27) Rumores.

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La escuela era un caos, todos murmuraban cosas diferentes.

>Que murió un profesor de un infarto<

>Que el director peleó con el ministerio y cerrarán la escuela<

>Que una bestia asecha la escuela<

>Que hay un asesino suelto<

Muchas cosas, ninguna tan cierta.
Solo Tom sabía la verdad completa, el director Dippet y los profesores buscaban alguna respuesta coherente.
Sin embargo, ninguna era correcta.

Tom se encontraba en el lago negro, sentado bajo un árbol mirando las aguas oscuras.
Solo, como él quería estar; absolutamente solo.

Los Slytherin se reunieron para hablar sobre la escuela, todos estaban más que curiosos e impacientes por saber que pasaba.

— no lo sé, jamás pasó algo así — Vladimir bebía su whisky de fuego y miraba hacia el suelo buscando algo lógico.

— ¿Alguien sabe que fue lo que verdaderamente pasó? — Avery miró a todos y ninguno dijo nada.

— los profesores se encargaron de liberar todo el tercer piso, algo extraño pasa allí — Mulciber sumo lo último que supo y todos se miraron entre si.

— ¿Donde está Tom? — preguntó Lestrange y Vladimir se hundió de hombros.

Faltaban varios pertenecientes de su casa, sin embargo ninguno era tan importante como Tom.

— déjalo, tal vez esto lo afecte — todos miraron a Vladimir pero este solo se puso de pie dispuesto a irse.

— ¿Porque dices que lo afectará? — quiso saber Cygnus, pero fue ignorado.

Vladimir no iba a decir nada sobre su amigo, él sabía que Tom no tenía a dónde ir si cerraban la escuela como todos decían.

Por otro lado, Lixabeth se sentó junto a Tom en silencio, el castaño no notó su presencia.
Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no la oyó llegar.

— ¿Que haces aquí? — quiso saber ella, él se sorprendió en demasía y la miró rápidamente.

— ¿Me estás hablando? Pensé que estabas muy molesta conmigo — ella desvió la vista hacia el lago.

La rubia no podía mentir, menos a él.
Con quien compartió sus primeros besos, sus primeras caricias y sus primeras frases de amor.

Tom es parte de ella.

— solo... Quise perdonarte — susurró mintiendo, sus cabellos se tornaron verdes.

Tom frunció su ceño y tomó el rostro de la pequeña Rosier con delicadeza, ella lo miró a los ojos y sus labios temblaron.

— ¿Que sucede? — él esperó que hable, pero ella no quería hablar.
Solo quería llorar.

— nada — susurró y una lágrima resbaló por su mejilla.
Tom la limpió y notó los cabellos de Lix tornarse azulados.

Miedo y tristeza.
Tom lo sabía, sabía leerla ahora. ¿Pero porque se sentía así? Su pequeña no tenía motivos.

— dime que pasa, ¿Estás así por los rumores? — él acarició su mejilla y ella negó suavemente.

La rubia cerró los ojos con fuerza y dejó escapar sus lágrimas.

— yo lo vi todo... — susurró y Tom abrió sus ojos a tope.

En la torre de astronomía se encontraban dos niños, pequeños e inocentes Hufflepuff.

El rubio de ojos grises miraba las estrellas pensando si estaba bien o mal ese pensamiento.

Mientras que la castaña miraba las estrellas pensando en Vladimir.
Su compromiso era algo arreglado pero ella lo quería, él demostró cambiar un poco por ella.

— Annette... — la llamó el pequeño rubio, ella lo miró y sonrió.

— ¿Que pasa Hyperion? — él tragó saliva y tomó su mano.

— me gustas — susurró y estampó sus labios contra los de ella.

La pequeña castaña no reaccionó, abrió sus ojos a tope y él cerró sus ojos.
Las pequeñas manos de él fueron a la cintura de ella y permanecieron así, con el casto beso.

Un contacto inocente, pegando labios sin querer llegar más lejos.

Vladimir miraba la escena con molestia, ¿Cómo pudo ser tan idiota de querer a una niña? Una simple niña que fingía amor para luego besar a otro.





Él no estaba dispuesto a ser humillado, jamás.

Amortentia (Tom Riddle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora