He Xuan miró fríamente a la joven encadenada frente a él. Ella seguía inconsciente por lo que su cabeza estaba gacha, su cabello negro caía desordenadamente cubriendo su rostro y sus ropas turquesas estaban empapadas pegándose a su cuerpo. Era muy curioso, pensó el rey demonio, que una diosa como ella escogiera precisamente ese color. Los dioses elementales por lo general vestían de blanco o de tonos más llamativos, mientras que los dioses marciales se decantaban por tonos oscuros. El turquesa era un color muy atípico… aunque ella también era una diosa muy atípica.
De repente, la muchacha sacudió la cabeza como si despertara de un sueño interrumpido y levantó el rostro mirando alrededor, su confusión se tornó sorpresa cuando descubrió dónde estaba y se convirtió en indignación cuando se dio cuenta de su estado.
Entonces sus ojos esmeraldas se fijaron en él. He Xuan sintió una desconcertante opresión en el pecho al tiempo que la muchacha jaló de sus cadenas con lentitud y habló. Su voz, lejos de sonar asustada, era firme, suave como el ruido de una ola, pero demandante como un rugido del mismo mar.
— Rey demonio Agua Negra— dijo.
— Señora Marcial del Agua— dijo el Supremo.He Xuan observo fijamente a la muchacha y sonrió con frialdad. Su parecido con ciertos dioses era sorprendente.
— Ahora entiendo porque Ling Wen visitaba el Palacio del Agua con tanta frecuencia— dijo con burla.
— Tú mataste a mi padre— acusó Shi ZiYuan.
— Él mató a mi familia— replicó He Xuan.
— Solo por eso decidí no buscar tus cenizas y destruirlas.Shi ZiYuan se había preparado para este momento, desde que Ling Wen le había dicho toda la verdad, confesando el crimen cometido por Shi WuDu y su trágico final en ese mimso palacio donde ella se encontraba ahora. Por causa del hombre que tenía enfrente ella había perdido la oportunidad de conocer a su padre y de permanecer al lado de su madre; era una afrenta que el responsable tenía que pagar.
— ¿Piensas matarme para vengar a tu padre?— preguntó He Xuan.
— Pienso matarte para darle paz a mi madre— respondió Shi ZiYuan.
— Me gustaría ver como vas a hacerlo.Se hizo un silencio entre los dos. He Xuan ladeó la cabeza como si hubiera recordado algo y dijo:
— Yo fui la tercera calamidad celestial de tu padre, la que no pudo pasar. Es una casualidad muy curiosa que también sea tu tercera calamidad celestial.
El rey demonio se acercó unos pasos a la diosa, indicando con un ademán:
— Tu tío se encontraba justo en esa posición.
— ¡No tienes derecho a mencionar a mi tío!— exclamó Shi ZiYuan sujetando sus cadenas.
— ¿Y por qué no?— preguntó He Xuan—. ¿No fue por causa de Shi QingXuan que tu maldito padre trastocó mi destino? ¿¡No fue que por salvarlo a él yo fui sumido en la desgracia!? ¿No fue por él que todó esto comenzó?He Xuan dirigió su palma hacia Shi ZiYuan, rebosante de poder espíritu, listo para dar un golpe letal. En ese momento la diosa jaló de sus cadenas, rompiéndolas en el acto, y se puso de pie en un salto esquivando el golpe al tiempo que llevaba una mano a su cintura, donde se encontraba un abanico plegable. Shi ZiYuan desplegó el abanico y lanzó una ola de energía que fue evitada del mismo modo.
— No soy una presa indefensa— dijo—. ¡No te permito que me trates como tal!
— Mientras estés en mi reino, eres lo que yo decida— replicó He Xuan.
— Eso se puede arreglar.Con un aspaviento de la mano, Shi ZiYuan conjuró su espada, a la cual le había dado el poder de abrir portales a cualquier lado que ella quisiera. Aquello había pasado después de superar su segunda calamidad celestial, cuando se dio cuenta de que era muy molesto buscar un sitio para hacer un conjuro de acortamiento de distancia, además de impráctico. La muchacha dibujó un símbolo en el aire con la espada que los absorbió a ambos llevándolos a la costa. Como si hubiera cruzado una barrera invisible, las voces de los oficiales celestiales aparecieron de repente en la mente de ZiYuan.
"Es un desastre, como era de esperarse"
"La calamidad celestial de la princesa de las aguas es realmente formidable"
"No puede ser, ¿ese es Agua Negra? ¡La calamidad celestial de la princesa es el rey demonio Agua Negra!"
"No podía esperarse menos de la hija de Shi WuDu"Shi ZiYuan silenció las voces y se concentró en la batalla. Ambos se encontraban en mar abierto, de modo que no había ninguna ventaja que pudieran aprovechar. He Xuan extendió un brazo conjurando cuchillas de agua que ZiYuan cortó con su espada y contraatacó usando su abanico. La lucha duró siete días y siete noches, los mares rugieron, las aguas se estremecieron, tanto el reino celestial como el reino fantasmal seguían de cerca la pelea, hasta que finalmente Shi ZiYuan obtuvo la victoria cortando la cabeza de He Xuan con un golpe de su espada.
De repente, el mundo cayó en el silencio. Las aguas se calmaron, la brisa del viento sopló señalando el final de la batalla. Shi ZiYuan no era tonta: sabía que en algún momento He Xuan volvería a aparecer dado que sus cenizas seguían intactas, pero ya no sería un problema para ella, y la quietud del paisaje que le rodeaba elevó una plegaria por el alma de su padre.
Después alzó su espada soltando un grito de alegría al haber superando su tercera calamidad celestial.
