3.- Cultivación

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— Ahora, Ning-Ning, escucha atentamente.

La pequeña asintió, con la mirada fija en su hermano. El joven se rascó la cabeza para ordenar sus ideas y dijo:

— Esta reunión es importante porque todas las grandes sectas del mundo se van a reunir para buscar discípulos, y si todo sale bien este hermano tuyo será seleccionado por uno de los líderes del mundo de la cultivación, entonces tú y yo nos iremos y no tendremos que volver a casa.

— Pero, Lang-Er— dijo la pequeña—. Mamá se preocupara si no volvemos a casa.

— Le escribiré una carta para que no se preocupe.

La niña sonrió. Ambos provenían de una familia humilde con un padre abusivo y una madre indiferente que no le importaba si los niños vivían o no. Temiendo por su pequeña hermana, Lang-er había huido llevándola consigo en busca de un mundo mejor, llegando así a la aldea de Puji donde fueron acogidos en el santuario del lugar por el mismo maestro del mismo, Daozhang Xié... o al menos así lo llamaban los aldeanos. En ese sitio el joven había escuchado sobre la cultivación y había decidido meterse de lleno a ese mundo, viéndolo como la oportunidad que tanto estaba buscando.

Fue así cómo escuchó sobre la Conferencia de Reclutamiento y se apresuró en ir.

Desde sus sitios, los líderes de secta esperaban. Ning-Ning fue llevada junto con las demás personas que observarían los duelos mientras que Lang-er iba junto a los otros aspirantes. Varias de las sectas sobre las que había escuchado estaban allí: Gusu Lan, Qinghe Nie, Lanling Jin y Yunmeng Jiang, la sorpresa fue que esta vez había dos representantes de la secta de la montaña Cang Qiong: el maestro de secta y el líder de la cumbre Qing Jing. El muchacho estaba emocionado y se propuso impresionar a los presentes para poder ser elegido. Tenía que serlo, de lo contrario el rechazo le cerraría por siempre las puertas al mundo que quería alcanzar.

— Shizun, mira— llamó Luo Binghe señalando al joven—. Podría ser un buen shidi.

— Es posible— coincidió Shen Qingqiu desplegando su abanico.

Yue Qingyuan simplemente sonrió. Realmente era un joven muy talentoso, la secta Cang Qiong le daría el entrenamiento que necesitaba. Pero no serían los únicos interesados en Lang-er: Jiang Cheng se puso de pie diciendo:

— Lo quiero como parte de mi secta. Tú, ven aquí.

El muchacho sonrió: ¡una de las sectas más fieras lo quería de su lado! De inmediato se acercó al hombre y se inclinó ante él.

— Líder de secta Jiang— dijo—. Estaré honrado de ser su discípulo... pero quiero saber una cosa.

— Adelante— concedió Jiang Cheng.

— Quiero que se me permita traer a mi hermana conmigo.

Un silencio breve siguió a sus palabras. Justo cuando Lang-er estuvo a punto de pedir clemencia Jiang Cheng dijo:

— Está bien. Podrá establecerse contigo.

A pocos metros de distancia, una pareja observaba mientras los dos chicos se iban rumbo a Muelle de Loto.

— Ah, voy a extrañar a esos chicos— dijo Xié Lian con una sonrisa.

— Estarán en buenas manos, Gege— dijo Hua Cheng tomándolo del brazo.

— Estoy seguro de eso.

Lang-er había rezado al inmortal de blanco y al rey demonio de rojo por ser aceptado en una secta para poder tener una vida mejor, y éstos le habían concedido su deseo.


N/A :Ains, ahora se me ocurrió usar esto de base para un fic xD

Cultivatober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora