Después del Arte

Amores

Para cuando inicia el curso universitario, Layner no aparece. Aún así, todo el mundo en Saint Gerald habla de Avery y su estúpida forma de ser, además de las burlas por su caso. Ser un hombre, no le facilita nada, mucho menos cuando se trata de abuso. Desafortunadamente, las personas aún siguen con ideas erróneas de la violencia. En el transcurso de dos semanas de inicio universitario, los rumores fueron desapareciendo, porque Avery no se dejó intimidar, tampoco lo facilitaban sus siete amigos restantes.

Ethan Fiore llegó poco después, a dar una charla a los estudiantes. Angelo Fiore estuvo presente en el teatro, donde tomó su tiempo para advertir que cualquier tipo de acoso sería denunciado, independientemente de quien se tratase. Por supuesto, algunos estudiantes solo estaban enfadados de que se alarmaran todos porque se trataba de un hijo de grandes figuras del arte, pero dejó de ser así cuando se enteraron que Ethan fundó al asociación de ayuda y contra la violencia, hace muchos años atrás, ahí, en Saint Gerald. Al inicio, Avery pasaba mayormente en casa de Jown y Heers, donde sus padres le consentían hasta más no poder, alimentando su seguridad.

—Tengo que reunirme con un grupo de amigos —Blake, le avisa a Stefano. Blake se encuentra demasiado concentrado en ganar la partida de ajedrez contra Enzo, quien se mantiene en silencio—. Así que, no podemos salir hoy.

—Pero ya he comprado los tickets para ver la película —Stefano alza la voz al inicio, su corazón late muy rápido, pero termina por bajar la voz y hacer un ademán—. De acuerdo. Enzo, ¿Quieres salir a ver una película con Valentino?

—No.

A Enzo le gusta Valentino, realmente le gusta. El último mes, nada ha avanzado entre ellos de forma física, pero sí dentro de Enzo. Nunca antes, había sentido la necesidad de ver a alguien, besar a alguien o al menos rozar una mano, se siente como un niño pequeño y caprichoso, pero Valentino no pasa mucho en casa. A veces, todos lo escuchan llegar muy temprano, luego de pasar la madrugada afuera, se preguntan qué es lo que hace y por qué suele comportarse tan reacio a responder.

Sin embargo, Enzo está feliz cuando Valentino demuestra su interés.

—¿Ustedes dos qué se supone que son? —cuestiona Stefano, interesado en la relación que mantienen sus amigos. Coloca ambas manos bajo los gruesos libros que se llevará, pero no parece dispuesto a marcharse aún.

—Somos humanos —murmura Enzo y Blake detiene el movimiento de su pieza, para suspirar.

—Caramba, Enzo. Deberías de estar en la jodida NASA y no aquí, jugando conmigo. Por favor, ¿Alguien me explica cómo dices cosas tan estúpidas? —niega y Stefano asiente, de acuerdo con el azabache.

—Bueno, ¿Han tenido sexo ya? —nuevamente es Stefano quien hace una pregunta y Enzo niega.

—No. Tampoco estoy ansioso.

Sí, hay cierta atracción física, pero no era completa. De cualquier forma, lo único que sabe es que desea mantenerse al lado de Valentino, no le disgusta imaginar que tienen sexo, pero tampoco lo calienta, lo vuelve loco o le para la polla. Ciertamente, sabe que su reacción de la última vez fue bastante fácil, pero había que estar ahí, frente aquel moreno de casi metro noventa.

—Ya, ya. Ellos ni siquiera han tenido el momento adecuado para nada. La verdad es que, la otra vez hablé con Val y él me dijo que no creía en esto anticuado que el mundo normalmente realiza —Blake, quien se mantiene concentrado en su juego y en hablar, desliza sus gafas sobre el puente de su nariz—. Val piensa que una relación hay que llevarse de poco a poco, fluidamente, fielmente, amorosamente, sin necesidad de repetir cosas que son obvias y lo obvio aquí es que ambos son pareja.

—Pero, los libro, novelas y películas afirman que una relación inicia cuando uno de ambos le pregunta a la otra persona. Es una manera de estar seguro y no quedar como un juego, o alguien del momento —esta vez, Enzo se desconcentra un poco y una de sus fichas es comida.