Las cosas se estaban volviendo demasiado complicadas, por la expresión se Ji, supe que no pensaba quedarse tranquilo.
— ¡Ji! —Grite. Apenas me había acercado a él, cuando se puso de pie y se fue contra el tipo, intentando responder a la agresión— No —Grite aferrándome a su brazo y deteniéndolo. Los chicos de la banda también se habían movido y ahora sostenían al tipo de ambos brazos, pues al parecer también intentaba llegar a Ji. Observe al tipo y descubrí que sangraba de la nariz.
—Suéltenme imbéciles —Vocifero furioso el tipo.
—Febe, déjame —Se retorció Ji, pero no hice caso, al contrario me aferre con más fuerza a él.
—Ji, por favor, no —Suplique.
— ¿Qué está pasando aquí? —Pregunto José, quien estaba acompañado por los dos que trabajan como seguridad. Bonita hora de aparecer.
—Este pervertido toco a Febe —Explico Mel. Mire con temor a José, sin importar que hubiera ocurrido, yo era responsable de armar ese alboroto.
—Sáquenlo —Les ordeno a los otros chicos, José. A pesar de su negativa, sacaron en medio de empujones al tipo, quien al verse en desventaja numérica no tuvo más remedio que marcharse, aunque de mala gana.
—Febe —Mire a Sonia, quien me hablaba— Lleva atrás a Ji y cúralo —Mire su rostro. Tenía una herida en la ceja. Maravilloso, lo único que faltaba.
—Si —Conteste a Sonia y me dirigí a él, a quien aún sostenía del brazo— Ji —Dije jalándolo. Aún tenía una expresión furiosa en el rostro y miraba fijamente a la puerta, nunca antes había visto esa parte de él, ni cuando yo le había pegado o cuando peleamos en su habitación. Parecía otra persona, sin embargo, no sentí temor, no de él, sino de que lo lastimaran más por mi culpa.
— ¿Estas bien? —Pregunto, mirándome con una expresión un poco más relajada.
—Sí, pero tú, no. Vamos —Sin oponer resistencia se dejó llevar por mí. Cruzamos el lugar, entramos al pasillo y lo lleve a los vestidores. Una mancha de sangre se extendía por su parpado— Siéntate —Dije, conduciéndolo hasta una de las sillas.
—No es nada —Dijo entre dientes.
—Quédate quieto —Conteste al ver que intentaba limpiar la sangre. Tome el botiquín, coloque la otra silla delante de él y me acerque más, observando la herida— No debiste hacer eso.
—Te iba a golpear.
—Yo podía…
—No, Febe —Contesto con tono severo— Aun cuando seas una chica dura, hay tipos con los que no podrás y por más difícil que parezcas, eres una chica —Me dejo sin palabras. Nos miramos fijamente por un momento, que se tornó incómodo. Me removí en la silla y comencé a limpiar su herida. Quería debatir muchas cosas, respecto a sus palabras, pero tenía razón, si él no hubiera intervenido, ese golpe estaría ahora en mi rostro.
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El peor y mejor error
Teen FictionTras varios sucesos, que darán un cambio radical a su vida. Febe tendrá que dejar a su mejor amiga, Hannia, para comenzar una nueva vida, sola en una ciudad donde solo conoce a Fran, quien es casi como un tío. Una chica dura y fuerte, así la cali...