𝙋𝙖𝙧𝙩𝙚 20

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POV GULF


El agua caliente caía sobre mis hombros, relajando cada músculo que se encontraba tensó. No podía parar de pensar en la conversación con mi madre, aquello me mantenía inquieto desde que subí en mi habitación.

Quería calmarme, quería solamente descansar un poco. No es la gran cosa, todo adolescente tiene discusiones con sus padres la mayor parte del día. Una parte de mí estaba tranquila al saber que había dicho la verdad, y que las palabras que fueron guardadas por meses dentro mío, por fin salieron sin ningún filtro.

Apague la ducha, y salí con cuidado, tratando de no resbalar sobre la cerámica mojada. El calor de la habitación hacia que los vidrios se humedecieran por completo. Tome la toalla que había dejado ubicada arriba del lavabo, rodeando mi cadera con ella. Pude notar una pequeña marca rojiza sobre mi torso y la imagen de Mew se hizo tan presenté que no pude evitar soltar un ligero jadeo. La necesidad de verlo apareció, de pronto la idea de encontrarme rodeado de sus brazos mientras me acariciaba el cabello, no parecía tan mala.

Podía mandarle algún mensaje pidiéndole que venga, pero no quería molestar. No éramos nada, no podía simplemente tratarlo como mi pareja; aunque yo quisiera, aunque la idea se me haga maravillosa, no se podía. A penas la puerta del baño se cerró detrás de mí, camine hacia el borde de mi cama para poder sentarme allí.

Debería dejar de fantasear con la idea de que Mew y yo pudiéramos estar juntos, con tan solo pensar en los problemas que ocasionaríamos me hacía doler la cabeza.

¿Sería mejor parar?

Sentí una pequeña puntada en el pecho, no quería que Mew se aleje de mí y sabiendo mis sentimientos, solo me contradecía a mi mismo.

¿Por qué tuve que conocerlo siento el hijo del esposo de mi madre? Todo hubiera sido mejor si no hubiera existido una boda de por medio. En otra vida, quizás ahora seríamos dos personas conociéndose y no hermanastros.

Tome un suspiró, negando lentamente. El sonido retumbante del vidrio de mi ventana, hizo que mirara hacia atrás mío. Unos ojos negros me miraban de una manera calida y parecieran querer hablar detrás del vidrio, sentí que mi corazón comenzó a latir con rapidez.

Mew estaba detrás de la ventana.

Intercambiamos sonrisas al instante y admiré su rostro mientras daba pasos lentos hacia él. Mandíbula firme, labios gruesos. Simplemente, perfecto.

— Oh, Julieta. ¿Cómo está mi Julieta?

— No soy Julieta.— Dije, abriendo mi ventana. Me hice a un lado para dejar que entrara, ganándome una pequeña sonrisa coqueta de su parte.

— Pero eres mi Julieto.

Levante una ceja.— ¿Qué haces aquí?

— Te extrañaba.— Cuando me guiño un ojo, trate de articular alguna palabra, pero no pude al menos en el momento. Este hombre iba a matarme.

Levantó sus formadas piernas por la ventana, para luego continuar con su torso. El pequeño cuadrado de la ventana provoco que sea un poco difícil que pasara al otro lado con facilidad, pero lo logro. Obviamente tenía experiencia de todas las mañanas que salió por ahí.

— ¿Entonces por qué tardaste tanto en venir?

― Vine hace rato, pero te veías tan hermoso, sentando y pensando tan tranquilo, que no quise interrumpir tu belleza.

Así era el, tenía algunos momentos de ternura que hacían que mi corazón latiera como si fuera un niño puberto. Debo admitir que eran palabras de las más cursis, pero me mantenían feliz.

— No se tú, pero estaba y estoy disfrutando de la vista.

Los colores de mi cara cambiaron a un rojo claro, provocando una pequeña risa de mi moreno. Me había olvidado que llevaba puesto una toalla que solamente cubría mi parte baja.

— Oh, Dios.

Paso un rato hasta que mis mejillas volvieron a su color natural y en el camino hacia mi ropero en busca de una vestimenta adecuada, él solo se mantenía sentado en mi cama con una mirada relajada. Cambie la toalla por un pantalón holgado, y mi torso desnudó por una camiseta de color blanco.

Pareciera que mi cuarto era su cuarto, y no me quejaba, había estado tantas veces aquí que hasta sabía en qué lugar estaba cada cosa. Siquiera se ponía tensó a la hora de estar en mi cama, solo se relajaba y dejaba caer su espalda sobre mis almohadas, dejando aquel perfume de Café que tanto me gustaba que usará.

Cuando los labios de Mew se curvaron, supe de alguna manera que lo que iría a decir a continuación, sería la razón que me haría no querer alejarme de él.

— ¿Vas a quedarte parado toda la noche y vendrás a dormir conmigo?

Y tuve razón.

— ¿Qué me recomiendas?

Paso su lengua sobre sus labios y sus ojos se posicionaron en los míos. — Que duermas conmigo se hace tan tentador.

Apreté mis labios y fingí pensar en la respuesta, mientras comenzaba a caminar hacia delante. — ¿Tú crees?— Continúe así hasta que me detuve al frente suyo. Me incliné sobre el como si fuera a besarlo. Sus ojos brillaron en ese momento, pero pude ver aquel pequeño puchero que hizo al ver que mis labios se posicionaron en su mejilla, ignorando por completo sus labios húmedos.

Mientras soltaba una pequeña risa, Mew posiciono sus grandes manos en mis caderas, tirándome con fuerza hacia él. Provocando que cayera sobre la cama, precisamente encima suyo. Me tomo de la barbilla y susurro en mis labios.— Deja de hacer eso.

Mi cuerpo reaccionó por si solo, estaba deseando que me tocara.— ¿Hacer que?

— Jugar conmigo. — Lamió sus labios mientras me miraba. Quería besarme, podía verlo en sus ojos y yo quería que lo haga. Estaba dispuesto a rogar con tal de que me besara con aquella intensidad tan distintiva de el.

Aferre mi cuerpo al suyo, reprimiendo cualquier suspiro que quiera salir. Su mano subió por mi cuello hasta mi mandíbula, tocando mi labio inferior con su pulgar. Dios, va a matarme. Sentí sus labios gruesos caer sobre los míos, y me consideré ganador cuando sentí ese sabor dulce, correspondí al instante. Deleitándome con sus besos.

Me miro por unos segundos y supe que no había nada más que decir. Él lo quería, y yo estaba dispuestó a hacerlo.

Tire de él y bese sus labios sin pudor alguno, dejando alguno que otra signo de mordida. Mew se fue recostando sobre sus piernas, las mías posicionadas a cada costado de su cadera. Estaba excitado y los pequeños roces que nuestros miembros tenían cada vez que nuestras caderas chocaban, terminaban por querer hacerme jadear.

Los golpes en la puerta me hicieron sobresaltar, me sentí un poco abrumado por el choque de sensaciones que tenía. Me alejé y abri mis ojos al mismo tiempo que Mew abría los suyos, ganándome una mirada de confusión por parte de el.

— ¿Gulf? — Trate de morder mi labio para reprimir cualquier sonido. — Voy a pasar.

Sentí el cuerpo de Mew tensarse sobre el mío al escuchar el eco de la voz de Win.

Mierda, ahora que hago.

Me había distraído tanto con los besos, que había olvidado poner seguro a la puerta.







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¿Cómo se encuentran mis chikitrikis?

Ya me puse sentimental porque ya se va a terminar la historia:(  Es la primera que publique y ahora no quiero soltarla jsjs

La próxima semana ya será el final, subiré dos capítulos seguidos para que duela menos la despedida ahre 

Muchas gracias por leer y por votar, no se olviden de cuidarse, xoxox.

Pd: También subiere dos capítulos en la historia de brightwin, así que preparen sus corazones. 

INTOLERANTE » mewgulf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora