♡Global Studies♡ [Rubegetta]

♡CAPÍTULO 41♡

Rubén

Estaba completamente inmóvil, sus palabras me habían dejado sin poder articular un mínimo movimiento en mi cuerpo. No tenía idea de a donde podría ir en medio de la noche y a mitad de un bosque. Sin contar el hecho de que si era encontrado por los profesores, divagando a estas horas, terminaría castigado de por vida.

Samuel: ¿Doblas?

Rubén: Y-yo...

Samuel: ¿Te encuentras bien?

Intentó acercarse pero rápidamente retrocedí, queriendo evitar un agarre entre nosotros.
Pude notar como ese inconsciente acto de mi parte, realmente lo había lastimado. Se limitó a mirar a sus manos con tristeza y esconderlas detrás de su espalda. En ese momento quise lanzarme hacía él y abrazarlo con todas mis fuerzas, mientras le decía cuanto lo amo y que no me gusta que estemos de esta manera. Sin embargo, mi orgullo era mucho más grande que mis ganas de arreglar nuestro problema.

Rubén: Tengo que irme.

Samuel: ¿Q-qué?

Sin dar una respuesta, comencé a correr hacía ningún sitio en particular. Mi torpe plan era poder encontrar la cabaña de Luzu sin ser descubierto por algún guardia o profesor.
Caminé en dirección a las cabañas más cercanas y cuando por fin pude ver las luces del lugar, alguien me sujeto con fuerza de la muñeca y me tiró hacía él. Quedando escondidos detrás de un árbol.

Rubén: ¿Qué haces? Déjame ir.

Samuel: Silencio.

No me dejó responder, solo tapó mi boca, pasando su brazo por mi rostro.
Iba a intentar quitarme de la incómoda posición en la que nos encontrábamos pero unos ruidos de pasos cerca de nosotros, me alertaron.
Entendí que estaba intentando evitar que yo sea atrapado por las personas de seguridad recorriendo el campamento.

Guardia de Seguridad 1: ¿Escuchaste eso?

Guardia de Seguridad 2: Si, lo oí. Venía de esta zona.

Guardia de Seguridad 1: Vamos a verificar el lugar, entonces.

Empezaron a mirar detrás de cada árbol. Definitivamente teníamos que hacer algo, si no seríamos atrapados.

Rubén: ¿Qué hacemos? Ya casi llegan aquí.

Samuel no contestó, razón por la cual aumentaron mis nervios. Se los podía sentir cada vez más cerca, no teníamos escapatoria.
Atiné a cerrar mis ojos por el miedo y esconderme más entre el cuerpo cálido de Vegetta. No obstante, a los segundos me empujó, alejándome por completo de él.

Samuel: Un gusto, oficiales. ¿Linda noche, verdad?

Guardia de seguridad 1: ¿De Luque? Vaya, nunca creí encontrarte rompiendo las reglas.

Samuel: Solo estaba dirigiéndome a la cabaña central. Mi acompañante y yo tenemos un pequeño inconveniente con la luz de nuestra habitación.

Guardia de Seguridad 2: Tu acompañante, ¿Vino contigo?

Samuel: No. Solamente yo.

Guardia de Seguridad 1: Te acompañaremos nosotros.

Samuel: De acuerdo.

Sin que se dieran cuenta los custodias, se volteó levemente e hizo seña de que me fuera. No quería hacerlo pero no tenía otra alternativa. Los vi por último vez, yéndose entre los árboles y comencé mi camino hacia la cabaña.

♡

Una hora más tarde y Samuel seguía sin aparecer, estaba preocupado por la idea de que lo hayan sancionado por salir en medio de la noche. Pero tampoco podía salir porque todo su sacrificio hubiera sido en vano.
De todas formas, ya no soportaba más. Necesitaba saber si todo estaba bien. Solamente saldría por unos minutos para ver donde se encontraba y luego volvería a la cabaña. Me puse ropa abrigada, dispuesto a averiguar lo que sucedió y tome la llave de la puerta. Aunque grande fui mi sorpresa al ver a un Vegetta, parado fuera de la casa y con heridas en la cara.

Rubén: ¡Vege! ¿Qué te sucedió?

Samuel: Me caí y raspe con unas ramas de camino aquí, está muy oscuro. No es nada grave.

Lo que era su bello rostro ahora estaba todo arañando por los árboles. Hice que entrará dentro y lo senté en la cama.

Rubén: Puedo curarlas.

Samuel: Está bien, Dobl-..

Rubén: ¡Tu cara está lastimada! ¿Cómo puedes decir eso?

No sabía por qué pero había comenzado a llorar, era tan estúpido pero no podía frenar mis lágrimas.

Samuel: Rubius...

Rubén: Solo... Deja que las cure.

No dijo nada más, cosa que agradecí. Tomé el botiquín de primeros auxilios y limpié con un paño de agua su cara, luego de eso fui aplicando vaselina de a poco.
Ambos estábamos callados, no era momento de decir algo. Lo sabíamos mejor que nadie. Cualquier cosa que dijéramos, solo nos lastimaría más.

Rubén: Listo.

Samuel: Rubén, sé que no quieres hablar sobre lo que ocurrió. Pero lo que viste no es lo que piensas. El día que me encontraste con aquella chica en el salón, solo le estaba dando clases en el taller de apoyo estudiantil. Al parecer, confundió las cosas y me beso. La quité rápidamente y le expliqué que no estoy interesado en ella, luego de eso no hemos vuelto a tener relación.
En cuanto a lo que dijo Raúl, solo puedo decir que es verdad aunque no de la manera que tú crees.

Rubén: ¿De cuál, entonces?

Samuel: Lo siento, no puedo decirlo. Puedes o no creer en lo que te digo pero necesito que confíes en mí. Realmente te extraño, Rubén.

Rubén: Yo también...

Samuel: ¿Quieres comenzar de nuevo?

Rubén: Te extraño pero necesito un tiempo. Quizás nos apresuramos la primera vez y no pensamos bien las cosas. Solo serán unos días, estarán bien para mí.

Samuel: Te esperaré lo que quieras. Solo... Espero que no sea mucho.

Tapó su rostro con sus manos y vi como caían lágrimas por su rostro. Sentí la necesidad de abrazarlo y ya no me detuve, paso sus brazos por mí y se escondió en mi pecho.

Rubén: No lo será, tranquilo.

Pese a estar llorando y con lágrimas cayendo de sus mejillas, me regaló la sonrisa más dulce que alguien pudo haberme obsequiado y gracias a eso lo supe.
Era la sonrisa que quería ver siempre al despertar durante el resto de mi vida.