diarias -un líquido insana mente verde- , a menos de que no estén de humor y no me alimenten por un tiempo, solo somos yo y la oscuridad perpetua en esas ocasiones, no hay comida, no hay ruido .

No ví la luz del sol desde mi presunto nacimiento, ni tampoco salí de este lugar nunca, sólo puedo ver el pasillo desde la rejilla de mi puerta -aunque a duras penas, ya que soy muy pequeña- ni tampoco tengo un sentido del tiempo, -que aún no entiendo del todo- cosa que me hace dormir solo cuando me canso o cuando puedo.

En cuanto a las bestias, me atendían siempre con batas blancas tipo científico, aunque nunca supe que especie eran, solo bestias desalmadas con colmillos y garras filosos, los cuales me engullían con su sombra. Verlos a la cara me daba terror, sus dientes afilados me paralizan. De echo todo en aquel lugar me intimidaba.

En fin, debido a mis dudas existenciales y de identidad -¿Quién no padecería algo similar si no sabes cómo referirte a tu mismo?- estaba muy agobiada y me había convertido en una persona depresiva, por lo que opté por la salida fácil

El suicidio.

O sea, ya sabía que pasaba luego de la muerte ¿no? Seguramente iba a aparecer en otro cuerpo y en otra vida ¿verdad?

Las fuertes emociones del momento no me dejaron pensar con claridad ¿que tal si esto sólo era una casualidad? ¿y si me quedaba vagando por la oscuridad eternamente?
Tal vez esto había sido cosa de una sola vez y al morir era como cuando puedes empezar a recordar cosas de niño, tratas de ver atrás y no hay nada.
Pues en el momento no lo pensé.

[...]

Mi hogar desde que tengo memoria, constaba con un lavabo, y un espejo ¿Para que pusieron eso ahí si no me enseñan cómo usarlo? Recuerdo que muchas veces con escasa luz del pasillo, me peleaba con mi reflejo. Qué humillante.

Mi plan dependía de esos objetos y de mi imaginación.

¿Morir ahogada? No, mucho sufrimiento y siquiera sé si sale agua por ahí, nunca lo he probado.
La única opción que tenía era el espejo -o eso quería creer- algo simple y rápido. Por suerte ya estaba resquebrajado y viejo, por lo que sería fácil realizar la tarea.

En palabras es fácil, con acciones... Es complicado.

No iba a hacerlo enseguida, aunque pensara que estaba lista dudaba. Dejaba la idea para después.
Los días pasaban y yo miraba el espejo indecisa.

"¡Vamos, es sólo una cortadita!" Me decía alentando mis deseos suicidas.

Una mañana, luego de una terapia de electroshock que me dejó tirando espuma por la boca, dije basta.
Con las manos y piernas temblando me acerqué.
Nunca, en esta ni en la anterior vida, habría imaginado que un espejo causaría tanto miedo.

Cobarde.

Esa era yo.

Con mis manos temblorosas despegué un trozo del espejo, apuntando a mi cuello.

Respiré hondo.

Con las dos manos acerqué el objeto filoso a mi yugular y tragué fuerte.

"Ya es hora."

BOOOOM

O tal vez no.

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Hola gente bonita! Un nuevo proyecto en el que he estado trabajando por un tiempo, al ser mi primer historia no les prometo algo estrafalario ni nada parecido. ¡Sólo disfruta!

Actualizaciones semanales los lunes. ¡Los espero en el próximo capítulo!

Bye~

HajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora