Nuevamente fin de semana, no uno cualquiera pues Esteban pensaba declararse, junto con Carla, pensaron hacer algo público, ¿y porqué? pensarán, pues simplemente porque creyeron que va más acorde con la manera de ser de Sam.
Carla estaba hablando por teléfono con Esteban indicandole que ya tenía todo preparado en el centro comercial, que debía invitarla con alguna excusa para llevarla hasta allá, le dijo el lugar exacto donde debía estar.
Estaban se encontraba nervioso al terminar su conversación telefónica con carla pues en ese momento estaba con Sam, ellos estaban discutiendo sobre algo del periódico y los cambios que debían hacer.
—Creo que es todo por hoy, por ahora necesito ir al centro comercial, necesito comprar un regalo para alguien —Dijo Él luego de colgar la llamada.
—Ok, Nos veremos luego —Decía Samanta con indiferencia.
Ella comenzó a sentir un dolor en su pecho y sentía enojo sin razón, se mentía a si misma. Eran celos lo que sentía en esos momentos, y sacaban su lado más frío e indiferente.
—¿Y no quisieras acompañarme?
—No.
—¿Por qué?
—Porque No quiero.
—¿Ni siquiera por mi madre?
—¿Qué tiene que ver tu madre?
—El regalo es para ella y... No sé que obsequiarle.
Samanta sintió alivio en su corazón al oír eso. Y accedió rápidamente.
—Esta bien iré solo por tu madre, tenemos gustos similares.
Esteban sonríe al oírla pues de hecho era verdad lo que decía Sam.
Los jóvenes salieron rumbo al centro comercial. Ella iba con una idea errónea, un pequeño engaño necesario y él con la resignación de que fuera cuál fuera la decisión de Samanta, ella le haría pagar por su mentira así fuese pequeña.
Al llegar en la entrada había un letrero muy grande que decía:
"quieres ser mi novia, la única reina que gobernará mi corazón" había flores por todas partes, específicamente rosas, bueno y globos.—Wow quien se le ocurre hacer una declaración así —Comento Samanta.
—¿Así como? —Pregunta Esteban nerviosamente.
—Mejor vamos por el regalo de tú madre.
—No, Samanta dime si te parece algo ridícula esa declaración.
—No se para que quieres que responda pero lo haré para que dejes el tema ok. Me parece cursi pero original y algo tonto. Pero es algo lindo para los enamorados, creo que solo a ellos es quien debe de importarles.
Esteban se armó de valor con lo que oía de los labios de Sam, aunque no era algo muy alentador pero tenía esperanzas.
—Samanta quiero decirte algo...
En ese momento se apareció Carla quien los saludo a lo lejos mientras se les acercaba.
—Perdón Esteban llegué algo tarde.
Samanta estaba confundida, y ya se hacía malas ideas al respeto, creía que Esteban era un descarado pensaba que quería salir con las dos al tiempo.
—Carla, lo estás arruinando.
—¿Arruinar qué? —Pregunta Sam con algo de molestia.
—Esteban eres un tonto, no le has dicho aún ¿Verdad?
—Justo iba a hacerlo pero me interrumpiste recién.
—Hey merezco una explicación y ahora —Exclama Samanta.
—Samanta, eres alguien genial me gusta todo de ti, para mí eres una reina, la cual gobierna mi corazón desde hace tiempo pero no he tenido el valor de pedirte lo. Así que, ¿Samanta quieres ser mi novia? —Dijo Esteban seriamente, arrodillado ante ella.
La multitud los estaba mirando, Samanta estaba algo sorprendida que se quedó sin habla por unos instantes. En eso Carla llama a las chicas quienes tenían unos globos de corazón y unos de cerditos y los soltaron dejándolos volar.
Al ver esto Samanta reacciona con una risa y finalmente dice:
—Sí, acepto. Si quiero ser tu novia mi querido Esteban —Lo mira tiernamente y lo besa.
Las personas que estaban presenciando ese momento, aplaudieron ante la existosa propuesta de noviazgo; las chicas se acercan para felicitarlos y en eso Rebeca dice:
—Ven, sí funcionó la idea de los cerdos voladores.
Todas rieron al oír eso y aunque Esteban nunca supo el porque decidió ignorarlo, pues estaba realmente feliz de ser por fin novio de Samanta y la misma también estaba dichosa de dejar de negarse ante sus sentimientos y darse una oportunidad de amar y ser amada.
—¿Qué les parece si mejor vamos a celebrar? —Dice eufóricamente Isabel.
—Estoy de acuerdo, esto se debe celebrar —Comenta Carla alegremente.
—Tiene razón amigas, también es hora de divertirnos un poco ¿O tú qué opinas mi reina? —Dijo Esteban admirando con amor a su amada.
Las chicas hicieron alboroto, "que tierno" era una de tantas palabras que decían cosa que hizo ruborizar a Samanta.
—Ay nuestra Samanta se puso roja —Se burlaba Rebeca.
—Ay Rebeca tú cállate, que tú te has puesto peor a veces —Dice Tamara haciendo estallar en risas a las demás.
—Saben qué? Yo como su reina declaró que hoy hay que divertirnos hasta el amanecer —Dice Samanta.
—Wow ya oyeron a la reina chicas, eso significa que nos vámos de rumba esta noche —Comenta Isabel.
Y así se la pasaron por un rato más, conversando, haciendo planes para la noche.
Mientras tanto en otro lugar Caroline se encontraba en una cita con Pablo, pues este hombre era muy persistente y optimista, cosa que le agradaba a ella.
Narra Caroline:
Estoy aquí en un restaurante muy lindo junto a Pablo, disfrutando de una maravillosa velada. Cada momento que pasa me gusta más este chico.
—Caroline quiero conocerte más, me gustas y estoy muy interesado en ti, en poder tener una relación seria y formal en un futuro.
—Me agrada la idea de conocernos con calma —Dije.
—Pero antes me gustaría saber si te molesta que sea alguien humilde, un simple chófer.
—¿Por qué me molestaría eso? Bueno te confieso que hace años pensaba en esas cosas, pero las personas cambian y lo estoy haciendo. Quiero dejar de ser superficial, quiero ser una mejor persona.
—Me alegra oírte decir eso Caroline.
Terminamos de cenar mientras conversábamos amenamente, todo estuvo magnífico, me llevo a mi casa, lo invite a pasar y conocer al hombre que más quiero en este mundo, a mi papá, es la primera vez en mucho tiempo que le presento a alguien a mi padre, tanto él como Pablo se cayeron de maravilla.
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Lucía y sus fantasías
RomanceEs la simple historia amorosa de una chica la cual no es tan simple después de todo