dear draco, || TRADUCCIÓN ||

twenty-five

—He dicho que...—dijo Neville rápidamente, mirando desesperadamente de Alecto a mí y viceversa—dije... que cuando... cuando... rompí el vidrio...

Alecto se arrastró hacia mí como un animal acechando a su presa.—Pensé que hoy solamente estabas callada, princesa.

—¿Y qué?—Murmuré

—¿Y qué? Decidiste sentarte y dejar que tus pequeños amigos asumieran la culpa de tus acciones, ¿verdad?

—Eso no es cierto—volvió a interrumpir Neville—Ella habría dado un paso adelante si la hubiéramos dejado.

—¿Qué vas a hacer?—le pregunté a Alecto— ¿Expulsarme? ¿O intentar hacerme ejecutar la maldición Cruciatus en algunos niños inocentes? ¿Qué prefieres?

Mortalmente cerca de mí, sonrió en mi rostro, revelando dientes amarillos puntiagudos.—No te enviaré con el idiota de Hagrid con el resto de tus amigos, eso es seguro—se burla

—No es un idiota—le dije enfadada. Soy terriblemente consciente de que toda la clase está al borde de sus asientos, escuchando—Haz lo que quieras, no podría importarme menos.

Alecto suspira dramáticamente. Su aliento apesta.—Tenía mayores esperanzas en ti a principios de año, Young, dado quién es tu padre.

La miré con dagas en los ojos.—No metas a mi papá en esto.

—¿Por qué no? ¿Porque sabía que los muggles son escoria y tú no?

—Porque está muerto.

Alecto no se inmutó. Escuché a Draco tomar aliento.—Resulta que aquí eres tan arrogante y moralista como Longbottom—dijo Alecto, haciendo un gesto descuidado hacia Neville, quien aprieta los puños—Claramente tu padre no te crió bien, Young.

—Ni siquiera lo conocías.

—Bueno, es obvio, si eres amigo de alguien como Longbottom. Tu padre claramente se deslizó en alguna parte. ¿O hay sangre muggle por parte de tu madre? ¿Es eso?

—¿Por qué te molesta tanto?—pregunté enojada

—Oh, no puedo decir que tiene sangre muggle.—respondió Alecto alegremente. Dio golpecitos a un lado de su cabeza—Les afecta aquí.

—¿Ah, sí?—Dijo Neville, claramente incapaz de contenerse por más tiempo.—¿Cuánta sangre muggle tienen tú y tu hermano, entonces?

Con un fuerte látigo y varios gritos de protesta,
Alecto corta el aire con su varita y, de repente, la sangre brota de la mejilla izquierda de Neville. Él gimió de dolor y se desplomó hacia adelante, agarrándolo, y me doy cuenta de que salté, mi silla cayó al suelo y mi varita está en mi mano.

—¿Qué vas a hacer, princesa? —preguntó Alecto, con el pecho agitado—¿Pelear conmigo?

Ella mira a Neville, tiene fuego en sus ojos.

—¡Sal!—gritó de repente, sin siquiera volverse hacia el resto de la habitación.—¡Clase terminada! ¡Vete! ¡Longbottom se queda!

Todos se ponen de pie de un salto, impacientes por irse de Alecto y su rabia.

—¿Estás bromeando?—pregunté, empujando a la gente para llegar a el—¡Mira lo que le has hecho! Necesita ir a la enfermería.

Alecto clavó su varita en mi pecho.—Vete, Young—ella gruñe—o tendrás que ir al hospital.

Pude sentir los ojos de Draco sobre mí todo el camino fuera del salón de clases, hasta que llegamos a la puerta y se ve obligado a ponerse delante de mí. Mientras la clase sale rápidamente de la pequeña habitación y la multitud se dispersa, él se da la vuelta para mirarme.

—¿Que demonios fue eso? —sus pálidas mejillas están sonrojadas por la ira, sus nudillos blancos. Cuando sólo puedo mirarlo, continúa—Sabes lo crueles que son los Carrow, pero aun así insistes en enfrentar a los dos. ¿Estás loca?

Parpadeé, todavía tratando de registrar el arrebato de Alecto.

—¿Estás... estás enojado conmigo? ¿Escuchaste alguna de las cosas que dijo?

—Estoy enojado porque no puedes aceptar ninguna crítica, ¡porque siempre sientes la necesidad de tomar represalias!—Con impaciencia, apartó el pelo que le cae sobre los ojos—Si pudieras sentarte ahí y tomártelo como una persona normal, y no estar tan a la defensiva todo el tiempo...

—¿A la defensiva?—pregunté con incredulidad—¿Y la crítica? ¿Es así como lo llamas? ¡Eso fue abuso verbal, tenía todo el derecho a defenderme!

—Te estás poniendo en peligro—dijo Draco con irritación—No se meterían tanto contigo si no tuvieras que ser tan...tan valiente en todo.

—Oh, ¿y tu qué sabes?—le dije, mirándolo. Miré hacia la puerta, ansioso por que Neville salga para saber que está bien—Apuesto a que eres el mejor amigo de los Carrows.

—Exactamente—dijo Draco, acercándose—Los conozco, y sé de lo que son capaces. Estaban allí esa noche, en la Torre de Astronomía. No lo entiendes, son despiadados. Podrían matarte.

Me burlé.—Ella no me habría matado allí, no seas ridículo. ¿Puedes recordarme por qué te importa?

Draco se alejó de inmediato.—No me importa, obviamente. Pero si tu nuevo novio pudiera hacer un mejor trabajo protegiéndote, yo no tendría que intervenir.

—Mi nuevo...—comienzo—¿Te refieres a Neville? Espera, ¿Estás celoso de Neville?—La cara de Draco se desplomó y continué gritándole.—¡Neville, alguien a quien has acosado literalmente desde el primer día! No lo creo, se pondrá muy feliz cuando le diga.

—No te hagas alagues a ti misma, ni a Longbottom—interrumpió fríamente.—Es mi responsabilidad ver que los Carrows se queden aquí y si algún idiota lo arruina, habrá problemas.

Mi garganta se secó. Tal vez estaba equivocada.

—Bueno, no soy tu responsabilidad.—respondí de manera uniforme, apoyándome contra la puerta de Alecto—Así que no me digas qué hacer.

Draco me miró.—Eres imposible—dijo con dureza— Escucha, Be... Young. Sé que debe haber sido difícil superar la muerte de tu padre. Pero no puedes descargar tu enojo con personas tan peligrosas como ellos.—Draco vaciló ante la expresión de mi rostro

—¿Superar su muerte?—pregunté lentamente, con incredulidad.

De repente, no tengo ganas de contener la rabia que se ha estado acumulando dentro de mí.

—¿En serio? Tu padre estuvo en Azkaban por un tiempo, Malfoy. Estoy seguro de que debe haber sido duro tanto para él como para ti, y lamento que haya sucedido. Mi papá está muerto. Se ha ido para siempre y no volveré a verlo nunca. No voy a 'superarlo', solo voy a aprender a sobrellevarlo. —Una lágrima se deslizó por mi mejilla y me la limpio, avergonzada—Tú y yo apenas hemos hablado en el último año., así que no finja que sabes lo que está pasando en mi vida. Ya no lo haces.

El rostro de Draco palideció por completo.—Eso no es lo que quise decir.

—¿Oh en serio?

—Lo que quiero decir es que debes mantenerte alejada de los problemas.

—Y lo que quiero decir es: deja de decirme qué hacer.

La mandíbula de Draco está apretada.—Es que... realmente no lo entiendes, ¿verdad?

Crucé los brazos con fuerza—¿Entender qué?.

—Olvídalo.—Se pasó una mano por el pelo.—Solo olvida que alguna vez dije algo.

La puerta detrás de mí se abrió y tropecé hacia atrás, dándome la vuelta para enfrentar a Neville. La herida en su mejilla todavía está sangrando y se ve absolutamente miserable. Tomé su mano en la mía en un intento inútil de consolarlo. Para cuando me di la vuelta Draco había desaparecido.