♡Global Studies♡ [Rubegetta]

♡CAPÍTULO 42♡

Rubén

Mi lado de la cama estaba curiosamente frío. Quizás por la noche me había quitado las sábanas accidentalmente o algo similar. Realmente no lo sabía, solo quería un poco de calor. Me giré buscando un lugar más acogedor y efectivamente lo encontré: por instinto me abracé al cuerpo que estaba junto a mí lado, acurrucandome cada vez más en su pecho, debajo de las mantas.

Samuel: Hm..¿Chiqui?

Rubén: Eres muy suave...

Samuel: Tu pareces un osito de esta forma.

Empecé a besar su abdomen torpemente mientras me apegaba más a él. No quería dejarlo ir, lo quería en ese momento solamente para mí.

Samuel: Me encanta cuando eres así de cariñoso.

Rubén: A mí me encantas tú, Vege.

Me subí a horcajadas sobre él y comencé a repartir besos por todo su cuello y rostro. Sentir su respiración y su dulce aroma por la mañana era de otro mundo.

Samuel: Cari, mírame.

Detuve mis acciones y me centré en sus hermosos ojos color café, nos quedamos unos segundos así hasta que pronunció las palabras que necesitaba oír.

Samuel: Te amo, Rubén.

Rubén: Yo también te amo, Samuel.

Era la sensación más linda que había sentido en toda mi vida.

♡

Samuel: ¿Doblas?...¡Doblas!

Rubén: ¿Q-qué?

Samuel: ¿Qué sucede? P-por qué T-tú..

No entendía porque se lo veía tan nervioso hasta que me di cuenta la posición en la que estábamos y las marcas de mis besos por todo su cuerpo.

Rubén: Y-yo...

Samuel: Rubén...E-estas...

Rápidamente, dirigí mi vista hacia donde él señalaba y pude observar la creciente erección que tenía y lo que la hacía más notoria era el hecho de que me encontraba sin ninguna prenda de ropa.

Rubén: ¡L-lo siento!

En cuestión de segundos me levanté de sus piernas e intenté taparme con las sábanas de la cama, cayendo al suelo.

Rubén: ¡Auch!

Samuel: ¿Estas bien?

Preocupado se acercó pero velozmente corrí hasta el pequeño cuarto de baño y me encerré allí. Estaba tan avergonzado que solo me quedé inmóvil, apoyado en la puerta.
Escuché a Samuel del otro lado y tenía ganas de que me tragase la tierra entera.

Samuel: Rubén, sal. No te preocupes por lo que ocurrió.

No emití ningún sonido, solo me mantuve con mi sonrojo aumentando cada vez peor.

Samuel: Tranquilo, Rubén. Está todo bien.

Mi orgullo no me dejaba dar un paso afuera.

Samuel: S-si quieres puedo ayudarte con-..

Rubén: ¡E-estoy bien! ¡Ve al desayuno, yo iré más tarde!

Samuel: ¿Seguro?

Rubén: Si, ve.

Luego de unos minutos, escuché a Vegetta salir de la cabaña. No hice nada, no tenía las fuerzas para salir del baño siquiera.
La profunda vergüenza que sentía me consumía. Estaba claro, me iba a quedar allí encerrado por el resto de mis días.