꧁§░𝕄𝕒𝕤 𝔸𝕝𝕝𝕒 𝔻𝕖𝕝 ℍ𝕠𝕣𝕚𝕫𝕠𝕟𝕥𝕖░§꧂

«CAP 10»💀❤

El rubio y el azabache ya se encontraban cerca de su hogar.
El rubio doncel estaba tan feliz, de que el azabache encontrara su ramen, que al llegar se lo preparo enseguida, estaba comiendo con una enorme sonrisa y sus ojitos con brillitos, de verdad estaba disfrutando su ramen, y a el azabache le parecía tierna la escena que tenia frente a sus ojos, que casi olvida lo que le pediría a su rubio.

Oye Naru, te acuerdas que te dije que me merecía una recompensa?- pregunto el azabache con una sonrisa, que asusto un poco al rubio.

Pues si, que es lo que quieres teme?- pregunto el doncel inocentemente.
Pues, veras como ya sabrás soy un vampiro- dijo tocando sus colmillos- “que para nada se nota que sean pequeños y afilados”- dijo el rubio para si mismo- y pues como he sido un muy buen vampiro y te veo tan feliz comiendo, a mi también me dio hambre, es injusto que solo tu comas, no lo crees?- dijo es azabache relamiéndose los labios.

El doncel paró en seco y trago pesado un poco de ramen, pues ya sabia lo que quería el azabache, además el se lo prometió y no se iba a retractar de su palabra, además, “que tan malo puede ser que el teme vampiro me muerda”, pensó inocentemente el rubio, pues no todos los días un vampiro quería chuparle la sangre.

Hump, bueno como te lo prometí y por que has hecho méritos, portándote bien y como un vampiro medio decente y por haberme dado mi ramen, puedes morderme- dijo el rubio sonrojado, mostrándole una tierna sonrisa y bajando un poco su camisa dejándole ver su cuello, el azabache se sintió feliz, y a la ves un tanto excitado por la imagen que le estaba dando su rubio.

Gra-gracias rubiecito- dijo el azabache cargando estilo princesa al rubio para depositarlo en la cama.

Espero que no duela- dijo el rubio con las mejillas color rosa.

Tranquilo, no dolerá, lo prometo, dijo el azabache, depositando un beso en los labios del doncel, lleno de amor, para así bajar al cuello del rubio.

El azabache repartía besos por toda la zona, lo que hizo al doncel soltar pequeños gemidos por el contacto, que para los oídos del vampiro eran toda una melodía, quería seguir escuchando.