𝙋𝙖𝙧𝙩𝙚 13

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ᴘᴏᴠ ᴍᴇᴡ

Win me miraba como si estuviera en un interrogatorio, y yo fuera el primer sospecho de algún crimen. Me miraba fijo, no al punto de intimidarme pero si con mucha curiosidad.

¿Le debería decir?

Win, acabo de comerle la boca a tu hermano y sé sintiendo jodidamente bien.

Rayos, seguramente el pobre me mataría.

— ¿Se pelearon? — Preguntó de repente, sacándome de todo pensamiento impuro que me había llegado luego de volver a recordar aquellos labios finos y suaves.

— ¿Con Gulf? — Él asintió rápidamente a mi pregunta y yo negué, no era discutir lo que precisamente hacíamos. — Solo hablábamos de Pak y Mild.—Mentí.

Win me miró con curiosidad una vez más, esperaba que se comiera esa mentira y así evitar algunas preguntas de más. Al final, levantó sus brazos sin darle importancia al asunto. Por unos segundos tuve la intención de sacar el tema de sus escapadas por las noches, pero mi cabeza estaba en otra parte y por el momento necesitaba de manera urgente que se vaya para poder hablar con Gulf.

Gracias a mi suerte, no pasó mucho tiempo hasta que Win se levantó, dándome una sonrisa leve camino hacia la misma dirección que su hermano minutos antes había echó. Yo lo seguí con la mirada, mi lengua pico un poco y sentí que no podía contra mis impulsos de tirar algún comentario.

— Cierra bien tu ventana la próxima vez.— Replique, con un tono alto y autoritario, lo suficientemente como para que me entendiera.

Dejo de caminar, parándose en seco; como si estuviera analizando mis palabras.

— ¿Qué? — Respondió incrédulo.

— Tampoco has mucho ruido. — Se dio la vuelta, ladeó su rostro hacia mí. Estábamos a metros de distancias, y aun así podía ver cómo su rostro reflejaba una sonrisa pequeña pero nerviosa.

— Mew.. — Bajo su cabeza en signo de vergüenza.

— No. — Lo interrumpí, no iba a darle la charla ahora.— Hablaremos de esto otro día, por el momento, no seas idiota y hazlo bien.

Que ironía la mía, regañaba a mi hermanastro menor por escaparse, mientras que yo reprimía las ganas de estar con su hermano mayor que también es mi hermanastro en cierta forma.

No se quién está más equivocado de los dos.





  


Win se había despedido de mi ya hace rato, seguramente ya no estaba en casa. Eso me lo confirma algunos ruidos de arriba, los típicos que eran signos de que se había escapado por su ventana. No tarde mucho en subir arriba en cuanto confirme que no había nadie, era mi oportunidad de poder hablar con Gulf. Ya no quería atrasar las cosas.

Al estar frente a su puerta, un pequeño nerviosismo recorrió mi cuerpo. Existía la posibilidad que esto saliera muy mal o muy bien, sinceramente ya no sabía que esperar.

Toque la puerta más de dos veces, hasta que escuche los pasos acercarse. Mi vista se vio nublada por la escena de un Gul medio dormido, con sus mejillas rojas y su cabello todo revuelto. Yo sentí que mi cuerpo dio un brinco, se veía demasiado hermoso y apetecible.

— ¿Mew?— Hablo, su aún sonaba un poco ronca, seguramente a causa de la repentina despertada que le provoque al tocar su puerta.

— ¿Podemos hablar? — Replique.

Gulf dudo por unos segundos mientras me miraba, pero al final se corrió a un lado de la puerta, dejándome el suficiente espacio como para pasar por su puerta.

— ¿Y Win? — Pregunto. Yo pude verlo con más claridad cuando me adentre a la habitación, confirmando mi anterior palabras que se veía muy hermoso recién despierto. Desde la primera vez que nos presentaron no pase de desapercibido el hecho de que Gulf era muy atractivo y lo confirme el día de la boda cuando lo sustente desnudo encima mío.

— ¿Dónde va a estar?— Respondí, tratando de aliviar mis pensamientos.

Gulf arrugo su nariz un poco e hizo una pequeña mueca que logro resaltar aun más sus labios húmedos y mejillas rojas. Dios, quiera besarlo.

Sostuve mis ojos en él por un tiempo que no pude contar, hasta que él se percato de mi mirada y se fijó en mí. Haciendo que nuestras miradas se encuentre, reflejando millones de emociones que no podíamos convertir en palabras. Si él quería decir alguna otra cosa, esperaba que lo haga ahora porque no sabía cuanto más podría soportar sin volver a probar sus labios.

Gulf se acercó a mí, sin cortar la comunicación que teníamos con nuestras miradas. Cada paso que daba hacia mí, provocaba que mi resistencia caiga. Trate de buscar alguna señal que me indique si tenía que hablar o no, pero sus ojos no reflejaban querer nada de eso y en segundos nos encontrábamos en la misma situación que horas antes; yo mirando sus labios como si fueran la cosa más exquisita y él mirándome a los ojos como si quisiera que me arrodille en frente suyo. Joder, lo haría en este momento si él me lo pide.

No puse más resistencia, y corte la poca distancia que había para poder juntar nuestros labios de manera tierna pero brusca. Era demasiado tarde para volver hacia atrás, sentí los brazos de Gulf rodear mio cuello y casi en un tirón me atrajo más hacia él.

Mordí su labio inferior, escuchando un pequeño gemido venir de él, que termino provocando que mi piel se erice por completo. Baje mis manos a su cintura, una de cada lado y mientras movía mis labios sobre los suyos, juntaba nuestras lenguas hasta que parecían bailar una con la otra. Pude sentir como se estremecía con cada uno de mis toques y en un desliz movió sus caderas contra mí. Los dos soltamos un suspiro pesado ante el roce que provoco dicho movimiento, y el pequeño gemido que dio Gulf luego de eso, me volvió loco.

Roce nuestros labios antes de bajar mi cabeza en dirección a su cuello, dejando un rastro de beso húmedo desde mejilla hasta su cuello.

— M-mew..— Tartamudeo junto a un jadeo. Yo levante mi mirada hacia el, encontrándome con sus mejillas rojas y sus ojos un poco caídos, mientras su pecho subía y bajaba a la par del mio. 

Dios me perdone, porque voy a volver a pecar y de la manera más hermosa lo iba a volver a hacer.





INTOLERANTE » mewgulf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora