♧capitulo 8.♧

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Narra Sofía.

Me despierto y observo que ya no estoy en el hospital si no en mi cuarto, me levanto de la cama, me arrepiento en ese mismo instante.

Un fuerte dolor en la parte de atrás de mi cabeza hace que casi caiga al suelo, antes de caer al suelo me sostengo de la mesita que está al lado de la cama.

recobró la postura y bajo a la cocina para poder beber una pastilla para el dolor de cabeza.

- ¿Sofía que haces levantada?- pregunta mi abuela.

- Solo vine por una pastilla para este dolor de cabeza que traigo.- me dirijo al estante donde tengo las pastilla.

- Nada de eso señorita primero tiene que comer algo.- dijo mi abuela quitándome las pastillas- ve y siéntate, mientras te hago un desayuno.- yo solo asentí.

- ¿abuela puedo preguntarte algo?

- ya me lo estás preguntando.

- ¿qué hacía Emilio en el hospital? Y ¿dónde está Ana?

- bueno Emilio fue el que te salvó de ser atropellada, se quedó cuidándote toda la noche - responde con una dulce sonrisa - y en cuanto a Ana pues ella se está haciendo cargo de la empresa.

- okey. Abuela mañana regreso a la empresa sabes que no me gusta estar encerrada.- le aviso.

- Nada de eso señorita usted no va a trabajar durante uno cuantos días.- me regaña.

- Bueno, si no me van a dejar trabajar, entonces voy a ir a la empresa de Emilio para agradecerle que me salvó la vida ¿qué te parece?.

- no es mala idea- me da una sonrisa -tal vez se logren enamorar antes del matrimonio.

- hay abuela no hables tonterías.

Aunque pensado no sería mala idea. Dice mi conciencia.

Si lo es no ves que el tiene la fama de mujeriego.

Y eso que, yo veo que hasta el más mujeriego se logra enamorar.

Eso solo lo hemos leído en libros de amor, la realidad es algo diferente.

Si tu lo dices.

- que tanto piensas Sofía.- me extiende el plato donde esta mi comida.

- en nada abuela.- le brindo una sonrisa.

Me como toda la comida y me tomo las pastilla.
Me dirijo a mi habitación para poder darme una ducha, cuando llego al baño me despojo de toda mi ropa y me adentro en la ducha, luego me media hora en la ducha salgo, me vistió con un suéter que me llega hasta las mitad de los muslos, me acuesto en la cama, cojo mi celular y le marcó a Ana.

Un tono, dos tonos...

- Holita- le digo apenas coje el teléfono.

- hola Sofi ¿que haces?

- pues nada aquí acostada en la cama ¿y tu?

- yo acabé de salir de la reunión con los extranjero.

- ¿como te fue?

- Sofía dime que quieres tu no eres de hacer muchas preguntas.

- oye me ofendes que piense así de mi.- digo en un tono indignada -pero pensándolo bien solo quiero un chocolate.

- ¡lo sabía!- grito.

- oye no grite que me vas a dejar sorda. -digo alejando el celular de mi  oido.

- llego en media hora ya que por hoy no hay más trabajo.

- bueno aquí te espero chau.-

No la deje contestar por qué cuelgue. A pasado media hora y no aparece ni Ana ni me chocolate estaba dispuesta a llamarla pero sonó en timbre del apartamento.

-¡ YA VOY!- grite desde mi cuarto, baje para ir abrile la puerta ya que mi abuela no está porque fue hace quince minutos, abrí la puerta y era Ana

- que bien que llegaste por qué ya te iba a llamar.

- ¿Tanto me extrañabas?- dijo fingiendo alegría.

- hablo por el chocolate.- extiendo la mano para recibir el chocolate.

-aqui tienes, pero primero dame un abrazo.- le di el abrazo y me dio mi chocolate.

- Gracias no se que haría sin ti.

- pues obviamente morirías.- las dos nos reimos.

-Ana que te parece si hacemos...- no me dejo terminar de hablar.

-¡NOCHE DE CHICAS!

Nuestra noche consistió en ver películas, ordenamos pizza, comimos helado, lloramos, reimos, cantamos, hasta que nos quedamos dormidas en la sala.







Siempre seré tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora