16) Visita inesperada

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Los primeros rayos del sol brillaron sobre el cabello rubio de Lixabeth, abrió sus ojos y se sorprendió al ver a Tom aún a su lado.
Él dormía plácidamente escondiendo su rostro entre el cuello y el pecho de ella.

Lixabeth sonrió ampliamente y se removió para poder despertar a Tom.

— uhm... – Tom se removió y abrió sus ojos, al ver a Lixabeth y la posición en la que estaban, se levantó de inmediato.

— buenos días Tom – dijo ella poniendose de pie también.
Él buscó sus zapatos y se los colocó para salir de allí rápidamente.

Tom se dirigió al baño y se encerró con su respiración agitada, cerró sus ojos y bajó su mano a su pantalón.

— maldición – susurró y desabrochó sus pantalones, haber despertado tan pegado a Lixabeth le causó una gran erección.

Liberó su erección y comenzó a mover su mano de arriba a abajo, precionando su miembro y jadeando.
Las imagines de Lixabeth llenaron su mente y aceleró sus movimientos hasta correrse.

Por otro lado, Lixabeth se sintió desanimada.
Con sus cabellos azules se vistió y fue al baño de abajo para poder hacer sus necesidades.
Al terminar fue al comedor de su casa y los elfos sirvieron el desayuno.

— ¿En serio eres tan patética? – Vladimir la miró con desaprobación y Lixabeth solo continúo con su desayuno.

— señor Rosier – el elfo se acercó con miedo a Vladimir y este lo miró molesto.

— ¿Que pasa ahora? – espetó molesto, el elfo tembló y bajó la cabeza.

— llamaron desde la casa Malfoy – susurró y Vladimir frunció el ceño.

— ¿Que dijeron? ¿Quien llamó? – preguntó más interesado, el elfo bajó sus orejas y respiró antes de hablar.

— amo...el señor Malfoy vendrá, el señor abraxas Malfoy – Vladimir sonrió ampliamente mientras que Lixabeth se tensaba en su lugar.

— vete – ordenó y cuando el elfo se iba a marchar, Vladimir lo pateó haciendo que caiga al suelo y se queje.

— pobresillo – susurró Lixabeth y se levantó para poder ayudarlo.

— ni lo pienses, eres una Rosier y debes hacer honor a ese apellido – el elfo se levantó y se fue casi corriendo hacia la cocina.

— ¿Hacerle honor al apellido Rosier? Habla el que más errores comete – ambos cruzaron miradas y Vladimir la acorraló contra la pared.

— por lo menos no soy tan estúpido de demostrar mis sentimientos, pequeña Lixabeth – la rubia tragó saliva nerviosa y frunció el ceño.

— aprenderé a controlarlo pero tu, jamás aprenderás a ser un humano – él rubio mayor precionó con más fuerza el cuello de Lixabeth y su cabello se tomó rojo.

— tu de verdad me haces perder la paciencia – la liberó del agarre al oir los pasos de alguien acercándose.

— buenos días – saludó educadamente Tom, Vladimir le sonrió mientras que Lixabeth frotó su cuello adolorido.

— buenos días, tendremos visitas así que será un día más entretenido – se sentó y comenzó a comer su desayuno.

— yo me retiro – Lixabeth dió media vuelta y se fue escaleras arriba, con sus ojos llenos de lágrimas debido al dolor en su cuello.

Tom se sentó junto a su amigo y desayunaron entre charlas, risas y diversión según ellos.
Esperaban que esté año sea más divertido, sexto año debía ser más entretenido.

Lixabeth se bañó y se vistió para poder salir a dar un paseo, deseaba descansar su mente y alejar a Tom de ella.
Al menos por unas horas o iba a enloquecer.
Una vez lista, salió de su cuarto y bajó las escaleras sonriendo.

— mira quien llegó – dijo su hermano mayor, Lixabeth frunció su ceño y miró hacia la sala.

— Hola mí princesa – ella sintió toda su piel erizarse y tragó saliva nerviosa.

— ven a saludar a tu futuro esposo, ha venido por ti – ordenó Vladimir y ella fue hacia Abraxas.

— Hola Abraxas – dijo sería y el rubio se levantó para ir a abrazarla.

— sabía que ibas a aburrirte aquí, como Tom vino a estar con Vladimir, te llevaré conmigo – Abraxas la besó sorpresivamente y ella quiso separarse pero no la dejó él mimo.

— pe-pero no puedes, quiero estar en casa – se quejó la rubia y Abraxas sonrió ampliamente.

— es mejor así, irás a mí casa y convivirás conmigo, como práctica de nuestra vida juntos – volvió a besarla rápidamente y la mandó a empacar.

Lixabeth juntaba sus cosas derramando lágrimas, no quería irse pero debía hacerlo.

— ¿Te irás? – giró de inmediato al oírlo y bajó su mirada avergonzada.

— si Tom, no tengo opción – susurró ella y él sonrió con ironía.
Negó con la cabeza y la miró mal.

— tienes opción pero prefieres la comodidad, vete con él, niña estúpida y mal criada – dió media vuelta y se fue –








Tal vez Tom tenía razón, ella aceptaba todo porque era más cómodo no luchar por sus gustos y aceptar cualquier cosa que le impongan.

Amortentia (Tom Riddle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora