dear draco, || TRADUCCIÓN ||

twenty-two

Es difícil de explicar y no tengo la certeza de poder hacerlo alguna vez. Pero un mundo sin ti es un mundo en el que no quiero vivir; un mundo que ni siquiera quiero imaginar.

—

CUATRO MESES DESPUÉS

La última vez que hablé con Draco Malfoy, fue un desastre amoroso bastante histérico. Ahora apenas siento que lo conozco.

Hogwarts ha cambiado más de lo que jamás hubiera imaginado. La escuela frente a mí ahora es magnífica como siempre, pero irreconocible desde el ambiente seguro y feliz que conocí cuando vine aquí por primera vez.

El cielo está gris y la lluvia de noviembre golpea las ventanas de los dormitorios. Me acuesto en mi cama, mirando el techo de un Hogwarts roto. La cama de Hermione está vacía al lado de la mía, sus sábanas sin tocar desde junio. Un pequeño y horrible recordatorio diario de lo que solía ser mi vida.

He intentado que Ginny se mude aquí. Amo y extraño a Hermione, pero no va a regresar pronto y no veo ningún sentido en no poder invitar a Ginny. Duermo en habitaciones separadas cuando hay una cama vacía aquí mismo. Ginny es todo lo contrario; se aferra a la esperanza de volver a ver a Harry, Ron y Hermione.A veces la sorprendo mirando por la ventana, como si esperara que pudiera vislumbrarlos regresando a través de las puertas de piedra y directamente hacia la puerta de la sala común de Gryffindor. Como si eso fuera a arreglar todo este lío. Es casi como si eso fuera lo que inspira toda su energía; como si estuviera viviendo de la posibilidad del regreso de los tres.

Me levanté de la cama y me vestí lentamente. Cada día pierdo un poco más de motivación para ponerme el uniforme. Ya no veo el sentido de hacer nada, y estar sola empeora todo.

Ginny dice que si es tan importante para mí vivir en el mismo dormitorio que ella, debería haber repetido sexto año como mi madre quería. Pero cada momento que paso en esta escuela es cada vez más tortuoso y no nada más quiero irme. Hogwarts no es el Hogwarts que solía ser.

Una vez que he bajado a la sala común, encuentro a los otros tres: Ginny, Neville y Luna , ya sentados allí, acurrucados cerca del fuego. Pasamos más tiempo aquí que nunca este año, así que dejamos que Luna ingrese las contraseñas y la colamos cuando podemos.

—Isobel, estás aquí.—dijo Ginny cálidamente mientras me siento a su lado—Hay algo que he querido discutir con ustedes.

Tarareé y lentamente me envuelvo con una manta. Ginny ha estado ideando docenas de planes irracionales últimamente, desde huir de la escuela hasta envenenar a Snape, y en esta etapa todo parece una ilusión. Claro, nos rebelamos contra los Carrow tanto como podemos, desde bromas tontas hasta graffitis promocionales de ED, pero hay una línea que respetamos a favor de que no nos maten. A veces, y de diferentes maneras, Ginny y Neville parecen olvidar esto.

Me acerqué a Neville, que sostiene un tazón grande de cereal.—¿Puedo tomar un poco de eso?

Mientras asintió, una cicatriz fresca sobre su ceja brilla a la luz del fuego.—Lo tomé de la mesa ayer—dijo—Estoy seguro de que los elfos domésticos ya se han dado cuenta de que todos están comiendo a escondidas, pero bueno, están de nuestro lado.

Enarqué las cejas en una respuesta perezosa, y miré el cereal con mis propias manos.—¿Cómo conseguiste esa cicatriz, Nev?

—No es nada—dijo con desdén—Uno de los
Carrows estaba golpeando a uno de primer año ayer. Tuve que intervenir.

Suspiré, tratando de poner en marcha mi cerebro matutino.—Vas a conseguir que te maten, Neville.

—Creo que es increíblemente brillante—dijo Ginny a la defensiva—Alguien tiene que respetarnos.

Neville asintió—Y si otras personas nos ven resistiendo, se les animará a hacer lo mismo.

—Bien, y sabes que yo también lo cumplo, pero
A veces lo llevas un poco demasiado lejos—hice una pausa cuando veo a Neville negando rotundamente con la cabeza.

—No lo viste. Tú habrías hecho lo mismo.

Le devolví su cereal.—Como sea—respondí de mal humor.

—Así que de todos modos—dijo Ginny casualmente—Estaba pensando que deberíamos recuperar la espada de Gryffindor.

Neville se atragantó con sus cereal y Luna le da una palmada en la espalda. Miré con incredulidad a Ginny. Recientemente descubrimos que la espada de Gryffindor, que Dumbledore se fue con Harry, está en la oficina de Snape, bien exhibido en su pared. La espada no es de Snape, pero robarla sería peligroso, por decir lo menos.

—¿Estás bromeando no?—Pregunté.—Eso es una locura.

—Podríamos hacerlo—dijo  Ginny con confianza— Con los cuatro, si esperamos hasta el momento adecuado.

—Oh, ¿y cuándo es eso? Snape está en su oficina todo el tiempo, dudo mucho que podamos.

—La oficina de Dumbledore—me corrigió Ginny— Isobel, piénsalo. Si somos sensatos sobre esto, encontraremos un momento en el que sepamos que no hay nadie alrededor, incluido Snape, como una asamblea o algo así.
Neville asiente con entusiasmo.

—Y si toda la escuela supiera que la espada le fue quitada a Snape, sería realmente un paso adelante con todo, sabes.—Hizo un gesto con las manos—Revolución.

—¿Y cuál será su reacción cuando se entere de que han robado la espada?

—No es robar—dijo Ginny enojada—Es legítimamente. ¡La espada de Harry, solo la vamos a retirar!

—Shh... —dijo Neville en voz baja—La gente está mirando.

—Tienen razón—dijo Luna serenamente—Es mejor que no hacer nada

—No estamos haciendo nada—me quejé.—Todavía tenemos al ED en marcha, hemos sacado las cabezas de los Carrow de sus traseros.

—Bien—chilló Ginny. Toma un puñado de hojuelas de maíz—No tienes que venir entonces. Tres de nosotros es suficiente.

Miré al suelo. —No seas estúpida.

—No lo soy.

Puse mi cabeza en mis manos y cierro los ojos.
—Está bien, está bien, está bien. Lo haremos.

Ginny sonrió triunfalmente.—Genial.—dijo ella—Si logramos encontrar un patrón cuando Snape va a comer, podemos hacerlo al final de la semana.

—Genial—respondí—Bueno, Snape nunca va a comer entonces...

—Creo que deberíamos irrumpir en la oficina mientras él se va... —continuó Ginny.

—Voy a cenar para comprobar que aún no ha llegado. Creo que va al comienzo de las comidas— intervino Luna—Probablemente sólo para mostrar su cara.

Neville asintió.—Asegúrate de que no crea que estamos tramando formas de matarlo, en todo ese tiempo que está encerrado en la Oficina de Dumbledore.

—Otro de nosotros puede ir a explorar el lugar. Sabes, espera hasta que estemos seguros de que nadie anda a escondidas, como Crabbe, Goyle, Malfoy o alguien.

Al oír "Malfoy", Ginny automáticamente me miró. Arrugé la nariz y aparto la mirada intencionadamente. Creo que cree que todavía tengo sentimientos por Draco y es muy molesto. Ella nunca lo menciona, pero sé que ella quiere.

—Yo haré eso—dije, en un tono tan casual como puedo reunir

—Está bien—dijo Ginny. Ella miró el fuego, así que no puedo captar su expresión.

—Um. Luna y Neville, si pueden esperar en la sala común de Gryffindor y asegurarse de que esté lo más vacía posible, para que no esté llena de testigos cuando regresemos.

—Suena como un plan—dijo Neville. Una sed de rebelión brilla peligrosamente en sus ojos a la luz del fuego.—Nuestro primer atraco. ¿No es emocionante?