12) Cena de navidad

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Las mesas de cada casa estaban servidas, los alumnos compartían felices su última cena del año juntos, todos estaban felices menos algunas personas, en especial los amantes que deberán esperar hasta el año que viene para verse otra vez.

— Lixabeth, ¿No comes? – Druella miraba preocupada a su hermana menor y llamó la atención de Vladimir.

— come, estás delgada – ordenó su hermano mayor y Lixabeth tomó un poco de carne para comer.

— ¿Y tu? Das órdenes pero no comes – Anette Burke regañó a Vladimir y este frunció su ceño, la menor tomó comida y la acercó a la boca del mayor.

— no seas ridícula, deja eso – advirtió Vladimir pero la pequeña insistió.

— no querrás que le diga a mis padres que eres rebelde, ¿O si? – Vladimir suspiró con pesadez y abrió la boca para que le dé de comer su prometida.

— mira eso, con tan solo trece años te manipula – se burló Sygnus Black desde la otra mesa, haciendo reír a carcajadas a Druella.

— por lo menos mí prometida se preocupa por mí, en cambio a otros no les dan mucha importancia – el mayor de los Rosier miró directamente a Lestrange y abrió su boca esperando más comida.

— ¿Que dices? Druella es un ángel – se defendió Lestrange y Sygnus Black escondió una sonrisa que se le formó al oirlos.

— pero no contigo – agregó Vladimir haciendo molestar a Lestrange, esté perdió la calma y se puso de pie.

— vamos Druella, es tarde ya – la rubia mayor se puso de pie y fue con su prometido dejando el gran comedor.

Lixabeth continúo comiéndo en silencio bajo la atenta mirada de Abraxas Malfoy.
El rubio la notaba extraña, distraída de todo y decaída.

— buenas noches – dijo Lixabeth poniendose de pie y se retiró.
Caminó por los pasillos sumida en sus pensamientos, tan distraída iba que no vió al azabache sentado en la sala común de su casa.

— Lixabeth – dijo Tom llamando su atención y ella se detuvo para verlo.

— ¿Que quieres? – espetó molesta y él caminó hasta quedar frente a ella.
Ella seguía molesta con él y era comprensible.

— desearte una feliz navidad – dijo buscando algo en su bolsillo, ella se sorprendió totalmente y luego se sonrojó.

— gracias e igualmente – agregó ella sonriendo está vez, Tom sacó algo de su bolsillo y se lo entregó.

— espero que te guste, no vale mucho pero lo hice yo mismo – ella abrió en la palma de su mano la cadena y observó el dije.

— es una serpiente – susurró con una sonrisa y él asintió.

— amo a las serpientes, es como Nagini – tomó la cadena fina y se colocó detrás de ella – siempre que veas tu cadena, pensarás en mí – agregó sonriendo con arrogancia y ella sintió ternura.

— también tengo tu obsequio, solo que está en mí cuarto – después de dejar puesto el collar en el cuello de la chica se alejó y tendió su mano.

— vamos, quiero mí obsequio – insistió él y ella rió antes de seguirlo escaleras arriba.

Ambos ingresaron al cuarto de la rubia y ella corrió rápidamente a buscar el obsequio.
Tomó la caja de su armarios y se la entregó a Tom.

— me gustaría que algún día lo uses, te verías muy bien con él – Tom tomó la caja y la miró extrañado.

— ¿Es para mí? – susurró él sin creerlo, Lixabeth asintió y sonrió ampliamente.

— es tuyo, feliz navidad Tom – la rubia plantó un beso corto sobre los labios del mayor y sonrió.

— debo irme, descansa – Tom salió de la habitación y Lixabeth se tiró sobre su cama de espaldas.

Solo esperaba ver a Tom en traje formal, se vería muy bien y muy buen mozo.
De solo imaginarlo, sus hormonas se alteran.

La puerta fue golpeada y ella frunció su ceño, ¿Quien era? No esperaba a nadie.
Fue a abrir y se llevó la sorpresa de encontrar a Abraxas allí parado.

— Hola amor, ¿Puedo pasar? – preguntó con diversión y ella apretó sus puños disimuladamente.

— cla-claro – susurró temerosa y Abraxas pasó.
Él fue directo a tomar asiento en su cama, Lixabeth cerró la puerta con miedo y suspiró antes de ir con él.

— feliz navidad, no puedo esperar a mañana porque me iré temprano – el rubio le entregó una pequeña caja de color negra y ella la tomó algo dudosa.

— gra-gracias – tartamudeo nuevamente, cuando él estaba cerca no podía no estar nerviosa.
Le ponía los pelos de punta, Abraxas sonrió ampliamente y esperó a que lo abra.

— cuídalo mucho, es una reliquia familiar – Lixabeth asintió y abrió la caja.

Un hermoso anillo de perlas se hallaba allí dentro, oro puro tan brillante como valioso.
Él esperaba una reacción pero ella solo sonrió levemente.

— muchas gracias, lo cuidare con mí vida – dijo la rubia y se levantó para guardar dicho anillo en su cajón.

— dormiré contigo, es nuestra última noche juntos – Abraxas la tomó desde atrás y apoyó su cabeza en el hombro de la menor.

— no quiero – susurró con miedo y él suspiró.
La giró e hizo que lo mire a los ojos, acarició suavemente su mejilla y sonrió levemente.

— solo quiero dormir, lo prometo Lixabeth – ella desconfiaba pero él haría lo que quisiera de todas formas.

— está bien – susurró y ambos se cambiaron para poder dormir, con un movimiento de varita ya estaban de pijama.

Abraxas se acostó primero y le dejó espacio a ella, Lixabeth se recostó temerosamente y fue jalada por él hasta quedar pegada a su pecho y acurrucada.

— ¿Cuántos hijos deseas tener? – susurró el rubio acariciando suavemente el cabello de la chica.

— ninguno – contestó ella y él frunció su ceño confundido, siguió dando caricias y sonrió.

— no estoy hablando de tener hijos ahora mismo, hablo de cuando nos casemos y vivamos juntos – ella tragó saliva y suspiró.

— pues no lo sé – contestó sin ganas, él tomó sus manos y las colocó sobre su propio pecho.

— acomodate mejor, no tengas vergüenza de mí – ella suspiró y accedió a recostarse bien sobre su mayor.

— ¿Tu deseas tener hijos? – preguntó intrigada y Abraxas sonrió ampliamente.

— si, deseo mucho ser padre – contestó con una sonrisa enorme en el rostro.

— yo también deseo ser madre algún día – confesó ella pensando en Tom, en su amado Tom Riddle.

Una luz verde iluminó la habitación y Lixabeth miró rápidamente hacia la chimenea, la luz desapareció y ella supo que alguien estuvo ahí, acaba de irse y escuchó todo.

Amortentia (Tom Riddle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora