2 - Un extraño llamado.

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Castillo de Arendelle

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Castillo de Arendelle.

3:00 de la madrugada.

Han transcurrido unas cuantas horas desde que Elsa se quedó dormida después del pequeño incidente con el príncipe Naruto, y en estos momentos la reina de Arendelle parecía estar durmiendo profundamente o al menos eso era lo que parecía, ya que de un momento a otro un misterioso y leve sonido empezó a escucharse por toda la habitación, siendo esta misma una pequeña melodía con una suave voz de mujer.

Este extraño sonido al poco tiempo solo parecía haber provocado una cosa, y eso era que la pelirubia platinada empezará a despertarse de su sueño lentamente.

?: (Ah-ah-ah).

Cuando Elsa logró reconocer esa misteriosa voz lo único que hizo fue abrir sus ojos azules por completo, aunque durante el siguiente lapso de tiempo la reina únicamente permaneció acostada mientras escuchaba la suave melodía.

Ahí estaba nuevamente aquel sonido, ese mismo sonido que desde hace un par de meses atrás no la dejaba en paz.

Elsa: Puedo escucharte, ya basta.

Susurro Elsa con un poco de molestia en su voz.

Pero lo único que logró conseguir Elsa con este simple reproche, fue que la dulce voz se escuchará nuevamente.

?: (Ah-ah-ah).

Elsa: ¿Qué es lo que quieres de mi?.

Preguntó la reina al momento de levantarse con lentitud de su cama, para después simplemente salir de su habitación y empezar a caminar por el desolado pasillo.

Elsa: Cuento con miles de razones para seguir en mi hogar, pero dime, qué es lo que debo hacer para que tus susurros desaparezcan.

Mencionó Elsa con voz cansada, ya que lo único que deseaba era sacarse completamente esa molesta melodía de su cabeza.

La joven de pelo rubio solo continuó caminando por el largo pasillo hasta toparse con dos grandes cuadros, los cuales se encontraban pegados de manera fija en una de las paredes de piedra.

En uno de los cuadros se podía apreciar a Elsa y a Anna de pequeñas siendo acompañadas por sus padres, mientras que en el segundo cuadro se apreciaban nuevamente a las dos hermanas, además del joven Kristoff y el pequeño Olaf, al ver dichos cuadros Elsa sólo pudo sonreír nostálgicamente por el gran valor sentimental que representaban para ella.

?: (Ah-ah-ah).

Pero una vez más esa extraña y leve voz se hacía nuevamente presente, provocando en esta ocasión que Elsa simplemente continuará con su andar.

Después de haber caminado durante un largo tiempo, Elsa por fin había podido salir de la enorme estructura por una de las tantas puertas que contaban en el castillo, así que estando una vez afuera la pelirubia pudo notar como la melodía parecía porvenir del gran océano que se encontraba más allá del muelle de Arendelle.

Frozen ll: Aventuras En Althohalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora