— ¿Qué clase de magia es ésta?— increpó Liu Qingge golpeando la pared de nuevo.
— Liu-shidi, ¿podrías calmarte un poco?— inquirió Shang Qinghua tratando de evitar la lluvia de rocas que los golpes del otro provocaban.
Shen Qingqiu suspiró tratando de serenarse. Sacó su abanico dándose ligeros golpes en la frente, pensando en cómo salir de este sitio. Se sintió como un novato al caer de la zanja, ¿cómo no lo vio antes? Cuando encuentre al responsable de esto lo va a matar, lo va a colgar de la casa de bambú, lo va a...
[ Sistema de misión iniciando.
Misión: derrotar a Linguang-Jun. Por favor, haga clic para aceptar. ]
¿Linguang-Jun? ¿Quién carajos es...?
Shen Qingqiu palideció. Oh no, no puede ser. Volteó a ver a Shang Qinghua, que estaba muerto de miedo, y supo que había recibido la misma misión; aunque a juzgar por su expresión probablemente le había tocado algo peor, como ser una carnada.
Ojalá fuera la carnada. Dió clic en "aceptar" y dijo mirando a Liu Qingge:
— Liu-shidi, tengo una impresión de cómo terminamos aquí, ¿puedes saltar lo más alto que puedas? Creo que fuimos encerrados por un talismán.
Sin decir nada, Liu Qingge saltó alcanzando una gran altura, momento que Shen Qingqiu aprovechó para golpear a Shang Qinghua con su abanico.
— ¡Piedad, hermano Pepino, piedad!— gimoteó Shang Qinghua.
— Piedad mi trasero— soltó Shen Qingqiu—. De todas las personas que pudiste molestar en este maldito mundo tuyo tenías que ir a joder precisamente al resentido tío de tu rey, ¿verdad?
— Pues eso no hubiera pasado si ALGUIEN no se hubiera llevado a Binghe de luna de miel y así pudiera estar presente en la ceremonia de coronación de Mobei-Jun. ¿Tienes idea de cuántas veces me salvé milagrosamente de él?
— Te arrojaría a sus brazos de no ser porque seguramente el sistema lo impedirá.
Liu Qingge aterrizó en el suelo y dijo:
— Hay un talismán de encierro al pie de esta cueva. Tiene el sello del clan Mobei. ¿Tienes algo que decir, Shang Qinghua?
— Este... ¿podrías no mirarme así?— dijo el aludido—. Yo no sé nada, ¡de verdad!
— Bueno, tal vez podamos atraer al culpable aquí— sugirió Shen Qingqiu mirando a Shang Qinghua con disimulada maldad—. Solo debemos ofrecerle algo que le interese.
El líder de la cumbre An Ding tragó saliva lanzando una mirada asesina a su compañero. Por desgracia para él, el sistema lo había designado como la carnada y no podía eludir la tarea, de modo que Shang Qinghua montó su espada y comenzó a subir para alcanzar el talismán; tal como esperaba una pica de hielo le atravesó el hombro apenas salió. Shang Qinghua gritó por el dolor, y en cuanto Linguang-Jun apareció Shen Qingqiu y Liu Qingge saltaron enfrentando al demonio de hielo y rompiendo el talismán en su pelea. Linguang-Jun huyó, severamente herido, y los dos líderes de cumbre llevaron a su compañero con Mu Qingfan.
"Que mala suerte la del hermano Avión", pensó Shen Qingqiu. Pero pudo ser peor.