11) Cabello azul

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Los días pasaban volando, los chicos iban haciendo cada uno de los exámenes que les daban cada uno de los profesores.

Tom tenía la cabeza puesta en sus estudios pero también se le cruzaba Lixabeth.
¿Porque esa niña inunda su cabeza? ¿Quien se cree? Se preguntaba cada día que pasaba el mismo.
Ni si quiera ir a la cámara de los secretos lo distraía, quería que ella vuelva a hablar con él.
Pero desde esa noche no lo hizo más.

Abraxas quien ahora mantenía una relación cercana pero fría con ella, se encontraba confundido al no recordar que hizo esa noche, amaneció en su cama en ropa interior y encontró la camisa de Lixabeth en el suelo, el aroma al perfume particular de la rubia también estaba impregnado en toda su cama y cuerpo.
¿Tuvimos relaciones sexuales? Se preguntaba pero era más que obvio así que no preguntaba.

Por otro lado se encontraba Lixabeth con la capucha de la túnica puesta, ocultando sus sentimientos que eran obvios en su color de cabello.
La cena de navidad se acercaba y con ella las vacaciones, el volver a casa.
¿Para que ir a casa? Ella no quería ir donde su hermano tiene poder sobre ella y Druella por ser el hombre de la casa.
Mientras su madre no pasa de ser una bruja con falla mental.

Lixabeth se sentó en la orilla del lago negro y observó los distintos animales mágicos nadando por la oscura agua.

— ¿Que haces aquí, Rosier? – reconoció la voz de Tom pero no quería discutir.

— nada – susurró y se puso de pie para poder irse.
Se alejó con su cabeza gacha y Tom la miró confundido.

— ¿Vas con Abraxas? De seguro no puedes estar sin follar desde esa noche que hacían tanto escándalo – la risa llena de burla de parte de Tom hizo detener los pasos de la chica.

— ¿Porque no lo detuviste si estabas presente? – Lixabeth lo miró fijamente y Tom caminó hasta quedar frente a ella.

— ¿Porque iba a hacerlo? Están comprometidos y le perteneces, yo no tengo nada que ver contigo – las palabras tan frías de Tom hirieron más a la chica, ella miró los ojos del mayor buscando alguna pizca de bondad pero no la había.

— tienes razón – dijo finalmente y acomodó mejor su capucha – eres tan basura que no fuiste capaz de detener una violación – escupió molesta y Tom abrió sus ojos enormemente.

— ¿Vi-violacion? Pe-pero es tu prometido – Tom intentaba entender porque ella decia esas cosas, era normal tener encuentros íntimos.

— que sea mí prometido no significa que yo quiera, ni si quiera lo amo como para hacer el amor con él – espetó Lixabeth más molesta y Tom negó con la cabeza.

— nadie habló de hacer el amor, eso es ridículo, en mí opinión no existe – Lixabeth carcajeó con diversión, lo que Tom decía le parecía tan estúpido.

— ¿Eso piensas? Que extraño, hace no mucho tiempo intentaste hacerlo conmigo en varios lugares ¿Sabes cómo le decías tu a eso? – Tom la miró serio y ella sonrió con sorna – hacer el amor – dijo sonriendo con cínismo y se giró para seguir caminando.

— por alguna razón no recuerdo el motivo – Tom la siguió y frunció su ceño molesto.
¿Porque no recordaba lo que hizo con esa chica?

— yo si y créeme, eras más humano que ahora – dijo Lixabeth sin darse cuenta de las intenciones de Tom.

Legeremens – susurró Tom y se metió a la mente de la chica.
En ella vió los recuerdos de Lixabeth con él en la cámara de los secretos, él besándola ferozmente en la biblioteca, también en la habitación de la menor, dejó la mente de Lixabeth cuando encontró el recuerdo clave.

Ella lo había embrujado, le dió una poción de amor y por eso él actuaba así.
Ahora todo era claro, encajaba perfectamente.

— ¡Lixabeth espera! – gritó cuando vió el ave volar lejos y a toda velocidad.

Lixabeth había huido de allí, sumamente asustada de la reacción de Tom.
Ahora él lo sabía todo, sabía que ella lo embrujo.

Llegó a su cuarto y se tiró en su cama a llorar, lloraba desconsolada y totalmente rota.
¿Porque nada podía estar bien?
Deseaba que el año terminé rápido para poder irse y no ver a Tom por un tiempo.

— Lixabeth – el susurro de Tom llamó su atención pero no dejó de cubrir su rostro con su capucha y ambas manos.

Continúo sollozando con pesar, mientras Tom se acercaba a paso lento sin saber que decir precisamente.

— ¿Porque lo hiciste? – fue lo primero que preguntó, Lixabeth negó con la cabeza y Tom se sentó a su lado.

Guardó silencio y la oyó llorar, se sentía extraño al oir sus lamentos, ni le gustaba verla llorar.

— ¿con que fin lo hiciste? ¿Era un maldito juego? ¿Una apuesta tal vez? – quiso saber más pero ella no hablaba – dime ¿Porque lo hiciste Lixabeth? Jugaste conmigo horriblemente – ella apartó las manos de su rostro y lo miró, con sus ojos rojos de tanto llorar.

— lo hice porque me gustas, Druella me advirtió que no lo haga pero quería saber si eras capaz de sentir algo, si eras capaz de ser más humano y no un estúpido insensible – Tom frunció su ceño y apretó sus puños.

— ¿Quien te crees que eres? No soy un maldito experimento – espetó furioso y ella solo rió con sorna.

— ¿Crees que no lo sé? No eras mí juguete, eras el chico más atento y tierno que jamás había conocido, creí que sin la poción podrías ser asi pero me equivoque – bajó su mirada con tristeza y él frunció más el ceño.

— escucha Lixabeth, con o sin poción jamás estaré contigo, estás comprometida y tienes dueño – dijo serio y ella asintió, Lixabeth limpió sus lágrimas y trató de sonreír.

— lo entiendo, ya puedes irte – prácticamente lo estaba echando, así que Tom se metió a su chimenea y tomó algo de polvo Flu.

Cuando Lixabeth no lo escuchó más, se quitó la túnica y dejó a la vista su cabello totalmente azul.
Ese azul que no se iba, desde esa noche tiene su cabello así y por eso lo oculta.

— no soporto verte triste – susurró Tom que no se había ido y Lixabeth se giró asustada.

— ya me quedó todo en claro, vete y deja de humillarme – espetó molesta y Tom la tomó de la cintura pegándola a él.

— quiero cambiar el color de tu cabello – susurró y plantó un beso en los labios de la menor.

Lixabeth totalmente confundida correspondío al beso tan lento y suave que estaba recibiendo.
Al quedarse sin oxígeno, se separaron y Tom miró su cabello.

— ¿Que significa el violeta? – preguntó confundido y Lixabeth se sonrojó totalmente.

— no lo sé, deberías averiguarlo tu – sonrió divertida y él también sonrió.

— veamos que otros colores me estás ocultando – susurró sonríendo y volvió a besarla mientras ambos jóvenes sonreían.


Ahora Tom tenía una nueva tarea; averiguar qué significa el color violeta en su cabello.

Amortentia (Tom Riddle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora