32) Nueva casa.

843 76 33
                                    



             Vladimir cargaba los bolsos de Lixabeth, se dirigía al nuevo cuarto de su hermana.

— Vladímir... ¿Dónde estamos? – preguntó la rubia mirando para todos lados.

Había un lago cerca, plantas y animales, pero ¿Dónde estaban?

— en nuestra nueva casa, tranquila es nuestra propiedad pero solo la usaba para venir a relajarme solo. Nuestra madre nunca me reclamó por ella, así que la tome – Lixabeth asintió y miró su nuevo cuarto.

Era bonito, tenía lo básico y una vista increíble hacia el bosque.
Estaba en el segundo piso, tenía un balcón amplio dónde podía sentarse a mirar las estrellas o el campo.

— nunca vayas sola para el bosque, hay animales salvajes – le dijo Vladimir antes de salir del cuarto.

— ¡Vladimir! – gritó Lixabeth y él se detuvo, la miró y alzó una ceja buscando alguna respuesta – gracias por todo – él asintió y se fue dejando a la rubia sola, en su nuevo cuarto, en su nueva casa.

Lixabeth suspiró resignada, de nada le servía llorar y ponerse mal, por un hombre que no vale la pena.
Ella podía sola, podía sacar adelante a su bebé.

— no te hará falta nada – susurró tocando su vientre aún plano.

Sonrió ampliamente y comenzó a acomodar su ropa, sus pertenencias y su nuevo cuarto.

Le era extraño ya que nunca se mudó, solo conocía el castillo de Hogwarts y su casa.
Jamás supo nada sobre tener otras propiedades, solo Vladimir sabía todas esas cosas.

Ahora tenían una nueva casa, una nueva vida y otra oportunidad de empezar de cero.
Sin errores, sin Tom Riddle; el idiota que la dejó sola con un bebé en camino.




Por otro lado; Tom estaba en su cama, sentado pensando en las posibilidades que tenía con Lixabeth.

¿Ella aún lo amaba? Tal vez ya no, después de todo no tiene porque amar a un asesino.

— soy un idiota – susurró tomando su cabeza con ambas manos, quería ir por ella pero Vladimir lo mataria.

No le tenía miedo a Vladimir, pero respetaba que como hermano mayor esté siendo así, estricto y firme.

Pero él debía estar en ese lugar, apoyándola, siendo su sostén.

— maldita sea, ¿Porque tuvo que aparecer en mí vida? – masculló molesto, si ella no hubiese querido embrujarlo, nada de esto estaría pasando.

Arruinó su vida, así lo pensaba él pero no por el mismo, si no que por ella.
Era tan joven, tan inexperta en todo, tal vez ni si quiera sea amor lo que sentía por él.

— no estoy – dijo molesto pero la puerta se abrió, era Lestrange.

— ¿Necesitas hablar con un amigo? – preguntó con una sonrisa y Tom lo miró mal.

— dije que no estoy – repitió Tom y se tiró de espaldas sobre el colchón.

— Tom, eres muy tonto – empezó a decir su amigo, cerró la puerta y se sentó en el escritorio de Tom.

— si vienes a decirme eso, puedes irte – espetó Tom con molestia, su amigo carcajeó y negó con la cabeza.

— no solo eso, pero tengo un dato muy importante – Tom abrió sus ojos y lo miró con curiosidad.

— habla – ordenó y se sentó en la cama.

— uhm... Que curioso eres Tommy – bromeó su amigo y carcajeó.

— no seas idiota, dime ¿Que dato tienes? – exigió saber y se puso de pie.

— sé dónde están Vladimir y Lixabeth – soltó con una sonrisa orgullosa.

— en su casa, todos saben eso – dijo Tom con molestia, creyó que el tonto tenía algo importante que decirle.

— no, te equivocas y mucho. Están en otro lugar, en la propiedad que Vladimir usa para hacer fiestas ¿Recuerdas? Bueno, la quiere lejos tuyo – Tom frunció su ceño y recordó dicho lugar, claro que lo recordaba, habían ido muchas veces allí.

— ¿Porque haría eso? Yo... – pensó antes de hablar – yo quiero verla – susurró callando lo que su corazón en verdad quería gritar.

— ¿Para que? Debes pensar bien que vas a decirle cuando la veas, porque no puedes acercarte solo para decirle hola. ¿Que planeas? Está embarazada y parece que Abraxas no se hará cargo – Tom lo miró y quiso reír, pero no lo hizo.

Si supiera que el bebé es suyo y no de Abraxas.

— solo quiero verla, ya veré que pasa cuando estemos frente a frente – tomó su varita, su abrigo y polvo Flu.

— ¿En serio? Yo que tu le parto la boca de un beso, es hermosa la muy bruja – dijo Lestrange haciendo que Tom lo mire con odio.

— te perdono porque me diste un dato muy importante, vete idiota – su amigo sonrió ampliamente y se fue.

Tom respiró hondo, violaría muchas reglas pero valía la pena por ella.
Por esa chica tan inocente que le robó el corazón.






— iré a hablar con nuestra madre, Lixabeth no salgas y cierra las ventanas – Vladimir le dió las últimas indicaciones antes de irse.

Ambos ya habían comido juntos, ahora Lixabeth estaba con su camisón yendo a su cuarto.

La noche estaba hermosa, apesar de ir a dormir temprano porque tenía sueño.

Ingresó a su cuarto y fue directo a su cama, se recostó pero no se cubrió con las mantas, no hacia frío.

— ¿Serás tan hermoso como él? – susurró cerrando los ojos e imaginando a su bebé, con rasgos de Tom.

— será tan hermoso como tu – susurraron en su oído, la rubia se sobre saltó y giró su cabeza para ver quién era.

El miedo se fue al ver a Tom, el castaño la miraba con una sonrisa en el rostro.

— te encontré – susurró y acarició la mejilla de ella con suavidad.

Lixabeth no podía creer que él esté ahí, junto a ella, junto a su bebé.

— vete – susurró cerrando los ojos con fuerza.

No quería caer, no tan fácil. Él no quería el bebé y ahora venía, ¿Para que?debería ir y hacerse el ciego como lo hizo antes.

— sé que piensas mal de mí, pero iba a hablar contigo. Pensé en que futuro podría darles, no tengo dinero, no tengo ni si quiera una familia. ¿Que clase de padre podría ser? Nunca tuve uno – Tom estaba abriendo su corazón, confesando sus miedos, confesando que quería pero no podía ser padre.

— ¿Vienes para decirme que no puedes? ¡Eres un idiota! – gritó harta de llorar, lo abofeteo y quiso seguir golpeándolo.

— te amo, te amo y por ti seré la mejor persona que pueda ser, lo intentaré por ti Lixabeth – Tom la tomó por sorpresa, ella lo miró fijamente y sus ojos derramaron más lágrimas.

— también te amo Tom – susurró con la voz rota y él capturó sus labios con desesperación.

Extrañaba tanto besarla, probar el dulce néctar que solo ella podía darle.








Su dulce Lix.

Amortentia (Tom Riddle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora