13.- Conejos

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Lan Qiren sintió que casi le daba un ataque al ver a su querido sobrino y al idiota que tenía por marido entrar con dos conejos a Receso de las Nubes. Rápidamente se acercó a ellos con la intención de darles una conferencia pero Lan WangJi se adelantó y explicó la situación.

— Tío, éstos son el señor del pico An Ding de la secta Cang Qiong y su pareja, que fueron víctimas de un hechizo y quedaron así. Como sabe, el señor del pico Qing Jing y Wei Ying son buenos amigos, de modo que él nos pidió cuidar de ellos mientras conseguía un antídoto para revertir el hechizo.
— No se preocupe, los llevaremos a un sitio donde no molesten a los estudiantes— dijo Wei WuXian y ambos se fueron luego de dar está explicación.

Lan Qiren solamente los vio alejarse, preguntándose qué clase de mal karma estaba pagando para tener que soportar semejante cosa en su secta. Por su parte, Wei WuXian sonrió llevando al conejito Shang Qinghua con suavidad, acariciando su cabeza.

— Oye, Lan Zhan, ¿qué clase de magia podría afectarlos así?
— Una creada por un demonio cambiaformas, y uno muy poderoso— respondió Lan WangJi, pensando en el curioso hecho de que Mobei-Jun seguía siendo frío aún siendo un conejo.

Wei WuXian acarició al conejo Mobei y dijo:

— Es increíble que el rey de hielo pueda ser así de adorable. Tú lo ves con ese aspecto tierno y no puedes creerte que te saque las tripas de un golpe.
— Wei Ying.
— Está bien, esta bien, me callo.

Los dos cultivadores avanzaron en silencio hasta llegar al pie de la montaña, donde dejaron a los conejos junto a los otros que vivían allí. De inmediato el conejo Qinghua se acercó al conejo Mobei y se acurrucó al lado suyo.

— Mira, que bonito— dijo Wei WuXian—. ¿Cuánto crees que tarden Shen Qingqiu y Luo Binghe en conseguir el antídoto?
— Puede que una semana o dos— dijo Lan WangJi—. Irán a Ciudad Fantasma, y es probable que Hua Cheng no tenga algo disponible por lo que tendrán que buscar.
— Así que, por el bien de nuestras caras, es mejor que se queden aquí. Por favor. Los niños les traerán comida en un momento— Wei WuXian sonrió antes de añadir—. Comida de conejo.

La comida de conejo resultó ser zanahorias y hojas de lechuga. Lan SiZhui y Lan JingYi se sentaron a observar cómo los conejos comían tranquilamente cuando se fijaron en los dos nuevos conejos: uno blanco y uno negro, que estaban juntos.

— Mira, SiZhui— llamó JingYi—. Hanguang-Jun y el maestro Wei trajeron otros dos.
— Que lindos— dijo Lan SiZhui tomando al conejo Mobei—. Qué raro, este conejo está frío.
— ¿Y si está enfermo?— preguntó Lan JingYi con temor.

En ese momento el conejo Qinghua saltó a su alrededor, indicando con un ademán de sus orejas que todo estaba bien. Así pasaron dos semanas, hasta que Shen Qingqiu se comunicó con Lan WangJi pidiendo que se reunieran en Ciudad Fantasma y que llevaran a los conejos consigo. Cuando llegaron, Lan WangJi y Wei WuXian fueron conducidos a Mansión Paraíso, donde Xiè Lian los recibió.

— Vengan, por aquí— indicó—. San Lang está esperando.

Con algo de sorpresa, Lan WangJi y Wei WuXian se dieron cuenta de que estaban siendo conducidos al baño.

— Ah, hermano Xiè— llamó Wei WuXian—. ¿Es idea mía o estamos yendo…?
— Al baño, sí— dijo Xiè Lian—. Allí está el antídoto.

Finalmente llegaron. Shen Qingqiu y Luo Binghe llevaban túnicas en sus manos mientras Hua Cheng y Yin Yu preparaban algo en una bañera, mezclando y añadiendo cosas que a los otros les parecían raras. Cuando la sustancia en la bañera tomó un color azul claro Hua Cheng indicó:

— Así está bien.
— ¿Necesita algo más, señor?— preguntó Yin Yu.
— No, puedes retirarte.

Yin Yu se despidió de los presentes y se fue. Hua Cheng se acercó a Wei WuXian y Lan WangJi y preguntó:

— ¿Cuál de éstos es el idiota de hielo?

El conejo Mobei se revolvió en los brazos de Wei WuXian y Hua Cheng lo sujetó del pelaje bruscamente. Una sonrisa maliciosa se formó en los labios del rey demonio y arrojó al conejo en la tina. Un segundo después, Mobei-Jun emergió en su forma humana y arremetió contra Hua Cheng… o lo hubiera hecho de no ser porque E-Ming se cruzó en su camino.

— Bueno, funcionó— dijo Hua Cheng tomando la empuñadura de la cimitarra—. No lo iba a probar con un humano.
— ¿No estabas seguro?— soltó Mobei-Jun.

Hua Cheng se encogió de hombros y Luo Binghe le lanzó una túnica al rey de hielo. Xiè Lian se acercó a Lan WangJi y tomó con cuidado al conejo Qinghua, que había comenzado a temblar, para sumergirlo con el mismo cuidado en la tina, y al poco tiempo salió Shang Qinghua en su forma humana. Al salir de la tina Shen Qingqiu le arrojó una túnica bruscamente.

— Hace frío— dijo abrochando su túnica para después inclinarse ante Xiè Lian y Hua Cheng—. Hermano Xiè, señor Chengzhu, muchas gracias.
— No tienes nada que agradecer, hermano Shang— dijo Xiè Lian.

Hua Cheng chasqueó la lengua.

— ¿Ves? Él sí agradece— dijo mirando a Mobei-Jun—. Shang Qinghua, el día que te canses de este idiota puedes venir aquí, Gege estará feliz de tener más compañía.
— San Lang...— dijo Xiè Lian cubriendo su rostro con una mano.
— Ah… no es necesario— dijo Shang Qinghua—. Soy feliz al lado de Dawang.

Y, para sorpresa de todos, Mobei-Jun sonrió. Ser un conejo debió endulzar su carácter, pensaron, pero no era muy prudente decirlo en voz alta.

Cultivatober 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora