INTOLERANTE » mewgulf.

𝙋𝙖𝙧𝙩𝙚 1

POV GULF

No quería levantarme, me negaba a hacerlo en plena hora de madrugada  solo para ver a las personas que iban a invadir mi vida en menos de un mes. Bueno, no era madrugada, apenas eran las ocho, pero para mi sueño de belleza lo son.

Podía escuchar los ruidos provenientes de abajo, seguramente mi hermano se encontraba levantado, de todos modos eso no me alentaba a bajar ni un poco.

— ¡Gulf! — La voz de mi madre rebotó por el pasillo, haciéndome casi exaltar.

Ahí viene. Me preparé mentalmente para lo que pasaría ahora y es que en cuestión de segundos la puerta de mi cuarto se abrió de par en par y la figura de mi madre se hizo presente.

— ¿Puedes levantarte? Creí haberte dicho de hoy vendrían Peter con su hijo. — Su mirada era de disgusto, y aunque estaba envuelto con mis frazadas de pies a cabeza, podía sentir su mirada sobre mí.

¿Por qué me obligaba a esto? Mi madre en plenos años de sus cuarenta, decidió que era maravillosa idea casarse por segunda vez, dejando de lado por completo la opinión de sus hijos. Mi problema no era que se casara, pero el caso aquí es que trajera a vivir a su esposo y a su hijo a nuestra casa, aun cuando no había pasado dos meses de conocerlos.

Le pediré que me pague el psicólogo por los futuros problemas sentimentales que me va a traer.

— ¿Es mi obligación? — Hable, tirando más de las frazadas que me envolvían, preparándome para un sermón como respuesta.

— Vas a levantarte quieras o no, ya te había dicho con anticipación, no hagas problemas o le diré a tu padre. — Estaba por seguir hablando, pero los dos escuchamos una voz provenir del pasillo, era la de Peter y aunque no escuche precisamente que dijo, seguramente llamaba a mi madre. — Te vas a levantar Gulf, en menos de diez minutos te quiero ver bajando a desayunar.

El retumbante sonido de sus tacos golpeando contra el suelo fueron disminuyendo de a poco, hasta que ya no sentí su presencia en mi cuarto, haciendo que saliera de mi guarida que era mis frazadas. Tome un suspiro tratando de calmar mis emociones, y luego de una pelea mental conmigo mismo, opte por no seguir discutiendo, más aún sabiendo que menciono a mi padre; otro problema por el cual tendré que estresarse más tarde.

Saque mis piernas de mi cama, sintiendo el frío del suelo que me causó escalofríos. Mi vista se fue hacia mi pecho que estaba enrojecido, parecía que había tenido una noche salvaje con alguien, más que una pelea con un mosquito.

Ay no.

Noche salvaje, boda, baño, sexo.

Había olvidado por completo mis principales razones por la cual ignorar a mi futuro hermano, de nuevo mis emociones eran un desastre y quería quedarme en cama. ¿No podía solo olvidarme de eso? ¿Cómo mierda lo miro luego de eso? Mierda y más mierda, ese día juré no volver a tomar ni una gota de alcohol en mi vida.

Voy a orar para que él no se acuerde de nada, al menos así tendré una salida de todo esto.

•

Me encontraba en el baño del segundo piso de la casa, no había pasado mucho tiempo desde que salí de mi cuarto, estaba intentando ganar segundos de libertad antes de tener que bajar. Mi plan se basaba en dos cuestiones, la primera, ignorar todo intento que tenga mi mamá de crear "la familia perfecta" y la segunda, ignorar por completo el tema de lo que pasó en el baño de la ceremonia.

¿Cobarde? Si, muy, pero no sabía cómo afrontar la situación en estos momentos, y tras una charla grande con mi mejor amigo, Mild. Me dio la maravillosa idea de fingir que el alcohol había hecho estragos en mi cabeza, haciéndome olvidar todo, de esa manera podía evitar los momentos de incomodidad.

— ¿Gulf? — La voz de Win se escuchó detrás de la puerta. — Mama me mando a buscarte.

Tome un suspiro, mientras sacaba el seguro de la puerta para luego abrirla con cuidado. La mirada Win se hizo presente en mi vista, con sus mejillas algo rojas y su cabello negro, quien pensaría que apenas había salido de la pre adolescencia.

— ¿Están todos abajo? — Hable, con lentitud salí del baño y comencé a caminar en dirección a las escaleras. Cerrando la puerta del baño anteriormente.

Mi pequeño, no tan pequeño hermanito rodeo los ojos y asintió leve.

— Mamá está como loca, no sé si es mejor aguantar sus cambios de ánimos o que aguantar que esté jugando a que somos todos una linda y bella familia.

No pude evitar soltar una carcajada, mientras bajabamos por la escaleras. Win opinaba lo mismo sobre el tema del casamiento, eso era otra cosa que teníamos en común.

— Solo espera unos meses e iremos de vacaciones con papá.

— Gloria a dios y a todos los santos por eso.

Nos reímos a la par hasta que llegamos a la sala principal, pude sentir una mirada sobre mí, causándome escalofríos por todo el cuerpo. Trate de ignorarlo mientras seguía mi camino hacia la cocina, pude ver a Peter y a Mamá sentados al final de la mesa, no vi por ningún lado al otro impostor. Estaba por casi dar gracias a los cielos por eso, hasta que sentí unos pasos detrás.

— ¡Ey, Win!

Ahí estaba, Mew Suppasit, el hombre con el que había tenido sexo en la boda de mi madre, el hombre que me dio dos orgasmos seguidos en una habitación de baño. Mi vista fue nublada por él, tratando de mantener mi cordura, tratando de recordar cuál era mi plan.