¿Has visto a mi padre?
Valentino despierta, por el sonido incesante de su móvil, que también vibra. Enny se mueve sobre la almohada, molesto de haber sido privado por su sueño. Valentino observa la hora, siendo las dos de la madrugada aún. Entonces, contesta el móvil.
—¿Valentino? —es la voz de su padre. Valentino suspira, cierra sus ojos y luego bufa—. Valentino, es Celestino. Necesito dinero porque tu hermano acaba de meterse en líos y también necesito comprar medicina para mí. Además, no vienes a la maldita casa y no hay comida para mí.
—Celestino, no ahora. Estoy en casa —dice, con sinceridad. Porque se siente muy exhausto y no desea salir de la cama—. A las seis de la mañana iré a comprar comida y te la llevaré. La medicina es imposible que se haya acabado, porque compré para el mes completo.
—¡Quiero comida! No he comido, soy tu padre. Agradéceme, al menos. Tú, pequeño bastardo.
Cuelga. Valentino suspira una vez más, le duele la espalda. Entonces, se mueve dos veces sobre la cama, para luego ponerse de pie e ir a cambiarse de prendas. Se coloca un conjunto deportivo largo, toma su billetera y sale de la habitación. No sin antes, meter a Enny a la cama y ponerle sabanas encima.
Una pequeña rata se está comiendo un pedazo de pastel que había en el refrigerador y cuando Valentino enciende la luz, la rata no abre sus ojos con sorpresa, sino que sigue comiendo, con las mejillas completamente llenas.
—¿Enzo?
—No puedo dormir —murmura y el moreno se acerca, le sonríe un poco y se apoya en la mesa, con sus codos y brazos cruzados—, ¿Vas a salir a esta hora? —cuestiona. A Valentino le gusta que Enzo haya dejado su cabello un poco más corto de lo que llevaba hace un año.
—Así es. Tengo cosas que resolver
Antes de poder bromear un poco más, Enzo dice:
—¿No quieres llevarme contigo? —parece serio en aquello. El moreno alza un poco sus cejas y ladea una sonrisa, pasa una mano por su cabello blanco y lo piensa un poco, pero deja darle vueltas pronto.
—Vamos.
Van en el auto de Enzo y, llevan a Enny dormido en una manta, justo en los asientos traseros. Realizan compras de víveres juntos y Enzo no pregunta mucho, solo menciona que desea que le mimen con la compra de una caja de cereal achocolatado. Valentino le compra dos cajas a Enzo y luego, conducen por un barrio desconocido para el conductor. No pregunta nuevamente, ni cuando observa como un hombre le arrebata las bolsas a Valentino y le escupe.
Cuando vuelven a casa, Valentino se da una ducha de madrugada y al salir, frunce el ceño cuando observa a Enzo sobre su cama, en pijamas. Está observando su móvil y moviendo su dedo de arriba hacia abajo.
—¿Qué haces? —cuestiona, con obvia confusión Valentino. Enzo, le observa y bloquea su móvil finalmente, para dejarlo bajo la almohada. Su rostro, como siempre, se muestra neutral, completamente—, ¿Vas a dormir conmigo? ¿Eso es?
—Quiero saber si se me para contigo.
Bien, la situación simplemente es ridícula. Así es como Valentino suelta una carcajada que vuelve a despertar al minino. Y se acerca a Enzo, a medida que lo hace, nota que el azabache está hablando completamente real. Y toda la situación es demasiado para él. Deja de reír, pero no de sonreír.
—¿De qué hablas, Enzo? ¿No tienes filtro?
—Me metiste un dedo en la boca e hiciste todo ese movimiento sexual. Es obvio que no es una molestia para ti y, me temo que, soy serio con esto. Porque, quiero comprender si existe una posibilidad de que me gustes. Eso sería algo nuevo en mi vida, innecesario, claro, pero nuevo.
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Después del Arte
Novela Juvenil¿Escuchaste sobre los siete preferidos de Saint Gerald? Todos hijos del arte. Hay alguien que hace bautiza sus nombre en más arte, ¿Escuchaste que nadie sabe su identidad? ¿Escuchaste que yo sí sé quién es? ** Advertencia: Para leer esta novela, pue...