Los ojos del corazón
Capítulo 2.—Jacob Becher—
Tiro la puerta de mi habitación con fuerza, estoy harto de que mis papás quieran hacer de mi vida lo que les venga en gana. Yo no quiero ser como ellos que solo viven rodeados de lujos, pero con el corazón vacío, yo quiero vivir mi vida, ser lo que me venga en gana y sin que nadie me diga lo que debo hacer. Mi madre entra furiosa a mi habitación y, de verdad, que puede llegar a ser tan intensa como se lo proponga.
—¿Crees que con esa actitud ganarás mucho? Solo queremos lo mejor para ti, hijo.
—Lo mejor para mí no es casarme con Rina, la quiero porque hemos sido novios desde la escuela, pero no quiero casarme todavía. Estoy joven, mamá.
—Qué cursi eres, Rina es hermosa, de buena familia, educada y sabes que sería perfecta para ser tu esposa —se acerca—. Solo piénsalo, con ella tendrías una familia feliz.
—Cariño —la voz de Rina nos hace quedarnos callados, ella luce perfecta como siempre. Su vestido negro le queda perfecto por su piel morena, se acerca y me da un beso para después darle un abrazo a mi madre—. Señora.
—Rina, tan guapa como siempre —mamá le sonríe—. Los dejo solos, así me dan nietos más rápido.
Esa es mi madre, imprudente cuando quiere serlo.
—¿Dónde estuviste todo el día? —Me hace sentar en la cama y se sienta en mis piernas—. Te estuve llamando y dejaste perder todas las llamadas, sabes que no me gusta que hagas eso.
—Te conté que daría clases particulares, pero seguro estabas pensando en el último bolso de moda que salió, o en la blusa de marca más cara —mi voz sale bastante acusatoria.
—Amor, en serio que ese tono sarcástico no te queda, y no creo que un chico sea más importante que yo.
—¿No te he dicho que no le doy clases a un chico, sino a una chica? —Deja la sonrisa de hace segundos para ponerse seria—. Antes que armes una escena de celos te digo que tiene dieciocho años, es una adolescente ante mí.
—Eso no quita que sea una chica, y estoy segura de que en esos lugares de mala muerte donde das clases abundan las niñitas coquetas —se levanta para mirarme—. ¿Es linda esa chica?
—Normal, tú no tienes nada que envidiarle —omito decirle lo linda que es Jazmín porque sé que me armará una escena de celos.
—No te le acerques mucho —me tumba en la cama quedando encima de mí—. Se me pasó decirte que hoy miré unos apartamentos divinos, deberíamos ir juntos a escoger el que me vas a regalar cuando nos casemos.
—Rina, ya hemos hablado de esto muchas veces, tú apenas estás entrando a las empresas de tu papá, y lo que yo gano no me alcanzará para darte la vida a la que estás acostumbrada.
—Estás dando clases en escuelas mediocres porque quieres, tus papás tienen demasiado dinero, ellos nos pueden ayudar —hace que la mire—. Llevamos mucho tiempo de novios y parece que no quieres casarte conmigo, solo me das excusas.
—Excusas no son, únicamente no quiero que arruinemos nuestra relación por apresurarnos a vivir juntos.
—Cuando cambies de opinión me buscas, me harté de tus excusas.
No me da oportunidad de decirle nada más porque sale cargada de rabia, Rina no entiende que no quiero arruinar su vida y de paso la mía por casarnos, somos jóvenes y podemos seguir como novios. Nunca voy a entender a las mujeres, y creo que nací para estar en líos de falda.
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Los ojos del corazón
Novela JuvenilNunca un amor te va doler tanto como ese que te muestra un mundo el cual desconoces y se va dejando un gran vacío en tu alma, nunca te va doler tanto saber que ese amor que te dio fuerzas de seguir ya no estará a tu lado y que sólo lo verás con...lo...