𝙋𝙖𝙧𝙩𝙚 23

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POV MEW


Podía sentir como mi pulso estaba acelerado, me costaba respirar; quizás era por el escaso espacio que había en la sala.

Mi mirada viajó hacia la persona que se encontraba al otro extremo de la habitación, estaba pálido y con la cabeza agachada. La voz de mi padre rebotaba como eco en mi cabeza, pero mi atención no estaba puesta en noél, siquiera me importaba lo que tenía para decir, estaba lo suficientemente preocupado por mi pelinegro que por mi mismo.

Yo podía lidiar con esto, pero no sabía si el podía con toda la presión que le estaba poniendo su madre en este momento.

— Mew.

No conteste.

— Mew, te estoy hablando.

Curve mis labios y levante mi cabeza, no quería mostrar algún signo de debilidad ante él.

— ¿En qué estabas pensando, hijo? Por el amor de dios, es tu hermano.

Levante mis hombros. Gulf no era mi hermano.

— Puedes contestarme por una vez en tu vida.

Fruncí el seño ante sus palabras, me estaba desesperando. Por casi media hora me estuvo dando una charla tan convencional sobre del porqué lo que estaba haciendo estaba mal, como si fuera que aquello me haría recapacitar de mis acciones. Eso de ninguna manera iba a pasar.

— ¿Qué quieres que diga? —Suspire cansado y asentí un poco molesto.— Lo único que puedo decir es que lo siento por ocultártelo.

Su boca se abrió con la intención de responderme pero rápidamente sé cerro. Sabía que no era la respuesta que él espera escuchar, pero no estaba para satisfacerlo.

— Te irás con tu madre.

— ¿Es broma? —Me levanté con rapidez del sofá, quedándome a la altura de mi padre. Él era un poco más bajo que yo, pero eso no evitaba que podía mirarlo cara a cara. — No molestaré a mama, menos por algo tan absurdo como esto.

— ¿Te parece absurdo acostarte con tu hermano?

— ¡Gulf no es mi hermano! —Puede que mis palabras sonarán más bruscas que de lo normal, pero no podía evitar mi ligero enojo hacia él. — No compartimos lazos de sangre, no es importante.

— Pones en vergüenza a la familia. —Me observo atentamente y continuo.— ¿Qué pensara la gente?

Podía sentir la mirada de Gulf y su madre sobre nosotros, alguno que otro murmulló llegó a mis odios, pero no llegue a distinguir de que trataba. Seguramente estaban a la expectativa de lo que pasaba conmigo.

— ¿Te importa lo que diga la gente?

Trate de calmar mis impulsos de decir alguna idiotez, si hablaba seguramente la cagaría más.

— Claro que si.

Mi pequeña e irónica risa sonó por la habitación, aquello irritó a mi padre, lo pude ver cuándo sus cejas se juntaron  acompañado de un gesto de molestia. No me importa si llegaba a golpearme, tampoco me importaba si llegaba a echarme de la casa. Realmente no me importaba que llegara a pasar entre nosotros, pero estando Gulf de por medio, no podía solamente irme y déjalo a la merced de esto.

Quizás en otros momentos hubiera salido por la puerta, acompañado de mis cosas, pero ahora, aguantaría todo esto solo por Gulf.

— Que ironía la tuya, papá. — Hice una pausa, mirando por encima de mi hombro; con mi vista fija en la madre de Gulf. A la mierda con no decir alguna idiotez. — Tú dejaste a tu familia para poder casarte con tu amante. ¿Y se supone que la vergüenza soy yo?

Sentí un golpe en mi mandíbula el terminar mis palabras, provocando que de unos pasos hacia atrás a causa del impacto que tuvo en mi. Escuché la voz de Gulf diciendo mi nombre, seguramente asustado por la escena que tuvo que ver. Mi padre me había golpeado, su puño se había plasmado en mi mandíbula dejándome un dolor agudo en la boca.

Mantuve mi postura.— ¿Te sientes mejor después de golpearme? —Replique, soltando un pequeño jadeo al hablar.

No hubo respuesta, tampoco la esperaba. Sabía que se encontraba enojado a causa lo que yo había dicho anteriormente, pero no me retractaba, no era más que la pura verdad.

— ¿Mew? —Pronuncio Gulf, acercándose a nosotros y dándome una mirada rápida.— ¿Estás bien?

Mi atención se fue a el al instante, notando la mirada intensa de su madre sobre nosotros. Ella caminó al lado de mi padre, acariciando su hombro como si fuera a querer calmarlo. Me causaba escalofríos, era a mi a quien acaba de golpear.

— Si, no te preocupes. —Murmuré con la intención de calmar su preocupación, estaba más pálido de lo normal. — ¿Tú estás bien?

El asintió, pero pude notar que mentía. No había modo de que aquella situación terminará bien para ninguno de los dos.

— ¿Recuerdas lo que dijimos ayer? —Dije y el volvió asentir.— No me retracto, espero que tú tampoco.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, provocando que quisiera besarlo. Si no fuera por esto, ahora mismo estaría probando el adictivo sabor de sus labios. Odiaba la idea de saber que él tenía que pasar por todo eso, siquiera me atrevo a dejarlo solo con el miedo que le pase algo.

— Gulf.

Los pequeños dedos de mi pelinegro se aferraron a mi brazo. Maldita sea la voz de esa mujer.

— Tu padre ya sabe de esto, dijo que vendrá a buscarte.

Mis cejas se juntaron, tensando mi mandíbula al instante.

¿Que tenían con mandarnos lejos?

Menuda mierda todo esto.















































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HOLAAAA, perdón, perdón, perdón. Se que no actualizo hace mucho y que quedó el final en espera. :(

La verdad que estos meses fueron un poco difíciles y no tenía demasiados ánimos de escribir, por fuerte ya estoy mejor, lista para volver a retomar esta historia.

¿Ustedes cómo están? Espero que bien, les dejo el capitulo, se que es corto pero el próximo será mejor y el doble de largo.


xoxo














INTOLERANTE » mewgulf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora