Lan SiZhui observó la cinta roja que estaba prácticamente olvidada en un rincón de la habitación. Aunque se encontraba en el sitio más alejado del Jingshi, sabía que era un objeto apreciado por su padre y que estaba ahí para no ser extraviado. Tenía la edad suficiente para saber que no había nadie en las inmediaciones de Receso de las Nubes que usará una cinta de este tipo: todo lo que los discípulos (incluyéndolo) usaban era blanco.
Entonces, ¿por qué esta cinta se le hacía tan familiar?
A-Yuan, tienes que dejar de seguirme o te enterraré en la tierra como un nabo.
La voz en su mente sonaba alegre y juguetona a pesar de la amenaza. No podía ver el rostro de la persona, pero sabía que era alguien en quien podía confiar, alguien que iba a cuidarlo y protegerlo.
Alguien a quien no podía recordar completamente, pero que usaba esa cinta.
Había otra cosa en la periferia de su mente, otro objeto que no podía recordar, largo y delgado, con el que le gustaba jugar. En sus recuerdos, alzaba la mano para tomarlo cuando su dueño no miraba y jugaba con él.
— SiZhui.
Lan SiZhui dio un respingo y volteó. Lan WangJi lo miraba con su respectiva seriedad y el niño se inclinó ante él ofreciéndole la cinta.
— Hanguang-Jun, lo siento mucho— dijo, temeroso—. Yo… no quería…
— Esta bien.
Lan WangJi puso una mano en la cabeza de Lan SiZhui y tomó la cinta, devolviendola a su lugar.
— No estás en problemas, SiZhui.
— Hanguang-Jun, yo recordé...— empezó Lan SiZhui—. Bueno, no sé si sea un recuerdo, pero vi a alguien. Usaba esa cinta.
— Siempre usaba esa cinta.
Un gesto de melancolía apareció en el rostro inexpresivo de Lan WangJi, y SiZhui se acurrucó a su lado.
— Lamento no recordar— dijo.
— No tienes que hacerlo— replicó Lan WangJi—. Lo que debas recordar, aparecerá con el tiempo. No debes sentirte mal.
"Wei Ying", pensó el segundo jade, "él piensa en ti aún si no te recuerda claramente".
