25. Su último suspiro

1.1K 129 38
                                    

Los ojos del corazón.

Capítulo 25.

-Jazmín Tanner-

-31 de diciembre-

El último día del año ha empezado, no sé cómo pueden pasar los días tan rápido, es sorprendente saber que hace unos meses atrás mi vida era tan diferente a como lo es ahora. Conocí personas nuevas en un paseo donde casi me ahogo y que me bautizaron como Ahogaman, desde ese día empezó una amistad que ha valido la pena.

Hoy es uno de esos días que pasas en familia, por eso fui al cementerio en la mañana acompañada de papá y de Pablo quien duró horas llorando en la tumba de su mamá, lo consolé y le dije que todo iba a estar bien, pero sé que esas palabras no cambian nada, pero sí nos hacen sentir mejor.

Estoy feliz porque la graduación de los chicos fue muy bonita, bueno, por lo que me dijo Endry porque yo no pude ir, fue en la mañana y yo debía ir al cementerio porque sentía que mamá me necesitaba. A pesar que estoy bien siento cierta inquietud que me molesta desde que desperté, es como si algo fuera a pasar y me aterra pensar que en un día como hoy puede suceder una tragedia.

-Tanner -la voz de Jacob me hace abrir los ojos y no sé en qué momento me quedé dormida si ahora mismo estaba hablando por llamada con mi prima-. Duermes mucho y andas pálida.

-Becher -sonrío acomodándome en la cama-. ¿A qué hora llegaste?

-No hace mucho, me quedé hablando con tu hermano -me da un beso.

-¿Quedamos de salir? Si es así espera y me arreglo -busco su mano y cuando la encuentro la entrelazo con la mía y dejo un beso en ella. Me abraza dándome un beso y correspondo sin pensarlo, tiene los labios muy fríos, y sus manos que están en mi mejilla también. Su lengua juega con la mía, sus labios besan mi barbilla y regresan a mis labios para después apartarse-. No te detengas, me gusta cómo me besas.

-Eres la novia más distraída que he tenido, pero no quedamos de salir -succiona mi labio-. Aunque iremos al primer lugar que fuiste conmigo.

-Donde me estaba ahogando, por supuesto que quiero ir.

-Sí, Ahogaman -aprieta mis mejillas-. Ándale y te arreglas.

Me levanto para irme arreglar y antes de llegar a mi clóset me detengo, miro hacia la dirección donde sé que está y sin pensarlo digo lo que me llevo guardando hace tiempo.

-Te amo, Becher.

-Te amo mucho más, Tanner -nos damos un abrazo por algunos minutos-. Y te voy amar en esta vida y en cualquier otra.

Sentirlo cerca me da paz y tranquilidad, estar con Jacob siempre será mi parte favorita del día. Nos separamos y me visto con sudadera y camisas para salir de la casa con Jacob. Nos mantenemos hablando durante el camino que es bastante largo y antes de llegar hacemos una parada en el supermercado para comprar algo de comer que nos sirva para pasar el rato. Siento la misma sensación de calidez como la primera vez que vine con Jacob y los que ahora también son mis amigos.

-Deja tus manos quietas -le digo cuando me abraza y me da un apretón en la nalga, pero solo se ríe-. Me dejarás sin trasero.

-Amor, tú no tienes nada de trasero -lo pellizco y se sigue riendo-. Pero tienes lo suficiente para gustarme.

-Eres un pesado -resoplo-. Nos metemos al agua, ¿si? -Estiro mis labios, logrando que mis ojos se hagan pequeños y mi cara se apiñe.

-¡Dios! Amo cuando me pones esa carita de bebé -me carga dándome un beso de alguno segundos para después bajarme-. Cásate conmigo, Tanner -dice de repente dejándome perdida.

Los ojos del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora