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La cena entre los Sky es placentera. Scott, se siente afortunado de que, finalmente, su sueño de cenar con sus hijos se haga realidad. Blake y Stefano llegan juntos, ambos cambiando los colores blanco y negro en sus prendas casuales. Blake aleja a Stefano, quien insiste en que se coloque el primer botón de su camisa satín, ya que, le brinda una descubierta imagen del pecho. Scott se pone de pie, animado, la noche iniciando, sus dos razones de vida frente a él.

Las personas podrían decir lo que desearan, pero el amor que Scott le tiene a Blake es tan leal como el que le tiene a Stefano. En todas las formas, Levar suele vivir dentro de Blake. Sí, tal vez no estuvieron demasiado tiempo juntos, pero fue suficiente como para que Blake aprendiera sobre su padre y todo lo adaptara. Incluso, podría decir que lo de Matthew era lo reservado en las relaciones amorosas, si bien lo recuerda el pasado, Matthew mantenía una relación prohibida con su estudiante Levar, pero siempre fue Levar y nadie más. Incluso, en sus años de juventud fue un poco reacio a la posibilidad de jugar con relaciones pasajeras.

En fin. Scott abraza a sus dos hijos, Scott no resiste y también los estruja, mientras Blake siente un hueco en el pecho, porque quiere tanto a Scott que a veces le duele. Cuando Scott y Stefano dejan de fusionar su poder amoroso curativo, toman asiento.

—Papá, escuché que estabas por sacar a la venta un nuevo diseño deportivo para entrenamientos —Stefano inicia, la botella de vino es servida entre los cubos de hielo. Blake da las gracias en un pequeño asentimiento—, ¿Sacarás eso como ediciones limitadas?

—Sí, el plan es recaudar fondos para ayudar a Ethan con su fundación y promocionar el deporte de igual forma —explica, observa a Blake sacar el corcho, suena una pequeña explosión suave—. Les daré a ustedes una, con sus nombres.

—Ah, mi rey es tan generoso —bromea el rubio, padre e hijo se sonríen idénticamente—. En fin, hemos venido a degustar una buena cena. Pensé, por un momento, que invitarías a alguno de mis tíos. Cuando te llamé, parecía estar alguien contigo y pensé-

—Claro, estaba con Hope —la mención, hace que ambos hijos observen al mayor, quien ha estirado su mano para tomar, de forma bastante elegante, su copa de vino. Scott le da un par de vueltas.

Stefano siente una presión en su pecho. La imagen de Hope se le viene a la cabeza y, sin entender cómo o cuándo, se entera de que lleva días sin hablar con ella, incluso sin verla en los pasillos de la universidad y eso le brinda temor, porque ella tenía tantos planes con él en esa semana, pero ella no se ha contactado, él lo ha olvidado. Observa a Blake, quien siente la boca seca.

—Tú, ¿Sabes dónde está? —cuestiona Scott, parece que su sonrisa se borra, le da un sorbo al vino, le raspa delicioso en la garganta, le deja un sabor dulce.

La cena no inicia aún, de hecho, el cálido momento de padre e hijos parece que no durará ni siquiera a la mitad del filete que han planeado pedir. Probablemente, Scott no tendrá el tiempo para observar a Blake con amor, para sonreír ante anécdotas y sentirse orgulloso de aquel gran equipo de hermanos que parecen llevarse mejor.

Lo único que Scott ha deseado en toda su vida, es que sus hijos se quieran como hermanos, que lo visiten cuando envejezca y los tres recuerden algunas cosas juntos. Desea lo mejor para ellos, para su futuro, desea que aprendan y que se puedan apoyar en él. Blake, mayormente, porque Stefano siempre le ha demostrado su amor de todas las formas existentes. Ahora, el mayor no sabe qué pensar, porque-

—¿De qué hablas, papá? —Stefano sonríe, notoriamente nervioso. Blake ha bebido de golpe el vino, también está desesperado por saber, porque, aun con todo lo sucedido entre ambos, Hope es alguien que da vueltas en su cabeza siempre.

Después del ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora