Capítulo 2

16 0 0
                                    

En el comedor; habían globos, se oía música que animaba el ambiente y las mesas estaban llenas de aperitivos, bebidas y muchas cosas para los niños.

La cocinera del comedor se encargaba de poner los aperitivos en sus respectivos platos para luego ponerlos en las mesas. Las bebidas acompañaban a los aperitivos y los vasos estaban en el centro de cada mesa, amontonados en una torre en cada una, para que cualquiera que cogiera uno pudiera elegir entre las múltiples bebidas.

Alex era consciente de que todos los niños tenían que estar dentro y que la fiesta no había empezado aún. Por lo tanto, decidió ir a buscar a sus amigos. No tardó en encontrar al primero de ellos, que estaba esperando en la enfermería del colegio: Pablo.

Pablo era un muchacho con pelo marrón, un poco moreno y con un gorro en su cabeza. De pequeño, había experimentado situaciones que le hacían preocuparse por su vida y por su salud, sobre todo enfermedades. Por tanto, Pablo solía pensar que su propia salud corría peligro porque desconocía lo que giraba a su alrededor.

—¡Hola, Pablo! —lo saludó Alex.

—¡Oh, Alex! —le vio Pablo un poco nervioso, —¿Qué tal te va todo? A mí me va bien... salvo por los gérmenes y las enfermedades. ¡Y también por el hecho de que llevo esperando mi medicación veinte minutos! ¡La enfermera me prometió que me lo traería enseguida pero se retrasa! —exclamó nervioso.

Alex le vio un poco incomodo. Pudo entender que su mejor amigo sentía una obsesión por la salud, pero era fácil ver que exageraba y sobreactuaba demasiado.

—¡Esto es el fin, Alex! ¡Mi fin! —Pablo corrió en pánico exagerando, —¡¿Cómo puedes soportarlo?!

—Tranquilo, tranquilo. —Alex trató de calmarle mientras sonreía nerviosamente, conociendo bien a Pablo, —Te he dicho mil veces que este colegio cumple con las normas de sanidad y no tienes nada que temer.

Mientras Alex trataba de calmar a Pablo, vino una hermosa chica de pelo naranja llamada Jenny hacia ellos.

—¡Chicos! —los saludó con una tierna sonrisa.

Los dos chicos se giraron para verla mientras ella les sonreía.

—¡Jenny! Perdona, no te había visto. —le saludó Alex. —Es que Pablo lleva esperando una medicación... otra vez.

—¡Hola, Jenny! ¿Me puedes hacer un favor?—le preguntó Pablo a Jenny.

—Claro, Pablo. —asintió Jenny. —¿Qué es?

—¿Puedes entrar en la enfermería y preguntar a la enfermera por qué tarda tanto en traerme la medicación, por favor?

Jenny se echó a reír, conociendo a Pablo, pero luego le ofreció algo, —La enfermera no se ha olvidado de ti, tontorrón. Anda, toma.

Era la medicación contra alergia que Pablo andaba buscando. Suspirando aliviado, lo cogió mientras Jenny le explicó, —La enfermera tenia que hacer un encargo así que le dije que yo te la entregaría en su lugar.

—Vaya... G-Gracias. —sonrió Pablo mientras guardaba su medicación en el bolsillo.

—De nada. —contestó Jenny mientras se sonrojaba mirando a Alex.

¿A qué venía tanta timidez? Nadie lo sabía, pero Jenny, estaba enamorada de Alex. Siendo el líder del grupo, responsable, estudioso y amable hizo que Alex fuera su flechazo. Ella lo veía como alguien muy especial para ella. Nunca se fijó en el exterior de nadie salvo en el interior.

Alex no entendía porque ella se sonrojaba, pero decidió cambiar de tema, —Eh, ¿por qué no esperamos a Juan y a los demás en la entrada del comedor? Ya queda poco para que empiece la fiesta.

La Isla PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora